El episodio de esta semana está creado para darnos la información que llevábamos esperando semanas sobre la nueva villana de la ficción. Y, a partir de ahora, podremos llamarla Martha. Tonya Pinkins, la actriz que la interpreta, se ha encargado de manejar la cuenta de Instagram de Fear The Walking Dead durante el domingo, aunque no sé si serviría de mucho para que la gente estuviese más receptiva hacia esta nueva enemiga. El mayor problema ha sido que la han convertido en un chiste.
Un chiste convertido en un cold opening en el que parecía que nos iban a permitir conectar con ella, en el que la vemos pedir ayuda porque ha tenido un accidente y en el que la desidia y el egoísmo que lidera la supervivencia en el apocalipsis la deja sentada en la carretera viendo a su marido morir. El abandono de la gente la hace perder la fe en la humanidad y termina castigando a todo aquel que ayuda a los demás, porque ayudando no se permite a las personas desarrollar todo su potencial. ¿Tiene la lógica suficiente como para justificar su vena asesina? Vosotros diréis...
El ataque que Martha lleva a cabo en el episodio de la semana pasada deja a absolutamente todo el mundo sano y salvo. Sarah tiene una pequeña herida de bala y a Luciana le ha dado jaqueca, y, de hecho, es la propia Martha la que más dañada se marcha al recibir un disparo en un breve intercambio con el grupo.
La expedición se ve de repente rodeada de caminantes y el camión salta por los aires, por lo que deciden echarse a caminar por esas interminables llanuras de Texas. Si algo nos ha enseñado Morgan es que es bueno caminando, y así se trasladan hasta un hospital en la ciudad más cercana. Allí, vemos como los caminantes se convierten en una amenaza real por primera vez desde que Troy atrajese a la horda del año hasta el rancho de los Otto.
En el hospital vivimos un par de momentos de esos que juegan con la muerte cercana de los protagonistas pero que nunca se consolidan. Al que vamos a perder es a Jimbo, que ha sido mordido, muerte que tiene todo el sentido del mundo cuando su necesidad dramática era la de preparar cerveza. El chico era simpático pero un poco quejica. Espero que deje la receta antes de morirse. Otra cuya supervivencia pende de un hilo es Althea, pero conocemos lo suficiente a esta franquicia como para esperar un milagro.
La otra parte de la expedición de supervivientes está más perdida que un pulpo en un garaje. Alicia y Charlie encuentran el desastre del camión y, en vez de buscar a sus amigos, deciden irse a la playa porque mejor que la pequeña Charlie vea el mar por primera vez en la vida a llevarse un disgusto. Que la vida son dos días y Alicia necesita cosas buenas después de todo el drama.
Suerte que Estados Unidos es del tamaño de una canica, porque dando vueltas buscando un coche para poder irse de vacaciones se han dado de bruces con John y Victor (porque sí, son ellos) atrapados en el mismo lugar en el que los dejamos tras evitar la furia del cocodrilo.
Este episodio supone un paso hacia adelante para la serie, que se había estancado las últimas semanas. La amenaza sigue pareciendo demasiado ligera como para tomársela en serio, y parece que vuelve a temblar la mano a la hora de cargarse a gente y han optado por cargarse a uno de los nuevos recurrentes cuando June y Althea han estado en la misma posición que él y han sobrevivido.
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