A medida que avanzan los años, todos y cada uno de nosotros nos enfrentamos a la peor de las pesadillas humanas: nos convertimos en pequeños clones de nuestros padres a pesar de todas las veces que nos prometimos que jamás haríamos ciertas cosas. De la noche a la mañana, comemos comida, encontramos nosotros las cosas o le pides a tus amigos que te escriban cuando lleguen a casa. Adquirir estos hábitos nos atormentan porque son un claro recordatorio de que ya no somos tan jóvenes, preferimos la música bajita y los locales medio vacíos. Ver algo en Netflix y tumbarse en el sofá se convierte en la recompensa de una semana de trabajo. Pero ¿nos conformamos con este estilo de vida o hacemos el esfuerzo de seguir haciendo los planes que hacíamos en la universidad?
I Feel Bad bebe de esa mutación en mamá y papá pero cuando tú eres mamá o papá. La crisis de los 40 ha sido un tema recurrente cuando afecta a los hombres en, por ejemplo, The Secret Life of Walter Mitty o The 40-Year-Old Virgin (2005). El hombre se ve agobiado por la rutina y su familia y el mundo ve con normalidad su necesidad de escape porque "se lo merece" después de tanto esfuerzo. Y en sus opciones más básicas se compran una moto o buscan salir con alguien más joven. Cuando a las mujeres les apetece huir de la rutina, se las empuja a una única noche de fiesta con otras amigas y que suele terminar tan desastrosamente que se les quitan las ganas de volver a intentarlo Moms' Night Out (2014).
La serie nos presenta a Emet Kamala-Sweetzer, esposa y madre de tres hijos que trabaja en una compañía de videojuegos con un grupo de nerds que se convierten en su "Queer Eye-Entourage" de como ser un poco más "egoísta" y disfrutar más de su vida. Sus hijos son unos pequeños monstruos, su hija mayor se apunta a un grupo de baile demasiado sexual y al hijo mediano se lo cambian de un episodio a otro y ni se dan cuentan (recasting). Sus labores como matriarca no sólo se limitan a sus hijos, su marido vive su propia crisis de la mediana edad en la que necesita cada día que Emet le diga lo bueno y maravilloso que es para que no colapse bajo sus inseguridades, y sus padres están demasiado presentes en su vida, lo que la obliga a comparar sus tácticas y las que tenía su madre en su momento. La línea que no quiere cruzar: lanzar la zapatilla.
Durante los dos primeros episodios hemos podido ver las referencias feministas y sus pullas al género masculino con sus mansplaining y manspreading o la diferente percepción que tiene la sociedad sobre el me time masculino y femenino. Por desgracia, esta sitcom producida por Amy Poehler se queda un poco a medio camino. El humor no termina de cuajar pero se ve potencial a la posible lucha generacional entre padres y abuelos. La gente en USA parece que ha visto algo en I Feel Bad, pues ha sido la líder de la franja de las 10 en NBC. ¿Podrán mantenerse?
COMENTARIOS