La historia de Danny Rand supuso el año pasado una gran decepción. Las sombras de las dos primeras temporadas de Daredevil y de la primera temporada de Jessica Jones eran alargadas y el dueño del puño de hierro terminó más cerca de la soporífera Luke Cage que de los dos grandes héroes de The Defenders. Iron Fist resultó tan monótona y tan lenta que incluso se coló en nuestra lista de lo peor del año. Pero parece que todo ha cambiado.
Dicen que segundas partes nunca fueron buenas, pero si tu primera tampoco se lució, las posibilidades de darle la vuelta a la tortilla crecen. A esta segunda tanda de episodios le ha venido bien ser el underdog de la franquicia porque han sabido poner el puño (guiño, guiño) sobre la mesa y se han marcado una temporada redonda. Y es que eso es lo curioso de las expectativas. Danny Rand ha tenido la "suerte" de no haber dejado el listón nada alto por lo que, al enfrentarnos a los nuevos episodios, han conseguido sorprendernos gratamente al no parecerse nada a los primeros trece que emitieron. Caso contrario al hype que volaba sobre Jessica que ha terminado por dejarnos una segunda tanda decepcionante.
La nueva historia que nos han querido vender ha sido bendecida por el exceso de background que nos dieron el año pasado. Casi no han introducido a personajes nuevos, y han bebido de caras que ya nos sonaban y han reutilizado algunas para crear héroes y villanos. Joy Meachum y Davos toman el rol de antagonistas de la serie, y no necesitábamos casi flashbacks porque ya habíamos sido testigos de la justificación de su cambio de bando. El personaje más importante que han introducido ha sido Mary Walker, y su interesante dualidad nos ha permitido engancharnos a un personaje sorprendente sin apenas esfuerzo. Y parece que hay una tercera "Mary" que descubrir, más violenta y más letal.
En esta nueva aventura de Iron Fist, han sabido sacarle el mejor partido posible a Colleen Wing. La novia de Danny se convierte en una coprotagonista a la altura del personaje interpretado por Finn Jones. Ambos coexisten en un mundo en el que ambos han resultado igual de importantes para el desarrollo de la trama. Y no sólo ella, también la aparición especial de Misty Knight, recién salida de Luke Cage y compañera de Wing en los cómics de Las Hijas del Dragón, ha despertado el cariño y la adoración de buena parte del fandom de los tebeos. En Twitter, ya pedían hasta un spin off centrado en estas dos auténticas badass.
Otro de los aciertos que se ha apuntado Iron Fist ha sido la reducción de episodios por temporada. Aunque pueda que haya sido un castigo y no un experimento, lo que ha demostrado es que las series de Marvel de Netflix no necesitan perderse en tandas de trece episodios. Con tres episodios menos, han sabido concentrar la trama, ir más directos al grano y no dejarnos respirar ni un segundo. E incluso con dos horas y media menos de tele han tenido tiempo hasta de esperar a que ese les cueza la pasta en una de las cenas más incómodas de la televisión (con permiso siempre de The Office).
Si fuisteis de los que decidieron darle carpetazo al bueno de Danny Rand, todavía estáis a tiempo de engancharos a una historia de superhéroes que ha sabido encontrar el balance entre la acción y los diálogos, una serie que ha sabido encontrar el equilibrio entre todos sus episodios y que incluso se ha atrevido a desarrollar a unos personajes de una manera coherente y adecuada.
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