HBO lo ha vuelto a hacer. El pasado 18 de noviembre el canal rey del drama estrenaba el primer capítulo de ocho de My Brilliant Friend, la serie ítalo-americana producida por HBO y RAI y basada en la tetralogía de Elena Ferrante. Como es de costumbre, nos presentan capítulos largos, intensos, crudos y no aptos para todos los públicos, pero sí para aquellos con un paladar entrenado. Con dos capítulos emitidos, ya osamos a hablar del posible drama del año.
My Brilliant Friend nos cuenta la historia de Lenù (Elena) y Lila (Rafaella), dos amigas muy diferentes entre ellas con una unión especial y un tanto curiosa. Ambientada en un descarnado Nápoles de los años 50, está narrada por su misma protagonista, una Lenú mayor que vemos en la primera escena y que se sincera con el espectador, mostrando una amistad tierna en medio del caos. La serie dividirá las vidas de ambas niñas en infancia —los dos primeros episodios— y adolescencia, en los seis siguientes. La voz en off de la protagonista, fría, honesta, impasible, mantiene la atmósfera triste que quiere transmitir. Lenù ha pasado por mucho, y está dispuesta a enseñárnoslo.
Sin duda la clave de My Brilliant Friend es su ambientación. El entorno sombrío, polvoriento y triste envuelve y traslada al espectador, pero siempre presenciando los hechos a través de unos ojos teóricamente inocentes. Y es eso lo curioso de la historia. Las dos niñas no son inocentes, se han criado en un mundo violento y fúnebre y eso las ha hecho casi inmunes, pero son esos toques de ternura e ilusión los que hacen de este drama una serie muy interesante. Las miradas de Elisa Del Genio (Lenù) y Ludovica Nasti (Lila) dejan huella, y la decisión de mantener el dialecto napolitano aporta una fuerza abrumadora a la historia.
Por otro lado, el arte que tiene Saverio Costanzo, creador y director, de controlar la tensión de una forma tan inteligente y sutil es otro aspecto que hace de My Brilliant Friend una serie de una calidad indiscutible. No es sólo el retrato de una amistad pura y genuina en medio de un entorno brusco lo que nos llama la atención, es el cómo se expresa tal crudeza. Las escenas de carga emocional fuerte están repartidas estratégicamente a lo largo de los episodios, manteniendo una tirantez que se alarga hasta que explota y deja sin aliento. Sin embargo, se consigue con una perspicacia que es digna de admirar. Las dos actrices novicias cargan con el peso de un drama de tal altura casi sin esfuerzo, y el resto del elenco con más o menos experiencia contribuye con éxito a transmitirnos una incomodidad que nos engancha en todo momento.
Y es así, con conversaciones entre balcones, gritos de agonía y muertes tanto metafóricas como literales, como My Brilliant Friend nos ha dejado maravillados con tan sólo dos episodios vistos. Ha conseguido que esperemos con ansias nuestra ración de dolor, porque más allá de éste vemos esperanza, y entre calles sombrías y violencia encontramos a unas protagonistas que luchan por sobrevivir, sin ni siquiera saber que lo están haciendo.
De momento la serie ha confirmado una temporada que se emite los domingos y los lunes en HBO. Una decisión atrevida, siendo los domingos por la noche la franja con más espectadores en la televisión norteamericana, y teniendo en cuenta lo difíciles que se pueden percibir las series en una lengua extranjera en Estados Unidos, se ha apostado mucho por ella, y nos alegramos. Por otro lado, Costanzo ha hablado de querer más temporadas para hacer justicia a los libros en los que se basa, pero habrá que esperar a ver. Por ahora nos apetece disfrutar aún más de esta amargura tan delicada que es My Brilliant Friend.
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