Estamos ante el episodio más importante de la segunda parte de la novena temporada. Un episodio redondo que sirve de clara muestra de lo que Angela Kang ha puesto sobre la mesa desde que tomase el control de la serie. Kang le ha dado a la serie un tacto y una narrativa más cuidada, una forma de contar que es amable hasta con aquellos a los que vemos durante un segundo. Que Alpha tiene que matar a unos cuantos de Hilltop para poder disfrazarse, pues lo hace, pero después de dedicarles el cold opening para que nos parezcan entrañables. Un detalle que parece pequeño pero que da a esas muertes aleatorias un pequeño significado. Esperanza.
La feria abre sus puertas y lanza sus palomas de la paz. La semana de juerga y comunión empieza y somos testigos de reencuentros y sonrisas. Carol y Ezekiel vuelven ver a Henry y Judith. El grupo de Magna se reencuentra con Connie. Michonne hace acto de presencia después de años. Enid llama novio a Alden. Rosita y Eugene hablan y están más unidos de lo que jamás hemos visto antes. Connie y Daryl se hacen ¿ojitos? Y Siddiq casi confiesa su futura paternidad. No existe personaje en la serie que haya aparecido más de en dos episodios que no tenga su momento en pantalla. Sonrisas. Tranquilidad. Esperanza.
Los líderes se reúnen. La presencia de Lydia en The Kingdom y la decisión de Alexandria de darle asilo no hace más que agravar el peligro que corre Hilltop. Tara se muestra como una líder inteligente y justa. Todos ponen de su parte. Se respira alianza. Se respira final de la guerra contra Negan. Todos firman un nuevo acuerdo. Entre sonrisas, juran protegerse entre ellos. Empezando por la Colonia. El tratado es firmado por Alexandria, The Kingdom, Hilltop y un Oceanside desaparecido y representado por alguien random. Pero firman. Todo es complicidad. Todo es esperanza.
Pero la oscuridad cubre la Feria. Incluso durante el día las sombras aparecen. Alpha se cuela en la fiesta. Por unas horas es Debbie, una persona a la que el grupo de Daryl ha dejado en evidencia delante de sus seguidores. Alpha se ha mostrado débil. Ha perdido a su hija, y puede que el respeto de los que susurran. Alpha ve en ese festín de vidas una manera de redimirse. De reivindicarse. A su manera, ve esperanza.
El golpe de efecto lo pone un momento mítico y crítico de los cómics. La Feria prometía un festín de cuerpos y Angela Kang ha vuelto a cambiar lo justo para sorprender a los lectores. Todas las muertes han tenido su frase durante el episodio. Todas las muertes tienen nombre. A todos les ponemos cara. Y entre ellos, tres destacan. La primera de las grandes muertes es la de Enid. Un personaje que perdió su lugar en la serie en el momento en el que decidieron matar a Carl y que ha vivido de prestado. Nos da pena, pero también era lógica. La segunda muerte es la de Henry. Sí, la serie ha querido darle un lugar que no le corresponde como muerte más importante pero aquí hacemos justicia. El desenlace de Henry solo puede justificarse en la popularidad del mismo. Estaba llamado a ser el nuevo Carl, el peso era demasiado alto. Y, por último, la muerte que más duele. Tara toma el lugar que le correspondía a Rosita en los cómics. Decisión tomada quizás porque el cuadrado amoroso tiene mucho por darnos, puede que porque Tara ha tenido un largo camino. Alanna Masterson se convierte en la segunda muerte más longeva de la serie. 87 episodios.
El episodio termina con Siddiq, que casi muere, dando una charla motivadora. Quizás no tenga el peso necesario para dar un impacto pero, por extensión, es como escuchar a Carl. La historia que narra nos muestra a los caídos luchando. Sin rendirse. Llamando una vez más a la esperanza. Esperanza que deja Lydia junto a la pica en la que estaba la cabeza de Henry. Esperanza que nos acompañará hacia la season finale de la próxima semana.
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