The Walking Dead cierra la temporada de manera calmada. Sosegada. Curioso porque el episodio anterior se suponía la "calma" y ha puesto más patas arriba la serie que la verdadera tormenta. Curioso también que la gente que la semana pasada se subía por las paredes porque habían muerto diez personajes se queje de que en este episodio no ha "pasado nada". Un pueblo cae, algunas relaciones se afianzan, otras se rompen y todos tratan de recomponer el puzzle que los Susurradores han destrozado. Poco no ha pasado. Simplemente no nos hemos muerto.
El episodio de esta semana parece un guiño constante a Game of Thrones. La llegada del invierno, que su llegada sea tan rápida o el hecho de que tengan a sus propios caminantes blancos no puede ser casualidad. La tormenta nos sirve de excusa para demostrar que a veces la naturaleza puede ser más brutal que el propio hombre. The Kingdom no puede sostenerse más. Llevaba moribundo toda la temporada y ahora les toca pedir asilo. Asilo que, como no podía ser de otra forma, les garantiza Hilltop.
La colonia ha tenido que perder en la misma temporada a Maggie, Jesus y Tara. Tres líderes veteranos que han dejado paso a un consejo como el que gobierna Alexandria. Bonito gesto, sobre todo porque ninguno de los que quedan tienen suficiente trayectoria como para gobernar uno de los pueblos. ¿Acaso nos iban a poner a Alden a liderar? No sabemos quién forma este grupo de líderes, sabemos que Yumiko es una. Veremos qué tal se las apañan ahora que tienen nuevos vecinos.
Ezekiel ha sacado su lado más señoro a relucir. Ha invitado a Daryl a no vivir en Hilltop porque está celoso de su relación con Carol. Hijo mío, por ahí no vas, sobre todo si no quieres salir escaldado. La Reina ha decidido pedirle el divorcio. Y casi les ha salido a cuenta porque no tienen reino que repartirse. Es precisamente Carol la que debe enfrentarse al mayor dilema: aceptar o no a Lydia. La decisión es complicada pero lógica. El problema es que ya hemos visto a este personaje ejercer de madre para Sophia, Lizzy, Mikah y Henry. Volver a verla abrir su corazón no sé si nos aportará mucha novedad.
Las interacciones entre Carol y Lydia nos ha dejado un guiño a los cómics. En la tira cómica, Carol se suicida dejándose morder por un caminante en la prisión; en esta ocasión, es la hija de Alpha la que se plantea el suicido para liberar al grupo de la carga que supone convivir con la hija del villano. Sin Henry en pantalla, no me extrañaría que ese fuese el destino de Lydia. Aunque en un contexto mucho más dramático.
La tormenta afecta a todos por igual y Alexandria debe buscar refugio. Los escondites elegidos dejan emparejamientos curiosos. Como el hecho de que Rosita, Siddiq, Gabriel y Eugene deban guardarse del frío juntos. Con un Negan disfrutando con el salseo cual buen espectador. Eso si, cizaña mete una poca, que para eso goza de la mayor libertad en años.
Todos sabemos que el encarcelamiento de Negan es una excusa para redimirle, y que su amistad con Judith es el camino para lograrlo. Esta vez, ha arriesgado su vida en plena tormenta para rescatar a la pequeña y a Perro. Esta dinámica parece interesante, porque no sabemos hasta que punto estarán dispuestos a perdonar.
El episodio termina con Ezekiel y Judith hablando por la radio. Una vez se despiden, se escucha una voz. De todas las teorías que han surgido, la que más lógica me parece es que sea Maggie. De hecho, en este episodio admiten haberle enviado una nueva carta para ponerla al día de las pérdidas de Jesus y Tara. La otra teoría es sólo para seguidores del cómic, así que os dejamos libres de posibles spoilers.
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