El pasado 6 de abril, Will Ferrell y Adam McKay anunciaban que dejarían de producir contenido juntos bajo su compañía -que nos regaló las películas Step Brothers y Vice o la serie Succession, entre otras-, tal vez por la ya demostrada preferencia de McKay por los proyectos con contenido político, aunque aún les quedan varios proyectos en la cocina. El primero que verá la luz es Dead to Me, una comedia negra de Liz Feldman (2 Broke Girls, One Big Happy) en la que dos viudas que se conocen en un grupo de duelo forman una amistad única.
El marido de Jen (Christina Applegate; Married with Children, Samantha Who?) murió en un atropello y fuga, y ella no está preparada para dejar el caso sin resolver. Judy (Linda Cardellini; Freaks and Geeks, Bloodline) también perdió a su prometido. Pero Jen está llena de ira, no necesariamente desde el atropello, y la vida de Judy, en principio, es una balsa de aceite. Sus personalidades son totalmente diferentes, fórmula perfecta para crear una pareja inolvidable. Todos deberíamos saber a estas alturas que la Applegate engrandece todo lo que toca; su Jen te hará reír incluso en plena crisis dramática. Y la Cardellini parece estar especializándose en personajes amables y cercanos. ¿Habéis visto La llorona? No la veáis. Mejor, ved Green Book. El primer episodio es el inicio perfecto, una presentación de manual. ¡Y además viene con cliffhanger! No se le puede pedir más a la vida, salvo sorpresas, porque la serie no es demasiado críptica, e incluso es posible que peque de obvia, pero lo seguro es que cada episodio te dejará con ganas de más.
En Netflix son expertos en traernos series adictivas que puede que olvidemos en un par de semanas, pero ¿y si Dead to Me tuviera también, como muchas otras de sus series, la relevancia que nos merecemos?
Lo primero que sugiere el pastor del grupo de duelo a nuestras protagonistas es que consideren el perdón como una opción, y es algo que tendremos en cuenta durante toda la temporada. Es uno de los muchos temas relevantes que toca la trama, que disfraza de comedia asuntos muy serios, tratados anteriormente miles de veces, pero con un toque de ingenuidad, lo cual es refrescante. De hecho, recuerda a Good Girls en el tono, sólo que en ésta nos importan los personajes. Aunque en varias ocasiones se pueda tener la sensación de que no se está contando la historia de la forma adecuada, te obliga a empatizar. Y mientras lo hace, aprovecha para hacer campaña de refilón. Estas mujeres hablan de religión, de sexo, de armas o de dinámicas de género mientras recalientan la comida que les ha preparado la vecina. Y tienen algo llamado Carry On-Oke que todos los países deberíamos implantar por ley.
Dead to Me no es especialmente cómica ni tremendamente trágica, porque te está contando algo muy concreto y muy grave diluido en las vidas de dos mujeres normales. Aun así, como decimos, se las apaña para intercalar en los momentos menos pensados temas más profundos o de denuncia social o política. McKay puede estar orgulloso. Quizás la empresa hermana que fundó Jessica Elbaum para dar voz a las mujeres debería seguir produciendo comedias como ésta.
La primera temporada de Dead to Me llega completa a Netflix el próximo 3 de mayo.
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