(La siguiente valoración contiene algunos spoilers. Intenta ver primero la primera mitad
de la tercera temporada de LCDP para evitar sustos)
Más banda, más emoción y más suspense. La Casa de Papel ha arriesgado creativa y técnicamente y parece que la jugada les está reportando buenos resultados. Su estreno en Atresmedia en el año 2017 supuso una revolución de cómo se concebía la forma de producir series en nuestro país, aún con limitaciones en el aspecto del presupuesto y con fijación por los decorados estáticos y de cartón piedra.Ahora, con su nuevo compañero de recorrido, Netflix, la estética, la fotografía, el suspense, la destreza de la trama, todo, se multiplica. ¡Qué alivio! La productora de Álex Pina, su creador, llamada Vancouver Media ha dado un puñetazo encima de la mesa y, sin duda, la separación de Pina de Globomedia y de Daniel Écija ha supuesto un soplo de aire fresco a su carrera.
Después de esta información de contexto, entremos en materia.
Un guion cuidado al detalle
En realidad, la segunda temporada finalizó y se obvió si todos los personajes habían logrado escapar a un destino "paradisiaco". Tampoco conocimos toda la logística ideada por la brillante mente de El Profesor una vez contaban con todos esos millones en el banco (entendemos que en un -también- paraíso fiscal). Poco a poco, los datos se van a ir hilando.
Sin embargo, el primer capítulo no se contenta con realizar un viaje al pasado, para que el espectador refresque la memoria; por el contrario, existe trama nueva y una situación problemática para uno de los personajes, lo que ocasionará que toda la banda deba unirse de nuevo.
El Profesor va a tener que trabajar contrarreloj y bajo presión para idear un nuevo plan. Un nuevo plan que ni es tan nuevo ni tampoco es suya la autoría.
Montaje impresionante que combina espacios temporales
Se sobreentiende que Berlín ya no se encuentra en el espacio temporal actual. Sin embargo, se remontan en un flashback a la época en que El Profesor vivió en Italia para traer a ese personaje a nuestras pantallas en una decisión audaz y fundamental para la trama, puesto que entendemos no solo el origen del nuevo plan sino la importancia de la presencia de un nuevo miembro de la banda: quien a efectos prácticos funcionará como un nuevo Berlín, es decir, el oficial al mando. Si no se llega a enseñar el emotivo pasado que une a estos tres personajes, la transición de concebirlo como "jefe" hubiera costado más.
De forma similar al montaje en las temporadas anteriores, a medida que en el tiempo real el nuevo atraco tiene lugar, nos remontamos a dos momentos pasados: el primero, en el que el nuevo Berlín (Palermo) y El Profesor dan clases técnicas a toda la banda; y el segundo, el nacimiento del plan en Italia, cuando aún era una utopía.
Este montaje paralelo otorga al mismo tiempo suspense continuo y descanso de la acción, necesaria para que el público tome aire.
Una fotografía favorecida por la gran cantidad de escenarios exteriores
Panamá, Tailandia, Italia, Madrid, Argentina, pequeñas islas paradisiacas... Todas estas localizaciones proveen de dinamismo y credibilidad al guion y a su puesta en pantalla, puesto que sería imposible concebir que los personajes se encontraran en un mismo lugar después de tanto tiempo. Por si fuera poco, cuentan con Migue Amoedo, Director de Fotografía de otras producciones como Vis a vis y El embarcadero y películas como La Novia.
Amoedo es un genio, un artista que utiliza la luz y el color de un modo delicado y a la vez intenso y cargado de sentido. Por ejemplo, una vez llegamos a la famosa "Hora 0" en Madrid pasamos de unos planos saturados y cargados de luminosidad, propios de islas paradisiacas a unas escenas desaturadas de personas saliendo del metro y atrapadas en atascos, sumidas en la rutina del viaje al puesto de trabajo.
"La buena noticia es que los atacantes somos nosotros, señores"
Nuestra banda ya tiene experiencia, por lo que el atraco aumenta indudablemente en dificultad y en necesidad de precisión. El Profesor tiene aún reciente el dolor de haber fallado y siente que puede ir mal pero aun así se arriesgan. Total, como dice el nuevo policía al mando de la operación: "¿Cómo va a competir el presupuesto del CNI con los cien mil millones de euros que tienen estos?" Sin embargo, este nuevo personaje no lo va a poner nada fácil, puesto que se va a saltar todos los protocolos y va a actuar de la forma más dañina para El Profesor: sin lógica. Afortunadamente contará con la ayuda de Lisboa (la inspectora Raquel Murillo).
Las dinámicas que se crean dentro del atraco recuerdan a las del asalto a la Fábrica Nacional de la Moneda y Timbre, incluidas las peleas derivadas de las asumidas como jerarquías masculinas. En este caso, tanto Tokio como Nairobi y Estocolmo se rebelarán contra la autoridad de sus compañeros y contra los comentarios desacertados que pronuncien. No se olviden: una vez no estaba Berlín comenzaba el matriarcado.
Me quedan muchas novedades en el tintero, entre las más destacables lo que le ocurre a Río y la denuncia colectiva antisistema que realiza la banda con el objetivo de ponerse a la población de su lado (una referencia de no-ficción puesto que la careta de Dalí ha aparecido en manifestaciones de todo el mundo); la inspectora Alicia Sierra (Najwa Nimri), el enorme agobio de las escenas más complejas y cómo se ha logrado que empaticemos con quienes están cometiendo actos delictivos... Sin embargo, espero que estas líneas hayan sido suficientes para picar su curiosidad. ¡La Casa de Papel vuelve a lo grande!
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