El pasado 16 de agosto se estrenaba sin mucho bombo y sin mucho push publicitario la segunda temporada de Mindhunter. La primera temporada se había convertido en una de los mejores dramas de 2017; lamentablemente, los premios no se acordaron mucho de ella en sus listas de nominaciones y tuvo que conformarse con una al Emmy por Mejor Actor Invitado y alguna otra mención en los Saturn y los Satellite. ¿Consigue la segunda temporada mantener el nivel de la anterior entrega?
La segunda entrega se centra en lo asesinatos de adolescentes y niños negros en Atlanta ocurridos entre 1979 y 1981. Durante estos dos años, hasta veintiocho jóvenes negros desaparecieron de sus barrios a la luz del día y aparecieron días más tarde asesinados de diversas maneras, la más recurrente, estrangulamiento. Holden Ford (Jonathan Groff) y Bill Tench (Holt McCallany) se trasladan para aplicar los conocimientos que han estado adquiriendo en su unidad de Criminal Psychology and Criminal Profiling del FBI.
Tanto Ford como Tench tienen la cabeza en otras cosas durante las investigación. El primero cree tener la verdad absoluta y desautoriza a la policía local en varias ocasiones, además, los ataques de ansiedad no paran de acosarle desde que en la season finale anterior Ed Kemper le abrazase. Tench, por su parte, se enfrenta a un drama familiar tan serio como desconcertante. Su hijo ha sido testigo de cómo un grupo de niños mayores que él mataba a un bebé, y él no solo guardó el secreto, sino que sugirió que lo colocasen en la postura (en forma de cruz) en la que lo encontraron.
Bill, acostumbrado a elaborar perfiles de psicópatas y asesinos en serie, no puede poder evitar las dudas sobre el pasado de su hijo. El niño es adoptado, por lo que no son realmente conscientes de si durante sus primeros años de vida pudo haber vivido episodios típicos que puedan acabar convirtiendo al pequeño en un peligro. De hecho, durante mucho tiempo, y como podemos ver en la serie documental de Netflix Inside The Criminal Mind se había estado siguiendo la MacDonald Triad para catalogar a los posibles asesinos en serie. Mojar la cama era uno de las tres reglas, y el hijo de Bill lo hace.
A pesar de centrarse en los asesinatos de Atlanta por los que acaba pagando Wayne Williams, aunque su acusación fue un tanto extraña, al haber sido solo acusado de las dos únicas muertes adultas, la serie no se olvida de pasar por una serie de asesinos en serie maravillosamente caracterizados.
Volvemos a ver a Ed Kemper, pero también a Paul Bateson, sospechoso de asesinar a seis hombres gay pero que sólo fue condenado por robo; David Berkowitz (El Hijo de Sam), condenado por asesinar a seis personas y que escribía cartas burlonas a la policía; William Henry Hance, exmilitar condenado por asesinar a cuatro prostitutas; Elmer Wayne Henley, compañero del asesino Dean Corll, al que el propio Henley terminó matando en 1973; William “Junior” Pierce, condado por cometer nueve asesinatos en menos de un año; Charles Manson y Tex Watson, miembros de la Familia Manson y que también se pueden ver en la última película de Tarantino, entre otros, que asesinaron a la nominada al Globo de Oro Sharon Tate; y BTK, al que en la serie están investigando y que no sería detenido hasta el año 2005, 25 años más tarde de la cronología de la serie.
Por su parte, y en una arco argumental totalmente diferente, Wendy Carr (Anna Torv) intenta entrevistar al resto de asesinos con la ayuda de Gregg, pero no ser agente del FBI hace que los "superiores" le pongan trabas a sus intentos. Además, Wendy intenta dejarse llevar y entregarse al amor. Por su trabajo y el ambiente en el que se mueve, siempre ha tenido que mantener en secreto que es lesbiana, pero en esta temporada la vemos enamorarse, la vemos luchar contra la hipocresía de su enamorada y la vemos sufrir sin perder la elegancia.
La segunda temporada es tan buena o mejor que la primera. La gente en redes sociales no se ha cansado de alabarla a pesar de que ni Netflix parecía saber que se estrenaba. En 2017, David Fincher, creador y director de parte de la serie, esperaba poder tener cinco temporadas de Mindhunter, con la ausencia de premios, la racha de Netflix y el estreno en las sombras, no creemos que tengamos esa suerte.
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