¿Cómo nos las apañamos para decidir qué nos sorprende entre el ingente arsenal de nuevas series que despliegan las cadenas, plataformas y hasta el puto Facebook sobre nuestras cabezas hoy en día? Hemos llegado a una maravillosa realidad alternativa en la que a Netflix se le ha quedado corto el viernes como día de estreno, el jueves también y ahora lanza formatos en miércoles porque para ellos toda la semana es fiesta. Las cadenas mutan, y hasta HBO se va a desdoblar el año que viene con prácticamente medio centenar de series en una auténtica sacada de genitales para ver quién la tiene más hermosa. Así que vamos a dibujar una línea para aclararnos las cabezas y evitar que me mande el personal ántrax a casa por no incluir Watchmen ni Chernobyl en esta lista.
Vamos a considerar serie revelación a aquellas que no tendrían que haber salido bien y salieron. Las que pasaron desapercibidas y no se lo merecen y, sobre todo, las que les ha faltado una maquinaria multimillonaria vanguardista millennial destroyer del Tío Sam con la que empapelar ciudades y cookies de internet.
10. Undone (Amazon)
Todos sabemos que el servicio de streaming de nuestros repartidores favoritos solo tiene ojitos para Jack Ryan y Sergio Ramos, así que vamos a abrir lista con una ración de justicia. Undone es un espectáculo visual que ha sabido desmarcarse de la marabunta de tal manera que no hay revelación debatible. Los viajes espaciotemporales, la disfuncionalidad familiar, el misterio y la psicología se mezclan bajo la espectacular estética de la rotoscopia para contarnos una historia apabullantemente humana dentro de un marco que excede las limitaciones del live-action. Un híbrido entre la animación y la carne que, más que ver, hay que experimentar.
9. The Morning Show (Apple TV+)
La crítica fue feroz con la presentación del cataloguillo de Apple. No vamos a negar que la atrocidad narrativa de Jason Momoa cuyo título no vamos a mentar no se lo mereciera, pero entre tanto pelotón de fusilamiento, deberíamos quitarle el guilty al pleasure de las Anispoon. The Morning Show se ha marcado un tour de force en materia de áreas grises y perspectivas con su tratamiento del #MeToo. La revelación es cómo una serie que aterrizó con su presupuesto desorbitado ha sido capaz de traducir todo un movimiento social a entretenimiento sin caer en el tópico populista. Un drama capaz de equilibrar un relato potentísimo con un ritmo y un pulso de gancho más que férreo.
8. Ramy (Hulu)
No se puede hacer una lista de series revelación sin tener una “voz de su generación” anual. Es ley, esto es así. Este año le toca a Ramy, o cómo ser musulmán, americano y millennial todo al mismo tiempo. Bajo el siempre agradecido manto de la dramedia de media horita, Ramy Youssef entra cual bola de demolición en el Olimpo de guionistas/productores/actores/directores (y sonidista si me exprimes) con el pormenorizado retrato de su experiencia personal. Desde las minucias cotidianas hasta los conflictos con su religión, Ramy se marca una temporada extraordinaria tocando techo con episodios de museo como en el que nos cuenta cómo vive un niño musulmán el 11-S y cómo no solamente redefinió los protocolos de seguridad aérea en su país.
7. Years & Years (BBC)
Pocas revelaciones se comparan a la distopía terrorífica con póster promocional de comedia familiar barata. Un caso de marketing y elecciones gráficas paupérrimas que evidentemente confió en que su primer episodio nos iba a dejar con las piernas temblando para hacerles toda la promoción del mundo. Years & Years desbanca a Black Mirror como todo lo que debemos temer al futuro gracias tanto a su crítica tecnológica como política. El repaso a la vida, obras y, por encima de todo, tragedia de Lyons nos ha robado el corazón. Y el cuarto episodio nos lo ha defenestrado. Un abrazo a todos los damnificados.
6. Merlí: Sapere Aude (Movistar+)
Qué mejor momento para desempolvar el traje de Sonia Monroy que estas fechas tan señaladas. Aunque no han faltado dudas para determinar la serie española revelación del año y Leticia Dolera lo haya puesto complicado, la resurrección y redefinición de els peripatétics se lleva los honores este año. Dejar el peso de toda la serie en el personaje más solvente, quitar el lastre de la coralidad escolar y lanzarse a los sensuales brazos de la madurez ha sido una sucesión de aciertos que Movistar no ha podido mejorar. La oda catalana a la bisexualidad, las antiheroínas y los subrayadores fosforescentes ha sido de matrícula de honor.
5. South Side (Comedy Central)
Nos bajamos a las profundidades del cable a por esas comedias chiquititas que sin grandes alardes ni cabezas de cartel son capaces de sacarnos una carcajada detrás de otra. South Side desciende a esos bajos fondos urbanos y nos plantea las tramas arquetípicas de la clase muy obrera intentando medrar. La revelación llega cuando lo hacen con un tono único entre, irónicamente, lo absurdo y lo realista, y un aire de suma autenticidad que atrapa. Sin estereotipos, con un elenco muy particular y, la guinda del pastel, todo un episodio dedicado a las pelucas. Un acierto seguro.
4. Euphoria (HBO)
Los astros se alinearon para que HBO saliera del trance post Tronos con un pelotazo en una línea completamente opuesta. Un drama adolescente con las drogas y el sexo por bandera. Skins la tenemos muy vista y muy enterrada, pero no lo suficientemente lejana como para recibir Euphoria con cero escepticismo. Su estética sobresaliente, esa edición que refleja el mimo en la sala de montaje como ninguna otra serie este año y, cómo no, Zendaya como nueva reina del universo. Bueno, y el maquillaje que absolutamente ninguna niña va a emular esta Nochevieja. Gracias por mantener un género comatoso más vivo que nunca.
3. What We Do in the Shadows (FX)
Qué parida más maravillosa. Este cuadro gótico revitaliza el mockumentary y lo cruza con unos vampiros que se han olvidado de las fornidas y seductoras líneas de los Salvatore, los Cullen y compañía. Tres vampiros centenarios y anacrónicos de solemnidad se enfrentan a compartir piso y desenvolverse en un 2019 donde ser tan vintage no es tan chocante como esperaríamos. Una comedia que confía en un concepto infalible, que han sabido explotar gracias a unos personajes adorables y un aire tan clase B que va directo a las listas de series no solo revelación, sino también de culto.
2. Perpetual Grace, LTD (Epix)
Steven Conrad nos conquistó hace ya un par de temporadas con Patriot y con Perpetual Grace se corona como todo un maestro en protagonistas catatónicos y traumitas paternofiliales. De la dramedia de espías se pasa al neo-noir colindante con western. Un thriller de suplantación de identidades fotográficamente sublime que nos cuenta cómo un intento de estafa a un pastor del sur estadounidense que roza la psicopatía se convierte en un embrollo de proporciones épicas con un guion a prueba de bombas. Un auténtico espectáculo visual con una identidad que cuestión de minutos te deja tan atrapado como claro que no vas a ver nada igual este año. Y probablemente el que viene tampoco.
1. Black Monday (Showtime)
El lobo se fue al bosque con el rabo entre las piernas porque Don Cheadle es el nuevo rey de Wall Street. Regina King y Andrew Rannels completan el trío de ases que disparan un guion de esos de diálogos corrosivos a la velocidad de la luz. Un hombre negro en los 80, el papel de la mujer, los juegos de poder y todos los excesos que suelen llevar consigo las comedias ultranegras producidas por Seth Rogen. Black Monday se llevó el año en enero por hacer del mundo financiero un campo de cultivo para personajes descomunales y conspiraciones de triple giro mortal para aderezar el festival de one-liners y barrabasadas magistralmente estructurado.
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