El pasado 31 de julio se estrenaba la segunda temporada de The Umbrella Academy, y por delante tenía el reto de presentar una historia solvente y con ritmo que disipase las dudas que había dejado su antecesora en cuanto a calidad narrativa y profundidad de la historia. La primera tanda pecaba de excesiva lentitud a la hora de presentar a los personajes, con episodios prácticamente monofocales en los que nos daban luz sobre los siete miembros de la academia. Hacer uso de seis episodios, de diez, para presentar al reparto no fue una idea muy brillante. Al menos esta temporada tiene ese trabajo hecho.
La serie recurre una vez más a separar a los miembros de la familia para aportar nuevas capas y otorgarles cierta identidad que les haga especiales más allá de sus poderes y sus números. En eso creemos que aciertan, ya no son 1, 2 o 3, sino que son Luther, Diego o Allison. Personificar a los héroes es el gran acierto de esta temporada y lo consiguen con historias individuales, eso sí, con suerte dispar.
El salto en el tiempo que Número 5 tuvo que hacer para salvar a su familia y al mundo ha vuelto a fallar. Repartiendo a cada miembro en el mismo lugar en distintas fechas desencadena una serie de complicados caminos: detener el asesinato de Kennedy, descubrir las intenciones de su padre o evitar que un gran amor se una a la guerra en la que te conoció y murió son algunas de las grandes tramas de la temporada.
¡Atención, spoilers!
¡Atención, spoilers!
Ellas vuelven a capitalizar el drama
La trama “social” de la temporada la protagoniza Allison. Número 3 en seguida se convierte en una pieza clave de la lucha por los derechos de las personas negras. En una sociedad en la que ni siquiera puede tomarse un café en un bar para blancos la ex estrella de cine se convierte en una voz fuerte, y eso sin hacer uso de sus rumores. En un momento como el actual, con el movimiento #BlackLivesMatter resonando con fuerza y con algunas escenas de persecución y violencia, convierten a la trama de Allison en un ejemplo de que la sociedad actual todavía tiene mucho por lo que luchar y muchos derechos que conquistar. Nos ayuda, además, a potenciar el rol de Allison, y sin duda es uno de los personajes más interesantes de esta segunda entrega.
El viaje de Vanya la lleva a enamorarse de la mujer que le ha dado cobijo. A pesar de que el inmenso poder que posee Número 7 sigue siendo una fuente de conflicto perpetuo, nos gusta su trama LGTBI+ porque el hecho de que sean dos mujeres es una mínima parte de la historia. Su historia es de amor, de empoderamiento, de libertad y de toma de decisiones. Sí, su relación está mal vista, el marido celoso intenta matarlas y Vanya está desesperada por viajar al futuro para poder ser ellas mismas, pero en ningún momento su orientación sexual se convierte en un conflicto de identidad. Hasta el momento, creíamos que Vanya era heterosexual, y esta nueva relación no busca que nos sorprendamos porque ahora ame a una mujer, sino que nos muestra una historia de ruptura con el patriarcado y con el machismo de la sociedad de los 60.
Llega el momento de Número 6
El espíritu de Número 6 se ha convertido esta temporada en una auténtica revelación. Su relación con Klaus pasa de ser solo divertida a ser profunda. Unidos de por vida por haber perdido su oportunidad de ir hacia la luz. A Ben le llega su momento de desaparecer, y lo hace rescatando a Vanya en el proceso. Aunque no será la última vez que le veamos, gracias al gran cliffhanger final.
Dejando a un lado la trama de la secta de Klaus, cuyo único cometido es darle a Número 4 la historia más excéntrica de la temporada; a Ben le han dado la oportunidad de mostrar sus necesidades y anhelos. Son simples y lógicas: Ben echa de menos a su familia y al amor. Haber pasado los últimos 17 años muerto le ha dejado huérfano de la vida que parece que sus hermanos están destruyendo. Ellos discuten y no se soportan la mayor parte del tiempo y él solo querría poder cenar con ellos de nuevo.
Su momento llega cerca del final de la temporada. De nuevo, Vanya se convierte en una amenaza. Maltratada y torturada, los poderes de Número 7 son liberados sin control, y Ben es el único al que no puede herir. En una extraña dimensión, ambos tienen un momento de catarsis y el espíritu de Número 6 se sacrifica por su hermana. Lo único que le pide mientras acaba su nueva vida es un abrazo. Y se nos encoje el corazón.
La guerra contra 'The Handler'
Aunque son ellas las que tienen las tramas más actuales y con las que es más fácil conectar a nivel emocional, la trama principal gira de nuevo en torno a Número 5. El chico intenta encontrar un billete de regreso al presente para evitar con ello el fin del mundo que han arrastrado con ellos. Esta vez su principal aliado es Diego.
Precisamente, Número 2 es uno de los más olvidables de la serie y es una situación con la que ha lidiado toda su vida: relegado por su padre a ser el segundón del grupo, su poca inteligencia y la larga sombra que proyectan unos hermanos mucho más carismáticos que él. Eso sí, el ascenso de Diego relega a Luther a personaje menos relevante de la serie. Y no nos sorprende.
Parece claro entonces que sea número 2 el eslabón que 'The Handler' pretende explotar para conseguir acercarse a 5. Con él también nos presentan a Lila Pitts, hija adoptiva de 'The Handler' y uno de los 43 bebés con poderes que nos presentaron en el piloto. Estaba claro que tendrían que ir apareciendo y de momento tenemos al primero de ellos, su poder es imitar los poderes de los demás, y la vemos batallar con sus sentimientos hacia Diego, con su odio hacia Número 5 y las mentiras de su "madre".
El clímax de esta trama nos deja una gran batalla, una batalla perdida que se salva cuando Número 5 aprende a viajar en el tiempo con control.
The Sparrow Academy
Los momentos finales del episodio merecen mención aparte porque nos dejan deseando que Netflix anuncie la renovación de la serie y estamos rezando para que no siga cortando cabezas a sus series cuando alcanzan las tres temporadas.
Una vez consiguen llegar al presente se encuentran con un mundo muy cambiado. Su padre está vivo, pero The Umbrella Academy no existe. En su lugar, tenemos a The Sparrow Academy, un grupo de jóvenes con habilidades especiales liderados por un renovado Ben como Número 1.
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