En 1975 Alguien voló sobre el nido del cuco arrasaba al obtener los cinco Oscar más importantes del año: Mejor película, mejor director, mejor guion adaptado, mejor actor y mejor actriz; en 2020 Ryan Murphy desarrolla esta insulsa serie precuela basada en el personaje femenino principal, la Mildred Ratched.
Esta interpretación de la vida anterior de la malvada enfermera cumple con algunos de los vicios negativos de los últimos trabajos de Murphy, intenta que pasemos por alto, mediante una fotografía cuidada y una estética impecable, el hecho de que el guion y la historia están vacías. Además, del mismo modo que suele ocurrir con las temporadas de American Horror Story, malgastan media temporada construyendo algo que no acaba de pasar y termina con una serie de episodios que parecen TV movies independientes y con muy poca continuidad narrativa.
Si somos sinceros, no todo en Ratched es negativo, y no todo lo bueno es ornamental. Sophie Okonedo interpreta a Charlotte Wells, una de las pacientes del centro que sufre de un trastorno de personalidad múltiple. Desde la parcela que le dejan, supera con su asombrosa interpretación al resto del elenco. Cuando todo a su alrededor es excesivamente pausado y carente de emoción, ella nos despierta y nos mueve como ningún otro personaje lo consigue.
Sarah Paulson también está bien, en su línea, pero quizás el tener tantos personajes con los que compararla en el universo Murphy no le haga ningún favor a su enfermera Ratched. Sus momentos más brillantes vienen de la mano de su relación con Gwendolyn Briggs (Cynthia Nixon), que nos deja ver a dos actrices LGBT defender dos papeles de mujeres lesbianas. Especial mención al papel de Nixon, cuyo papel parece haber bebido directamente de su vida con una emocionante trama que incluye un cáncer de mama, enfermedad que la actriz superó en 2008.
El personaje de Sharon Stone es un quiero y no puedo y su presencia parece un mal parche colocado sobre los codos pelados de una chaqueta. Ni su relación con su hijo (Brandon Flynn) ni su rivalidad con el doctor Hanover (Jon Jon Briones) termina de levantar el más mínimo interés. Como intento de pseudovillanos ambos fallan en un conflicto demasiado descafeinado y que, sobre todo, no puede darle más igual a la protagonista, que se involucra en esta trama obligada por la necesidad de justificar el tiempo que se le dedica en pantalla.
Pero terminemos con un buen sabor de boca. Otro de los grandes aciertos de la temporada es Edmund Tolleson (Finn Wittrock), una de las caras frecuentes de las series de Ryan Murphy y que es una maravilla interpretando al psicópata “hermanastro” de Ratched. Una pena que su presencia en esta primera temporada sea un poco irregular, seguramente porque tomará el protagonismo que merece en la segunda temporada de la serie, que era un hecho desde su concepción.
No sabremos qué le deparará el futuro a Ratched, y tampoco tenemos claro que estemos aquí para verlo.
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