Al episodio de esta semana de The Walking Dead: World Beyond no hay por donde cogerlo. Hemos sido benévolos con el arranque de la serie, intentando centrarnos en los puntos más o menos buenos; y poniendo en cuarentena a los malos, pero cuando estamos casi rozando la mitad de la temporada, de una serie cuya estructura ya está establecida en veinte episodios, no se pueden permitir episodios tan vacíos como este.
Si las dos últimas semanas el mayor conflicto era cruzar un campo de neumáticos en llamas, esta semana necesitan refugio porque va a llover. Eso es todo. Da la casualidad de que el edifico más cercano y que cumple con los requisitos de protección es un instituto. Un centro escolar que nunca han podido pisar por cuestiones de edad y apocalipsis. Un instituto al que el fin del mundo les pilló en pleno baile de Sadie Hawkins, ese baile en el que ellas son las que invitan a los chicos (muy modernos).
Aprovechando una nostalgia no vivida, recorren los pasillos buscando que los más jóvenes desarrollen sus personajes, en detrimento de Felix y Huck, que son bastante planos. En este punto de nostalgia se encuentra el detalle que más me ha gustado del episodio, esa recreación de los momentos clave que aparecen en las fotos del anuario, recuerdos del año 2010, cuando ir al instituto no era un privilegio y no se valoraba la vida tanto como cuando vives con la muerte.
En cuando a la trama en sí, aprovechando que son pares, terminan emparejados. Felix decide que Elton le ayude a buscar agua para intentar convencerlo de que lo mejor es volver a casa. Como no entienden qué le motiva a acompañar a las chicas, creen que será más sencillo engatusarlo. La investigación de su madre es muy importante para él y aunque parece dispuesto a ayudar a Felix, en principio, no creo que termine haciéndolo. Curioso es que Elton vocalice lo sorprendente que es que un grupo tan poderoso como Civic Republic no haya tomado el control de Omaha. Si supieses...
Y cerrando el episodio, tenemos a la pareja oficial. Llevan un par de semanas sembrando el ship de Iris y Silas, y si algo necesita un drama teen es algo de amor. Los dos se han quedado encerrados en el gimnasio, con refrescos y adornos que les invitan a bailar porque están vivos por primera vez en mucho tiempo y necesitan diversión. Silas ha sonreído. Repito. Silas ha sonreído. Pero le dura poco, en cuanto mata a un empty, se ciega y termina usando a otro muerto como saco de boxeo. Está claro que su episodio violento le sigue atormentando. Episodio que terminó al parecer con su padre muerto y con su madre testificando en su contra. Necesitamos todos los detalles.
La semana que viene cerraremos el primer cuarto de la serie y seguimos caminando hacia el este en dirección a un lugar que desconocemos. Por curiosidad, si buscáis en Google Maps el tiempo estimado caminando, en condiciones normales en 2020, entre Omaha y New York es de unos 17 días. Esperemos que tengan algún que otro objetivo intermedio que incluya más que buscar agua y sitio donde dormir.
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