El pasado 31 de diciembre Netflix España estrenaba la última parte de las exitosa Chilling Adventures of Sabrina, un fenómeno tal que hemos podido disfrutar de sus cuatro temporadas en tan solo dos años. Una serie marcada por su tono oscuro, por sus grandes giros de guion y por su constante guerra feminista. ¿Visitamos Greendale por última vez?
Una de las principales bazas que tiene la serie es su gran capacidad para reinventarse y avanzar con cada una de sus partes. Arcos narrativos con cierre propio que incluso nos hacían dudar de la continuidad de la historia. ¿Qué mas podría pasar? Pues esta última temporada se sustenta en unos pilares que han resultado ser uno de los mejores recursos de la historia de la serie: los Horrores Arcanos.
Esta amenaza oscura, liberada por el padre Blackwood (Richard Coyle), nos ha permitido disfrutar de episodios casi autoconclusivos. Un Horror Arcano por cada episodio que nos han dejado momentos muy variados y que han permitido que todos los personajes hayan tenido su momento de despedida. Entre todos ellos, destacamos al Infinito, un enemigo que nos lleva a ver a Sabrina Lucero del Alba (Kiernan Shipka) como protagonista de una versión de la sitcom de finales de los 90 con un Salem de fieltro y a las tías originales (Beth Broderick y Caroline Rhea) como villanas a las órdenes del Vacío. Un guiño al universo Sabrina que hemos conocido todos y que solo se hubiese podido completar si Melissa Joan Hart hubiese tenido un cameo.
Como decíamos, todos los personajes han tenido su momento para dejarnos con finales más o menos satisfactorios. Hemos podido ver a Roz (Jaz Sinclair) entender la naturaleza de sus poderes y abrazar la realidad de que es una bruja. Hemos visto a Prudence (Tati Gabrielle) vengarse al fin de su padre. Zelda (Miranda Otto) ha tenido que ver como su enamorada era en realidad Baron Samedi. Lilith (Michelle Gomez) ha tenido sus luces y sombras, incluyendo el sacrificio de su bebé para no dárselo a Lucifer (Luke Cook). Hilda (Lucy Davis) ha tenido una curiosa rivalidad con su suegra por culpa de Les Revenants, un horror arcano que resucitaba a los muertos y que nos deja por un lado el momento mamarracho de la temporada con una batalla de bandas a las puertas del infierno y con Dorcas (Abigail Cowen) haciendo una aparición especial para perdonar a Agatha (Adeline Rudolph) por haberla matado. Una Agatha que ha ganado peso en esta última temporada y una Cowen a la que veremos a partir del 22 de enero en Fate: The Winx Saga.
Quizá los horrores arcanos y la construcción del gran final nos han dejado a algunos personajes olvidados y algunas tramas en las que nos movemos de puntillas. La serie, Nick (Gavin Leatherwood), Sabrina y nosotros sabíamos que eran “End Game” pero los reconcilian de la noche a la mañana. Nick pasa de salir con Prudence a confesar su amor por Sabrina de la nada y deja atrás parte de su personalidad al convertirse en un novio incluso un poco empalagoso. ¡Por no hablar de ese final! El infierno ha sido un mero accesorio que nos ha dado contenido durante ¿15 minutos? Lucifer y Caliban han sido dos peones sin función durante gran parte de la serie, de hecho, Caliban ha sobrado desde el minuto cero.
Y llegamos al final de la serie. Sabrina Lucero del Alba acaba muriendo al intentar huir del Infinito para advertir a Sabrina y Greendale de la llegada del Vacío, el último Horro Arcano. Un horror que absorbe toda forma de vida hasta hacer desaparecer toda la materia hasta vaciar toda existencia. Un mal uso de la Caja de Pandora acaba con Sabrina convertida en el Vacío y siendo la fuente del Fin del Mundo. Hasta que la joven bruja decide sacrificarse por el equipo y acaba muriendo para que el resto pueda atrapar al Horror. Una muerte que nos llega a esa escena final que básicamente sobra. Sabrina se encuentra en el Más Allá, al más estilo The Good Place, leyendo tan tranquila hasta que aparece un Nick que ha muerto para poder pasar toda la eternidad con su amada. ¿En serio? Demasiado.
Y así nos despedimos de #CAOS. Con una de sus temporadas más sólidas y con un final (el de Sabrina la persona) muy satisfactorio. Una tanda que nos ha dejado disfrutar de todos los personajes, con referencias al pasado, a sus vecinos de Riverdale e incluso al cómic en el que se basa cuando Sabrina se disfraza de si misma en la historia ilustrada. Echaremos de menos estas aventuras. Praise Sabrina.
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