Estamos a una semana del primer parón de la undécima temporada de The Walking Dead, pero que no cunda el pánico: la segunda temporada de The Walking Dead: World Beyond empezó ayer y la séptima de Fear The Walking Dead está a dos semanas de distancia.
Este arco dominado por la lucha contra los Reapers llega a su fin con una batalla que se presenta mucho más épica (que no memorable) de lo que en principio nos esperábamos. No nos engañemos, como villanos, aburren. También resulta un pelín decepcionante que, viendo estos siete episodios con perspectiva, no haya ocurrido gran cosa. Seguimos con la misma misión que en el episodio 11x01, tenemos la misma hambre, los muros están igual de débiles y, salvo los extras muertos y el regreso de Connie, no hemos visto avanzar demasiado la trama.
El plan del grupo formado por Maggie, Negan, Gabriel y Elijah pasa por aumentar los números usando la táctica del susurrador. Negan es el experto que enseña a Maggie cómo pastorear zombies. Sus interacciones son frecuentes, pero en este episodio en particular tienen la conversación más real. O al menos la más sincera. Negan confiesa a Maggie, que, si pudiese volver atrás en el tiempo, no solo volvería a matar a Glenn, sino que viendo los problemas que le causaron, se los hubiese cargado a todos. Quizás Maggie no esperase escuchar eso de un personaje que trata de redimirse, pero toda lucha tiene un héroe y un villano, y depende desde qué bando mires, te considerarás lo uno o lo otro.
Lo que no tengo muy claro es qué pueden querer hacer con el dilema de fe de Gabriel. Su relación con Dios ha sido el mayor conflicto que ha tenido a lo largo de su larga trayectoria en la serie. No olvidemos que esta es su séptima temporada. ¿Perderá la fe por completo? ¿La recuperará? A estas alturas, poco importa.
Poco a poco la aventura en la Commonwealth se ha convertido en un pequeño oasis de contenido fresco y original. Ojalá verlos en cada entrega porque resulta un milagro poder disfrutar de algo nunca visto en los más de 160 episodios de la serie. Nuestra nueva reina Yumiko se ha estado paseando como la VIP que es, con su traje chaqueta pantalón y consiguiendo abrir más puertas de las que se espera. Consigue incluso un one to one con la presidenta Pamela Milton, que se ha tenido que posponer porque Eugene la ha vuelto a liar.
¿Qué ha hecho esta vez? Pues le ha pegado un puñetazo al hijo Cayetano de la presidenta. Merecer se lo merecía, pero no son formas. Eso sí, todos alucinan porque no sabía con quién estaba tratando, como si Eugene no llevase viviendo en el lugar un par de días.
El castigo que les imponen por usar la radio es limpiar edificios para que la Commonwealth pueda habilitar nuevas viviendas. Por desgracia, se encuentran con el repelente mini Milton en un cita temática, y después de salvarle, le pega en la cara. Eugene termina en la cárcel, y parece que solo conseguirá salir si confiesa la localización de Alexandria. ¿Dirá la verdad o mentirá?
Por cierto, puede que Yumiko haya reventado la burbuja de su hermano. El pastelero le pide que no deje que nadie se entere de que era cirujano, pero preguntar por él fue lo que consiguió a Yumiko su entrada a la Commonwealth. Esto va a doler a los hermanos, sobre todo después de que "lo secuestren".
Deberíamos mencionar lo que hacen Dayrl y Leah en este episodio, pero no es muy diferente de lo que ya hemos visto. Vemos a la ex de Daryl mentir a Pope al salvar a un padre y su hijo en el bosque. Que no compartía sus sádicas formas es algo que ya sabíamos, la hemos visto replicar muchas veces, ¿nos han aportado algo? No.
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