Desde el momento en el que suena ‘Do You Wanna Taste It’ de Wig Wam en los opening credits de la serie, sabemos que estamos ante algo especial. La ya icónica performance con todos los personajes de la serie (incluido algún extra) es la única señal que necesitamos para confirmar que a Peacemaker no le va lo tradicional. Con esta simpática apertura, que ha devuelto a la canción de 2009 al Nº1 en el iTunes Rock Chart, nos dejan claras dos cosas: que nos vamos a divertir viéndola y que seremos incapaces de pulsar "omitir intro".
Peacemaker es un trago de agua fresca dentro del maltrecho DCEU (DC Extended Universe). Por primera vez en la historia de este caótico e irregular universo, que ya cuenta con 11 películas estrenadas, se lanzan a las series de la mano de HBO Max y uno de los secundarios que quedan vivos de The Suicide Squad, el intento de James Gunn por resucitar al grupo de villanos obligados a ser "héroes", después de la bochornosa primera parte (aunque este nuevo intento no haya sido mejor).
El personaje interpretado por John Cena es un villano con una mentalidad más compleja de lo que parece. Partimos de la base de que todos los asesinatos que ha cometido a lo largo de su vida se deben exclusivamente a que está dispuesto a cargarse a quien haga falta para defender la paz. Una especie de justiciero que solo mata mala gente. Casi siempre. Él no se responsabiliza si alguien muere por error.
Arrancamos la historia con su recién ganada "libertad". Un espejismo de lo que le espera, pues sigue formando parte del proyecto Grupo de Trabajo X ideado por Amanda Waller (Viola Davis) y que le deja bajo la vigilancia de tres miembros de A.R.G.U.S. (Grupo de Investigación Avanzada en vías para la Unidad Superhumana) Clemson Murn (Chukwudi Iwuji), Harcourt (Jennifer Holland) y John Economos (Steve Agee). Al grupo se les acabará uniendo Adebayo (Danielle Brooks, Orange Is the New Black) y el fiel escudero de Peacemaker, el enmascarado Vigilante (Freddie Stroma, UnReal, Harry Potter y el Misterio del Príncipe).
La serie explora los orígenes de la historia de Peacemaker, marcada por una infancia muy dura y por el odio de su padre Auggie Smith (Robert Patrick), conocido como el villano White Dragon, que crio a sus hijos siguiendo sus ideales: xenofobia, homofobia, sexismo… porque este White Dragon no deja de ser un White Supremacist. Esta relación y un incidente con su hermano serán las semillas de las que brotará el Peacemaker que conocemos en el presente.
Pero eso no es todo lo que nos deja la serie. Este improvisado grupo de héroes deben enfrentarse al Proyecto Butterfly. Unos alienígenas con forma de mariposa que se hacen con el control de los cuerpos de los humanos para poder mantenerse con vida, y que se alimentan de la leche de una vaca muy especial a la que el grupo debe destruir. Todo esto aderezado con mucha sangre, mucha acción y bromas que escandalizarían a los puritanos de Marvel.
Peacemaker es la muestra de que DC puede hacer las cosas bien. No podemos generalizar demasiado, pero sin duda es un ejemplo del trabajo bien hecho. Tan bueno, que ya tenemos segunda temporada confirmada. Que el DCEU remonte depende más que nunca de ellos mismos, porque con esta serie nos han dejado claro que no es por falta de capacidad.
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