Conversaciones entre amigos (Conversations with Friends) vio la luz llamada a tomar el relevo de Normal People al compartir origen (las dos son adaptaciones de novelas de Sally Rooney) y por compartir cadena en Estados Unidos (Hulu). Los zapatos de Marianne y Connell eran difíciles de llenar, y los de Daisy Edgar-Jones y Paul Mescal todavía más. Y eso definitivamente ha jugado en su contra.
Frances (Alison Oliver) y su exnovia y mejor amiga Bobbi (Sasha Lane) conocen a Melissa (Jemima Kirke), una escritora de renombre, y su marido Nick (Joe Alwyn), actor; y pronto comienzan una extraña relación de amistad basada en sus inclinaciones artísticas y literarias. Todo se tuerce cuando Frances y Nick acaban viviendo una aventura a espaldas de Bobbi y Melissa. Al menos eso intentan.
Como adaptación, comparte con Normal People su gran fidelidad al material original. La atmósfera se transmite a la percepción y los personajes no terminan de caer bien en ningún momento. Son personajes grises y herméticos que no dejan que se les conozca del todo. Y eso evita que les queramos o les odiemos. Nos pasamos toda la serie en desacuerdo con lo que hacen y no dicen. Y quizás este sea lo mejor de la historia. Lo que la hace real.
Melissa y Bobbi atrapan las miradas. Son extrovertidas y parecen disfrutar teniendo a Nick y Frances a su sombra. Abusan en exceso de la pasivo agresividad, especialmente la segunda. Parecen acostumbradas a tener a su lado a personas introvertidas y pasivas, y por eso ni se imaginan que puedan hacer algo por si mismos, como tener una relación paralela. "Patético" es la palabra con la que Melissa describe a Nick en un momento dado de la serie, mientras reafirma que no le dejará a pesar del affaire, y confiesa que duda mucho que él la deje a ella porque no le cree capaz de hacerlo.
Nick y Frances son como dos muros de cemento de esos en los que no puedes pegar carteles por temor a que muestren algún tipo de emoción. Los vemos enamorarse sin apenas chispa. Sin apenas removernos cuando los vemos juntos. Como si fuesen seres tan pasivos que ni siquiera se esfuerzan en evitar estar juntos, para qué hacer el esfuerzo. Viven fascinados el uno con el otro porque parece que es la primera vez en la que alguien se fija en ellos. Por primera vez son los protagonistas de algo.
Conversaciones entre amigos falla paradójicamente en sus diálogos. No porque no sean profundos o porque sean malos. Simplemente no existen. Esas conversaciones no son tales. La comunicación se lleva a cabo sobre todo a través de juicios de valor hechos en silencio o con charlas breves e incómodas en las que ninguno de los personajes habla claro. Solo Melissa y Frances tienen una conversación muy interesante en la que la primera confiesa que está dispuesta a compartir a Nick porque se ha dado cuenta de que le quiere y quiere que sea feliz, pero incluso ese intercambio es más un monólogo de la escritora que una charla funcional entre ambas.
La falta de emoción a lo largo de la temporada acaba por desterrar a la serie a tierra de nadie de la conversación en redes sociales y de la crítica. Es insípida a pesar de girar en torno a un "apasionado" romance, a un cuadrado amoroso, fuertes celos, problemas financieros, problemas de salud mental e incluso la sospecha de una grave enfermedad. Ningún aliño consigue que la serie tenga el sabor que esperábamos. Y tanto la serie como el elenco se quedan a años luz de sus predecesores.
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