Sinvergüenzas

Creo que ya lo dije la semana pasada, pero como poco, resulta irónico que estrenaran el domingo en Showtime Shameless y Episodes. La primera, un remake (por lo que he leído, muy parecido) de una serie inglesa; la segunda, una serie sobre un remake. Parece una broma macabra y por supuesto que lo es. El problema está en definir qué es lo que tratan de demostrar, que sí se puede hacer una buena adaptación (en cuanto a calidad, interés, definición, Shameless USA es genial) o que en Showtime si se saben reir de ellos mismos. Dejémoslo en que todo es una broma macabra, y punto. Son unos sinvergüenzas.

Los de Showtime la verdad es que lo saben hacer todo bien. Saben lo que quiere el público. Es muy obvio que lo saben. Adicciones, desnudos, lenguaje descontrolado, familias disfuncionales... Shameless está compuesta de los ingredientes básicos de la comedia negra que tan en boga está últimamente. El problema es que no saben muy bien cómo distanciarse de ahí sin meter la pata, pero ese es otro asunto. Además, Shameless incluye el ingrediente especial, algo así como, ya que hablamos de gastronomía, la deconstrucción en la cocina: es un remake. No sé por qué, pero últimamente los estadounidenses se pirran por ellos. ¡Si hasta Aquí no hay quien viva tendrá uno!

¿Pero qué diferencia a Shameless? Tiene a actores conocidos aunque no necesariamente buenos (Macy, Rossum, Cusack, a la que no perdonaré que sustituya a Allison Janney), pero que no significan nada. Son los niños, esos jóvenes que no son adultos ni son ná y que ya reciben mamadas en las clases particulares de física o que fornican en el suelo de la cocina, la clave del éxito que tiene y que se espera de una recién nacida como Shameless. Son los niños a los que disfrazan como adultos debido a su composición familiar formada por un padre alcohólico y falso discapacitado, una hermana mayor que les cuida con sus miles de empleos aunque sale de fiesta como buena poligonera que es, un hermano mayor algo pasota, otro hermano gay, la hermana pequeña que es más responsable que cualquier otro, otro hermano pequeño y un bebé mestizo que a saber de dónde ha salido. Son los niños los que viven como adultos y los adultos los que a veces se comportan un poco como niños (a pesar de sus perversiones, para qué lo vamos a negar).

Por lo demás, no tiene nada por la que merezca una ovación. Es cierto que todos los elementos encajan francamente bien, que resulta creíble y que, sobre todo, es muy entretenida, pero a lo que voy yo es que tengáis cuidado con los gurús del cine y de la televisión, que se rendirán a sus pies como si no hubiera mañana, y que chorrearán de gozo capítulo tras capítulo. Shameless es buena, pero no es ninguna obra maestra. Lo siento.

Como última observación, hay que ver el revuelo que ha generado la cantidad de sexo y desnudos integrales que se han visto en el piloto. Eso es lo que dicen, a mí me parece una cantidad normal de sexo y nada especial colección de desnudos. No es para tanto.