Con el final de The Killing ha surgido en la red un debate muy interesante sobre si una serie se debe a su público o viceversa. En resumidas cuentas, se trata de la eterna cuestión de si una serie se debe amoldar a su audiencia y darle más o menos lo que quiere y busca (al fin y al cabo, es la que permite que la serie exista) o si, al contrario, es el público el que debe aceptar que una serie se desarrolle a su manera, dejando vía libre a la creatividad. Ambas posturas poseen sus buenas dosis de razón, pero aunar ambos conceptos en un mismo producto es bastante complicado. De ahí las disputas, obviamente: "¿debo continuar siguiendo una serie porque aunque sé que es buena y me entretiene no me da lo que quiero?" Cada uno tiene su propia respuesta, pero yo he encontrado la mía con Nurse Jackie.
Las dos primeras temporadas de la serie de Liz Brixius y Linda Wallen me parecieron brillantes, entretenidas y muy divertidas. Enfocada en Jackie Peyton (Edie Falco, The Sopranos), una enfermera de Emergencias del Hospital All Saints de Nueva York, la serie nos narra tanto cómo transcurre su vida profesional, curando pacientes, luchando con doctores y con otros enfermeros; como su vida personal, con su marido y sus hijas, con sus escasas amistades y con su aventura con el farmacéutico por el interés; y, sobre todo, cómo se organizan todos estos elementos alrededor de su adicción a las pastillas. La gran Falco encarna a un personaje nada cómico pero que es el pilar de una sencilla aunque impactante comedia negra llena de matices y de grandes momentos. A todo esto, le sumamos un reparto de actores secundarios increíbles que acompañan a la Falco y le otorgan la sal que le hace falta a la legendaria actriz: Eve Best, Merritt Wever, Peter Facinelli, Anna Deavere Smith, Dominic Fumusa, Paul Schulze... La mezcla de todos estos elementos fue (en pasado) un cóctel de gran calidad y consistencia hasta que en su tercera temporada se volvió demasiado amargo y repetitivo.
Tanto la primera temporada como la segunda terminaban planteando unos puntos de inflexión que afectaban enormemente a la vida de Jackie y a su adicción: mientras en la primera Eddie (Paul Schulze), su proveedor de medicamentos y amante, se enteraba de que Jackie tenía una familia y un marido y terminaba con ella, en la segunda su marido Kevin (Dominic Fumusa) se enteraba de la adicción de su mujer y junto con la mejor amiga de ésta, la doctora O'Hara (Eve Best), se enfrentaba a la enfermera para impedir que siguiera destrozando su vida. Esta revelación prometía grandes cambios para la tercera temporada que el lunes cerraba Showtime: cómo Jackie se enfrenta a la desintoxicación y cómo recupera la confianza de sus seres queridos. No obstante, la serie ha evitado lo lógico para dar un paseo entre capítulos sin demasiada sustancia, evitando enfrentarse a su propio concepto y dando una vuelta de tuerca a la figura del adicto, pero sin dar ni un solo paso al frente sino dando un rodeo para volver al mismo punto de partida. Eso sí, con un final bastante desconcertante.
La tercera temporada de la serie ha estado plagada de errores: los mismos dramas de siempre como el de la historia de la hija mayor de Jackie que soportamos desde hace tres temporadas y que parece resistirse a desaparecer; un uso bastante inapropiado de los secundarios como la explotación de una excesiva Akalitus, el ninguneo a O'Hara e incluso a Coop (hasta de personajes que iban a tener cierta relevancia y que desaparecieron del mapa, como Tunie), o el extraño y bipolar recurso del personaje de Zoey; y por si fuera poco, una Edie Falco que a veces parecía perderse en su propio papel. La que debería ser la temporada en la que veríamos aparecer los demonios de Jackie ante su desquite de la adicción se ha convertido en un encadenamiento de intentos para tratar de dejar la terapia de la enfermera apartada para una siguiente temporada.
No obstante, si hay que destacar un aspecto magnífico de esta temporada para olvidar es cómo han mantenido el tipo lo mejor posible gracias a las mentiras de Jackie, intentando negar su adicción tanto a otros como a sí misma, con métodos muy calculadores y nada ortodoxos. Aunque en un principio intenta abandonar la droga con una terapia de choque con el famoso sponsor Bill (Bill Page, American Psycho), la muerte de éste la obliga a llevar a cabo métodos algo extraños y a luchar con nuevos enemigos, como Kelly (Gbenga Akinnagbe, The Good Wife). Mientras, tiene que recuperar la confianza de su marido, de O'Hara y conseguir convencer a Akalitus de que no es una adicta, lo cual haría peligrar su empleo. Pero siempre se mantienen constantes las mentiras de la enfermera que demuestra que tiene un don especial para el engaño.
No se plantea ningún cambio salvo el aparente que se introduce con el final de esta tercera temporada para la que veremos el año que viene. En cuanto a la adicción de Jackie, no hay signos de que la veamos fuera de sus mentiras y de sus visitas al baño. Volvemos al principio, y eso no tiene mucho interés; sé que es buena y me entretiene, pero no me da lo que quiero. Pero cómo voy a negarme a verla con esa finale. Qué persona más mala es Jackie y qué cruel es la adicción de un seriéfilo.
Nota: Interesante entrevista sobre a Lix Brixius sobre la season finale y la cuarta temporada en TV Guide.
Estoy casi al 100% de acuerdo con lo que has dicho, esta tercera temporada se planteaba como la más interesando y lo único que han hecho es un reseteo, engañando al espectador. Pretenden hacer lo mismo con la cuarta, pero conmigo que no cuenten.
ResponderEliminarSupongo que habrán visto que Jackie en el fondo no puede dar para muchas historias más y esta temporada ha quedado un poco en stand-by, pero tienes razón: nos han tomado el pelo. Saludos y gracias por pasarte!
ResponderEliminarSin ser muy dura creo que ha sido un coñazo de temporada. Qué poco me ha gustado esta Jackie, hay que ver cómo me molesta el marido y me estorba el entusiasmo de los y las enfermeras... Y lo peor es que no quiero seguir, y lo peor es que me dará igual lo que les pase porque me han mareado durante 13 capítulos.
ResponderEliminarPuedo entender que las fases y los pasos a dar son esos y son así, pero... no me convence. Ni siquiera el final, puedo entender incluso esa decisión que ella toma. Era lógico, por otra parte. (Complicado de explicar también)
Entiendo lo que quieres decir. Aunque es extraño, el final concuerda perfectamente con la actitud de Jackie y el ritmo general de la serie en toda la temporada. Claro, que el problema es precisamente ese, y cómo a partir de ahí se han estancado. Un saludo y gracias por pasarte!
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