Seguramente en algún momento de vuestra vida os habéis cruzado con alguna persona con la que, por interés y amabilidad o simplemente casualidad habéis tenido una conversación sobre cine, música, libros o cualquier elemento cultural que se precie, incluso la televisión. En este ámbito conversacional quizás la charla más común detrás de la de "¿os acordáis de?" (la clásica conversación nostálgico-televisiva) es aquella en la que los participantes comienzan a hablar sobre sus series favoritas. En estos momentos, un servidor se encoge un poco sin saber cómo encarar la conversación y esta reacción se observa también, en mayor o menor grado, en la cara del resto de participantes por una simple razón: en ocasiones, lo que vemos en televisión no está socialmente aceptado por todos los que nos rodean, aunque depende del público con el que nos estemos relacionando. Es como si un cría de quince años admite su pasión por Auster en su grupo de amigas o alguien reconoce haber leído la saga Crepúsculo, sea ante el público que sea. Por supuesto, todo depende de nuestra facilidad para exponer nuestros gustos, pero por lo que tengo entendido es un sentimiento bastante general.
Si hablamos de series de televisión ocurre una situación similar. No sería la primera vez que ante un público con el que no tenemos demasiada confianza reconocemos nuestra pasión por las series de la HBO y nos olvidamos de mencionar lo bien que lo pasamos con alguna serie con humor retarded hasta el punto de llorar de risa. Sin ir más lejos, cuando me preguntan por mi serie favorita digo rápidamente Six Feet Under sin pensarlo mucho pero, aunque sí que es cierto que posiblemente sea de mis favoritas con toda seguridad hubiera mencionado alguna comedia bastante insustancial de haber estado hablando con otro tipo de personas. Personalmente, no se me escapa detalle cuando al tener una conversación que alcanza estas lindes mis interlocutores mencionan The Wire, The Sopranos y hasta Treme como sus series favoritas. Por supuesto, creo y entiendo perfectamente el que puedas reconocer la calidad de estas series pero, hay veces que mi cabeza reacciona de forma distinta: "por favor, ¿Treme? Me encanta pero, ¿estás seguro de que quieres dejar constancia de que tu serie favorita es Treme?". De cualquier modo, nuestras declaraciones acerca de gustos culturales siempre son dependientes del público al que nos estemos dirigiendo, no hay que darle más vueltas.
La cuestión, sin embargo, es otra. No se trata de lo que reconozcamos en público, que siempre será algo que estará en función de diversidad de factores sociales, sino de lo que realmente reconozcamos ante nosotros mismos. Volviendo al ejemplo de The Wire, The Sopranos o Treme como series de culto que se nos ponen rápidamente en la boca a la hora de hablar de nuestros gustos, ¿son en realidad nuestras series favoritas? ¿serías capaz de devorar estas series con tanto gusto como con el que has maratoneado otro tipo de series más mainstream? Pensemos en los estrenos de este otoño y en dos series radicalmente distintas: Boss, de Starz, y Suburgatory de ABC; suponiendo que hayas visto ambos pilotos y que hoy tuvieras la posibilidad de ver otro episodio de cada una: ¿hacia cuál te lanzarías? Personalmente, me encantó el piloto de la serie de Kelsey Grammer pero sin duda me lanzaría a por la comedia de la network. Y no lo pensaría dos veces.
Pero tampoco se trata de esto, al fin y al cabo del mismo modo que entre estas dos series yo elegiría la comedia chorra, otra persona podría escoger primero el dramón de Starz, y lo entendería perfectamente; simplemente, era un ejemplo que creo bastante ilustrativo: generalmente, cuando acudimos a productos televisivos no buscamos densidad argumental ni dramas profundos y complejos, sino tan solo pasar un buen rato. La cuestión es esta: a pesar de que (y es totalmente razonable) te encantan las series más insustanciales del mundo, ¿te avergüenzas de ver alguna de ellas? ¿tienes algún placer culpable o vicio inconfesable seriéfilo? Por lo que he podido averiguar después de ciertas pesquisas e incursiones en el mundo 1.0., de hecho, sí, todo el mundo se avergüenza de ver, leer o escuchar algo que, de preguntarle delante de otras personas negaría rotundamente saber algo sobre el tema. Cada persona es un mundo y cada vicio se entiende de forma distinta según nuestra forma de ser y el ámbito social en el que nos movamos. Por ejemplo, en mi caso decir que actualmente veo esas dos chorradas supurantes que son Suburgatory o 2 Broke Girls, un claro ejemplo de guilty pleasure: me encantan y me lo paso estupendamente con ellas pero me desentiendo si pretendes que hable contigo sobre el tema, especialmente delante de ciertas personas. Y menos mal que no soy ningún asiduo de The CW.
En cualquier caso, creo que el hecho de los placeres culpables es un problema social bastante actual. El que podamos ver de todo y que haya productos para cualquier público nos ha forzado a saber diferenciar enormemente qué serie está destinada a qué sector demográfico y, sobre todo, qué serie no está destinada a uno mismo. Supongo que era más fácil en aquellos tiempos en los que a la hora de la merienda solo podíais encontrar MacGyver o El Coche Fantástico por la televisión; el tiempo nos ha dado mayor capacidad de decisión y ahora somos totalmente conscientes de nuestras elecciones. De todas formas, habría que replantearse el por qué nos avergüenza en muchas ocasiones reconocer lo que nos gusta y lo que no: al fin y al cabo, todo el mundo tiene un placer culpable.
Gossip Girl, mi hermana me obligó a verla al principio pero luego la vi por puro gusto jaja, no me gusto la tercera temporada, para mi es guilty pleasure, tengo 18 años asi que no hay tanto problema, tambien veo vampire diaries y no me da pena decirlo aunque algunos crean que es mala, yo creo que es genial.
ResponderEliminarYo soy más de reality shows, los veo todos!
ResponderEliminarMe ha encantado el artículo. A mí lo de guilty pleasure me da mucha rabia, ya que la gente suele calificar ciertas series como "placer culpable" solo por la cadena que se emiten, y no por su calidad real. A mí The Vampire Diaries me parece una buena serie, con sus más y sus menos, pero no me parece un placer culpable.
ResponderEliminarAnónimo, cada serie es distinta según quién la mire pero es cierto que las de The CW son las que más podríamos considerar como guilty pleasures. Eso sí, sí te gusta qué más dará! :) Saludos y gracias por pasarte.
ResponderEliminarEspartana, no he hablado de reality shows porque el blog es solo de series pero estos son guilty pleasures por naturaleza.
Manganxet, gracias. Tienes bastante razón, otro caso igual sería el de ABC Family o las series de la MTV, aunque estás tienen en mi opinión algo más de razón. Yo el guilty pleasure lo veo en series pésimas pero que me gustan, no las diferencio por cadenas (aunque he puesto el logo de The CW por motivos obvios). Saludos y gracias por pasarte!
A mi me pasa con las series de la CW que veo, es como que The Vampire Diaries o Gossip Girl sólo van dirigidos a público femenino y la gente incluso puede llegar a mirarte mal. Pero aún así, no me pierdo ni uno de los capítulos.
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