El 22 de septiembre se estrenaba Prime Suspect en la NBC, cadena que después de The CW es la que más se ha adelantado en traer sus novedades, quizá para intentar asentar sus productos antes de que la competencia arrasase con ellos (aunque ya podemos decir que esta estrategia no les ha funcionado del todo bien). La serie, basada en la original británica de Lynda La Plante (Widows) que fue protagonizada en su día (1991-1996 en la ITV) por la mismísima Helen Mirren, nos narra la historia de la Detective Jane Timoney (Maria Bello, A History of Violence), una dura mujer que tiene no solo que luchar contra el crímen de la ciudad de Nueva York sino también contra la competencia dentro de su propio departamento de homicidios. La adaptación del guión corre a cuenta de Alexandra Cunningham (Desperate Housewives), quien comparte la producción ejecutiva con Peter Berg (Friday Night Lights), a cargo de la dirección del piloto.
A pesar de su tono procedimental, la narración intenta no solo mostrar cómo la peculiar investigadora y su equipo tratan de resolver los crímenes de la vasta metrópoli, sino que también nos otorga una visión de la vida personal y profesional de la detective, desde sus conflictos con los compañeros de trabajo hasta las dificultades que existen en su propio hogar. Aquí, Bello está rodeada de un reparto de gran calidad y muy poco convencional: Kenny Johnson (The Shield) como su novio Matt Webb, Aidan Quinn (Third Watch) como el Teniente Kevin Sweeney, Brian F. O’Byrne (Mildred Pierce) como el detective rival Reg Duffy, Kirk Acevedo (Fringe) como el Detective Luisito Calderón, Joe Nieves (Gamers) como el Detective Eddie Gautier, Tim Griffin (Star Trek) como el Detective Augie Blando, y Peter Gerety (The Wire) como Desmond Timoney, el padre de Jane. Un reparto completo, definido y brillante, quizás la mejor baza de la serie.
No obstante, si he de destacar lo que considero el mayor potencial de la serie (y también su mayor peligro) es el personaje de su protagonista. Maria Bello interpreta con talento y seguridad a una mujer que no tiene mucho que ofrecer para conseguir el amor de los televidentes. A pesar de que Prime Suspect pueda ser considerada como una oda al feminismo por motivos obvios, su Jane Timoney no demuestra ser en ningún momento una heroína para el género sino que se convierte rápidamente a los ojos del espectador en una mujer ruda, fría, fuerte y segura que no tiene muchos reparos en conseguir lo que desea, a pesar de que sus motivos sean perfectamente válidos. Despreciada por sus compañeros de departamento por ser nueva y por ser mujer, las prácticamente obsesivas necesidades de encumbramiento de la detective se añaden a la lista de razones por las que no es precisamente apreciada en el equipo, y también en uno de los principales temas de los que tratará la serie. Bello interpreta a un personaje que puede llegar a convertirse, si el tiempo y las audiencias lo permiten, en uno de esos preciados especímenes televisivos que desprenden amor y odio a partes iguales.
Sin haber visto la original británica cabe decir que la adaptación de Prime Suspect es uno de los mejores dramas que se han estrenado en las networks esta temporada. Aunque su desarrollo sea un tanto lento, que haya personajes que no cuadren demasiado con el ambiente de la serie (realmente, Webb no me pega como la pareja sentimental de Timoney) y que de momento sus casos no hayan sido precisamente brillantes, la potencial grandeza de la serie se respira en escenas de gran fuerza visual y en la explosiva presencia de Bello, en sus conflictos profesionales (sin duda, los enfrentamientos Timoney-Duffy son enormes) y en sus duras sentencias a propios y a extraños. No hay que fijarse en las apariencias: a pesar de las pintas que lleva la detective con su sombrero masculino y su goma de mascar, puede que tengamos ante nosotros una serie de la uno esté orgulloso de poder ver.
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