Entre los estrenos de la presente midseason, la ABC trajo a su parrilla televisiva hace tan solo un par de semanas (en FOX España una semana después) una nueva serie dispuesta a ofrecer a la audiencia de la cadena el sumamente complicado (televisivamente hablando) cóctel de acción, aventuras, terror y ciencia ficción: The River. La creación de Oren Peli (Paranormal Activity) y Michael R. Perry (Persons Unknown) prometía introducir en el panorama seriéfilo actual un producto totalmente novedoso y fresco, pero a pesar de sus (lucrativas) buenas intenciones la única innovación que ha presentado la serie es la adaptación del formato documental que ya hemos visto anteriormente explotado, en innumerables ocasiones, en la saga de Oren Peli. Ni siquiera los personajes de renombre que se encuentran detrás del proyecto, como Jaume Collet-Serra (House of Wax) en la dirección de los dos primeros episodios, Michael Green (Heroes) en la supervisión del guión o el omnipresente Steven Spielberg (Falling Skies, Terra Nova, Smash) entre el equipo de productores ejecutivos. Sea como fuere, The River no solo no cumple con las expectativas sino que, tras el pesado doble episodio (las series deberían replantearse este modo de introducción, no funciona), cualquier incentivo para seguir viéndola es simple y llanamente, pasar un tiempo de entretenimiento que será interesante para algunos pero que a mí, personalmente, no me llama nada la atención.
Esta selvática serie (que de Lost apenas tiene nada, pero para el título del artículo queda que ni pintado) nos cuenta la historia del famoso explorador Emmet Cole (Bruce Greenwood, John from Cincinnati), el cual en una de sus expediciones por el fascinante y misterioso Amazonas inicia una peligrosa aventura de la que nunca podrá volver. Su propio hijo, Lincoln (Joe Anderson, The Crazies), quien creció formando parte del programa televisivo de expediciones que dio fama a su padre, el cual le llevó a viajar por todo el mundo sabe con certeza que el doctor Cole no puede desaparecer sin dejar rastro. Medio año después de su desaparición, Tess (Leslie Hope, 24) le revela que su padre podría seguir vivo y le obliga a embancarse en un peligroso viaje en su búsqueda. Para costear los gastos, se grabará un programa de esta aventura organizado por el exproductor de Cole,
Clark Quitely (Paul Blackthorne, The Gates), que es precisamente lo que vemos los espectadores. Además, les acompañan otros personajes interpretados por Eloise Mumford (Lone Star) como Lena Landry, hija de un compañero de expedición de Cole que se crió junto a Lincoln; Thomas Kretschmann (King Kong) como el duro guardaespaldas Kurt Brynildson; Daniel Zacapa (Nip/Tuck) como el mecánico del barco Emilio Valenzuela y Paulina Gaitan como su misteriosa hija Jahel. Todos ellos viajarán por el Amazonas en busca del doctor Cole, adentrándose en una oscuridad que no podían imaginarse.
A pesar de sus intenciones, honorables ante todo, y de que su premisa era en un inicio bastante llamativa (no voy a decir interesante porque para mí nunca lo fue), ni la audiencia ni la crítica han respondido positivamente ante The River. En tan solo dos semanas, la serie se ha estabilizado en un más que mediocre rating de 1.7 puntos (2.4 era el inicial), cifra que no parece tener intenciones de aumentar. Por un lado, esta situación es completamente lógica: la promesa de la serie era ser diferente y crear una base adictiva incitada por el misterio que oculta su historia, pero en ningún momento se ha dado esta situación. Quizás la intención de convertir un formato de éxito como el de Paranormal Activity a la televisión, sumado a la arriesgada y no tan interesante temática amazónica (sobre todo porque en más de una ocasión recuerda al bodrio de Anaconda), nunca fue una buena idea; algo tan simple como un error de adaptación de formato o excesiva confianza en una idea puede convertirse en un fracaso absoluto, y The River parece haber caído en ambos errores. No hay que olvidar los peligros de su formato, el documental, visualmente extenuante y estilísticamente nocivo, así como la velocidad de una trama que necesita más de un momento de reposo y no bombardear al espectador con acción en apenas unos minutos de rodaje. No obstante, no se puede negar que The River cumple con los objetivos de entretenimiento: acción, misterio y terror se juntan, aunque mal coordinados, para ofrecer una serie que a pesar de su nulo nivel interpretativo y previsible uso del elemento terrorífico, puede llegar a convencer y entretener a un gran grupo de espectadores que solo buscan en la televisión pasar un buen rato. Aunque sea sufriendo de miedo.
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