A los británicos les encanta dar a conocer al mundo sus virtudes, pasadas y presentes, sea por el medio que sea. Obviamente, están en su derecho: no por nada son la patria de God Save the Queen, de Shakespeare, de los Welsh Corgi Cardigan, del Keep Calm, de hacerlo todo a siniestras, de la libra y de Dickens. Especialmente, esta semana, son la patria de Charles Dickens. Hoy, siete de febrero, se celebra el segundo bicentenario del nacimiento del escritor de las clases sociales, del carbón y de las novelas por entregas. Si, como a un servidor, a los lectores les resulta imposible leer alguna de sus novelas (reconozco haber empezado muchas veces Oliver Twist o Historia de dos ciudades sin mucho éxito), por imposibles e inaccesibles, qué mejor manera de rendirle culto al genio literario del XIX echándole un ojo al homenaje que la siempre magnánima BBC ha hecho del novelista. Entre una extensa programación especial en la que se ha centrado la cadena británica durante el último mes y medio (que podéis ver aquí) destacamos dos producciones realizadas específicamente para tan especial efeméride: Great Expectations y The Mystery of Edwin Drood.
Si bien ni siquiera entre ellas debieran compararse (se nota muchísimo que la adaptación de la obra inacabada de Dickens era para la BBC Two), del mismo modo tampoco deberían ponerse al nivel de otras adaptaciones. No obstante, decir que me produce curiosidad saber en qué lugar quedaría la nueva Great Expectations en comparación con la adaptación de Mike Newell es quedarse corto. Aunque creo que la nueva versión televisiva no tiene nada que envidiarle a ninguna adaptación, la que podremos ver en cine este año cuenta con cuatro caras bastante reconocidas como la de Helena Bonham Carter, Holliday Grainger, Ralph Phiennes y el protagonista de War Horse, Jeremy Irvine. Y si bien todo lo que pueda darse en el cine tiene más recursos y posibilidades, la adaptación de Sarah Phelps (que firmó el guión del Oliver Twist del 2007, también de la BBC) en el guión y de Brian Kirk (una de las nuevas adquisiciones de la HBO para Game of Thrones, Boardwalk Empire y Luck) en la dirección, que se emitió a finales del año pasado en la BBC, roza la perfección con suma elegancia. Great Expectations, emitida en tres partes de una hora cada una, es una muestra más de la superioridad británica de la que tanto se ha hablado; una narración que gira mágicamente alrededor de una fotografía inmensa, música exquisita y un reparto (en su gran mayoría) muy adecuado liderado por una perfecta, aunque demasiado joven, Gillian Anderson (The X-Files) como Miss Havisham, Ray Winstone (The Departed) como Magwitch, Vanessa Kirby (The Hour) como Estella, Mark Addy (Game of Thrones) como Pumblechook, Harry Lloyd (Game of Thrones) como Herbert Pocket y, finalmente, Douglas Booth (The Pillars of Earth) como Pip, el protagonista; éste último, en mi opinión, la única opción de reparto que no me convenció del todo, un actor perfecto para encandilar a determinados públicos pero que sin lugar a dudas no encajaba en una historia tan sucia, sórdida y oscura. Este relato sobre el ascenso social, la avaricia y la libertad se consume en un suspiro y colma con totalidad todas las expectativas puestas en ella. Una opción muy recomendable para todos aquellos seguidores de las adaptaciones literarias y un visionado obligatorio para los consumidores de televisión británica.
Por otro lado, la modesta The Mystery of Edwin Drood se emitió en dos partes el 10 y el 11 de enero en el segundo canal de la BBC. Esta miniserie, mezcla de drama de época y de thriller psicológico, narra la obsesión de un director de coro adicto a las drogas obsesionado con una adolescente. Óscura, trágica y ante todo, confusa, esta adaptación a cargo de Gwyneth Hughes (Five Days) en el guión y de Diarmuid Lawrence (Little Dorrit, Desperate Romantics) en la dirección, lleva a la pequeña pantalla la novela inacabada del famoso escritor británico con bastante atino pero sin llegar a la excelencia. Una historia de envidia, mentiras, obsesión y corrupción de los sentidos liderada por un reparto creíble y muy interesante, aunque desdibujado, formado por Matthew Rhys (Brothers & Sisters) como John Jasper, Tamzin Merchant (The Tudors) como Rosa Bud, Freddie Fox (The Three Musketeers) como Edwin Drood, Amber Rose Revah (Borgia) como Helena Landless, Sacha Dhawan (Outsourced) como Neville Landless y Rory Kinnear (Black Mirror) como Septimus Crisparkle. Quizás la situación de la obra original atenta en su contra pero lo cierto es que la adaptación de la BBC alcanza las expectativas y resuelve en dos breves horas un relato fantasioso y agobiante encorsetado bajo las limitaciones de una narrativa de sobra conocida por el espectador. Una buena oportunidad para los fanáticos de Dickens y para los seriéfilos a los que les gusta encontrar caras conocidas en producciones británicas que poco tardarán en olvidarse.
Sin duda, Dickens es uno de los autores perfectos a la hora de adaptarlos para la pequeña pantalla. Tras ver las últimas series basadas en sus novelas (sin olvidarnos de otras que tenemos pendientes), podemos observar cómo Dickens no sólo funciona en televisión por tratarse de un autor británico sino porque sus historias, en cierto modo, persiguen explotar inquietudes humanas que aún hoy en día permanecen constantes. En este sentido, es muy interesante lo que narra este artículo de The Guardian sobre cómo el espíritu de Dickens se mantiene impasible con el paso de los años (y de los centenarios), y que su retrato sobre problemas modernos disfrazados con sombreros de copa es todo un llamamiento a que las artes cinematográficas sigan adaptándolo como si estas obras se hubieran escrito en la actualidad.
Por otro lado, la modesta The Mystery of Edwin Drood se emitió en dos partes el 10 y el 11 de enero en el segundo canal de la BBC. Esta miniserie, mezcla de drama de época y de thriller psicológico, narra la obsesión de un director de coro adicto a las drogas obsesionado con una adolescente. Óscura, trágica y ante todo, confusa, esta adaptación a cargo de Gwyneth Hughes (Five Days) en el guión y de Diarmuid Lawrence (Little Dorrit, Desperate Romantics) en la dirección, lleva a la pequeña pantalla la novela inacabada del famoso escritor británico con bastante atino pero sin llegar a la excelencia. Una historia de envidia, mentiras, obsesión y corrupción de los sentidos liderada por un reparto creíble y muy interesante, aunque desdibujado, formado por Matthew Rhys (Brothers & Sisters) como John Jasper, Tamzin Merchant (The Tudors) como Rosa Bud, Freddie Fox (The Three Musketeers) como Edwin Drood, Amber Rose Revah (Borgia) como Helena Landless, Sacha Dhawan (Outsourced) como Neville Landless y Rory Kinnear (Black Mirror) como Septimus Crisparkle. Quizás la situación de la obra original atenta en su contra pero lo cierto es que la adaptación de la BBC alcanza las expectativas y resuelve en dos breves horas un relato fantasioso y agobiante encorsetado bajo las limitaciones de una narrativa de sobra conocida por el espectador. Una buena oportunidad para los fanáticos de Dickens y para los seriéfilos a los que les gusta encontrar caras conocidas en producciones británicas que poco tardarán en olvidarse.
Sin duda, Dickens es uno de los autores perfectos a la hora de adaptarlos para la pequeña pantalla. Tras ver las últimas series basadas en sus novelas (sin olvidarnos de otras que tenemos pendientes), podemos observar cómo Dickens no sólo funciona en televisión por tratarse de un autor británico sino porque sus historias, en cierto modo, persiguen explotar inquietudes humanas que aún hoy en día permanecen constantes. En este sentido, es muy interesante lo que narra este artículo de The Guardian sobre cómo el espíritu de Dickens se mantiene impasible con el paso de los años (y de los centenarios), y que su retrato sobre problemas modernos disfrazados con sombreros de copa es todo un llamamiento a que las artes cinematográficas sigan adaptándolo como si estas obras se hubieran escrito en la actualidad.
Great Expectations
The Mistery of Edwin Drood
Interesante artículo. Yo aún tengo las dos pendientes de ver, pero tarde o temprano caerán, que ya me ganaron con las adaptaciones de Bleak House y Little Dorrit
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