The Client List es la nueva serie
de Lifetime protagonizada por Jennifer Love Hewitt (Ghost Whisperer) y Cybill Shepherd (Moonlighting). La serie está
basada en una película del mismo canal que también protagonizaron estas mismas
dos actrices y por la cual Jennifer estuvo nominada (que nos lo expliquen) a un Globo de Oro. El relativo éxito que tuvo la
película en la cadena — casi 4 millones de espectadores, bastante bien para un canal de cable
— hizo que los productores decidieran probar suerte con la serie, la cual comparte la misma premisa pero no sigue exactamente la misma trama que la película (si lo
hiciera, podemos esperar ver a Jenny adicta a la cocaína).
Esta deliciosa comedia, porque está claro que éste es su género y no el drama, nos cuenta la historia de Riley, una masajista sin empleo
de Texas que decide empezar a trabajar en un misterioso local de masajes cuando
su marido la abandona a ella y sus hijos. Pronto descubrirá que algunos de los
clientes esperan algo más que un simple masaje y aunque al principio se niega a
hacerlo, pronto descubrirá que no tiene otra elección (o al menos, eso nos
quieren hacer creer).
Por supuesto, estamos ante una
serie de Lifetime, lo que significa que por muy escabroso que sea el tema, no
se podrá mostrar nada ni hacer mención explícita de este. Y nunca sabemos qué
es lo que la protagonista hace realmente con sus clientes; en la película
parecía quedar claro que era una prostituta con todas las letras pero aquí no
sabemos hasta qué punto llega Riley con ellos, aunque se "insinúa". O sea, mucha polémica para luego
resultar ser bastante blanda, porque lo único que veremos serán los escotes y las
piernas de Jenny y los torsos bronceados de los clientes.
Porque claro, no podría ser de
otra manera. Resulta que la lista de clientes especiales del local son todo
hombres jóvenes, guapos, con cuerpos de modelos, amables, simpáticos y su único
problema es que son unos incomprendidos. “Sólo necesita alguien con quien
hablar”, dice Jenny en el primer capítulo después de pintarle las uñas de los
pies a un cliente y reírse como si estuviera pasando el mejor día de su vida. Claro, hablar.
Aparte de Hewitt y Cybill
Shepherd (¿qué haces aquí, mujer?), la serie cuenta con el guaperas de turno,
Colin Egglesfield (Algo prestado), quien
interpreta al hombre perfecto, Evan Parks, el cuñado de Riley, futuro interés
amoroso y motivo de vergüenza para una mujer que se trabaja a sus incomprendidos clientes en su turno de masajista (porque "no tiene otra elección") pero no puede permitir que sus vecinos vean al chaval sin camiseta. La madame-jefa del local
es Loretta Devine (de Grey's Anatomy, aquí también tiene esa voz irritante) y
Rebbeca Field interpreta a la mejor amiga de Riley. También hay alguna que otra cara conocida entre las compañeras de Riley, como Naturi Naughton (que también lo insinuaba todo en The Playboy Club) o Desi Lydic (la loca de Awkward).
Lo que más me ha gustado siempre
de Jennifer Love Hewitt es que la chica se toma muy en serio todo lo que hace.
Nunca me ha parecido que fuera mala actriz (o al menos, horrible), pero ha
hecho algunas elecciones a lo largo de su carrera que son bastante dudosas y
repetir un papel de "prostituta" (aquí todo está entre comillas, menos su escote) en Lifetime es una de ellas. De todas maneras,
no imagino a otra actriz capaz de interpretar a Riley de manera convincente
(todo lo convincente que se puede hacer) y parecer que está orgullosa de ello.
La serie es increíblemente mala.
Y cuando digo increíblemente mala me refiero a que tiene un guión flojo, un
mensaje horrible y un cúmulo de tópicos a cada minuto que pasa que parecen
superar los anteriores. Y aún así, llevo tres capítulos viéndola y aún no he
sido capaz de darle a unfollow en
followmy.tv (web muy recomendable para seriéfilos). Porque como buen culebrón, la verdad es que para pasar el rato es
graciosa. Y resulta graciosa porque se cree que es un drama y se lo toma todo muy en serio,
así que al final acabas enganchado a los grandes problemas de Riley; con su protectora madre, con los hijos que echan de menos al padre, con el cuñado acosador que sospechó algo
pero pareció olvidarlo, con las compañeras de trabajo y sus rivalidades, y especialmente con esos clientes que se van de putas como quien va a pedir un café, porque son unos incompredidos. Vamos, una comedia oculta y un tanto turbia en la que Jennifer Love Hewitt repite su papel televisivo más famoso, pero en lugar de con fantasmas, con puteros. Olé.
Si es
que al final la serie va a ser más de lo que a aparenta (No).
Pasé el piloto a velocidad de crucero. Nunca mais, qué cosa más mala.
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