New Girl, mejor tras la pausa

Las pausas a las que nos tienen habituados las cadenas norteamericanas no siempre sientan bien a las series. En muchas ocasiones, los espectadores huyen y se olvidan de ellas. En otras, esperamos ansiosos su regreso. New Girl es de esas series cuya pausa sentó de maravilla, mejoró y volvió más divertida.

A lo largo de esta temporada, en nuestro blog habréis podido leer algunas reviews, y si bien es cierto que la dejamos de lado algunos episodios, volvimos a ella. Esta semana ha acabado la primera temporada, y desde abril sabemos que habrá una segunda. 

Os comentaba lo de la pausa porque, a pesar de que a mi me gustó desde el principio, al reencontrarnos con esta serie después del parón, volvió con más chispa. Quizá tuvimos menos Jess y más compañeros. Jess es divertida, pero no sé si la hubiésemos podido aguantar una temporada entera con sus canciones y recuerdos de Dirty Dancing. Fue una decisión interesante hacer que la serie fuera más coral, porque amigos míos, New Girl está diseñada a la medida de Zooey Deschanel. De hecho, en alguna entrevista lo ha dicho, que Jess es como ella, pero quizá Jess es "too much" para el resto de la humanidad.

Cada personaje ha ido adquiriendo, según los capítulos, mayor protagonismo. Así, Schmidt (Max Greenfield) se ha convertido en un tipo francamente divertido, y al juntarlo con Cece le han dado también más espacio a ella y es ahora más cercana. Schmidt ha protagonizado algunas escenas realmente divertidas, como la trama de los últimos episodios, con su pene roto. Tal y como es Schmidt, cualquier cosa que le decía Cece era motivo de excitación, con frases tan sugerentes como "sábanas limpias"... ahí es nada. Por cierto, para los que seguisteis Veronica Mars, que sepáis que era Leo D'Amato, el ayudante del sheriff.

Nick (Jack M. Johnson) nos ha dado la sorpresa, en los últimos episodios, de volver con su antigua novia, aquella que le dejó destrozado. Es más, buscan un piso para irse a vivir juntos, mientras que sus compañeros hacen todo lo posible para que no ocurra, motivados tanto porque no quieren separarse,como por el daño que le hizo anteriormente. De hecho, hasta Nick, en su peor momento de la ruptura, grabó un DVD que debían ponérselo en caso de querer volver con ella. Verle hablando con su otro yo de la pantalla de televisión fue bastante divertido. Hasta los últimos minutos del capítulo que cierra la temporada no hemos sabido qué iba a hacer. Es curioso, porque desde los primeros capítulos todo el mundo daba por hecho que entre Jess y él pasaría algo. No lo descarto en la segunda temporada. Algo hay entre ellos, está claro.

Winston (Lamorne Morris) era el personaje menos perfilado, parecía más un añadido que un integrante del grupo, aunque creo que es esa la sensación que querían dar: un tipo sin trabajo, ex jugador de baloncesto... También ha sido en estos últimos episodios cuando hemos visto que las cosas le empezaban a ir mejor. Consigue trabajo, se enamora, se hace un piercing en la oreja... ¡Cambios, muchos cambios!

Cece (Hannah Simone), la guapa modelo, empieza la relación con Schmidt a través del sexo, hasta que se deja llevar por lo que siente. Pero nuestro Schmidt se las apaña para alejarla de él en el último episodio (como en Colmillo Blanco... el único libro que tiene en el Kindle).

Jess (Zooey Deschanel) ha tenido un par de relaciones esta temporada. La primera, con Paul (Justin Long), el tipo que peor llora... y que siempre se enamora de mujeres como Jess. El otro ha sido Russell (Dermot Mulroney), padre de una de sus alumnas.

De cara a la segunda temporada quedan muchos caminos por explorar. Es la ventaja de las series corales, y más estas de grupos de amigos (ay, cuánto deben todas estas series a Friends). Intuyo que caerá el rollo entre Jess y Nick, que Cece y Schmidt volverán juntos... Pero bueno, mejor esperarnos unos meses y dejar que nos sorprendan. ¿No creéis?

Bonus: si os gusta la música de la serie y queréis volver a escucharla o salir de dudas, visitad este enlace.