De la mano de Amy Sherman-Palladino (Gilmore Girls) y ABC Family nos llega a la pequeña pantalla esta ligera comedia veraniega perfecta para todos aquellos que echaran de menos las comedias familiares entrañables, que no aportan nada nuevo, pero que entretienen con personajes agradables y tramas simples, sin quebraderos de cabeza. De este modo, la recepción de la serie en EEUU ha sido buena y pasó con un 0.6 de rating entre adultos de 18-49 años.
La serie nos presenta a Michelle (Sutton Foster, Royal Pains), una talentosa showgirl harta de la rutina de su trabajo en Las Vegas, queriendo evolucionar más allá mediante nuevas audiciones, pero sin éxito. Así, en un momento de bajón artístico, Michelle decide casarse con su admirador número uno: Hubbell (Alan Ruck, Greek), quien la adora y adula a más no poder y se la lleva a su pueblo natal: Paradise, en la costa.
Hasta aquí perfecto para Michelle, que parece contenta de haberse alejado de Las Vegas para caer en bonito pueblo costero, sin preocupaciones ni problemas. He de admitir que el personaje de Michelle se hace querer. Una mujer alegre y con bastante dominio del diálogo rápido que supongo que dará un giro a todos los demás personajes que inundan la serie.
Pero la momentánea felicidad de Michelle parece nublarse al descubrir que su nuevo marido vive con su madre, una antigua bailarina que actualmente regenta una escuela de danza. Así se nos presenta a Fanny (Kelly Bishop, Gilmore Girls), uno de los personajes más interesantes de esta serie. A pesar de que al principio parezca que las dos mujeres de Hubbell no vayan a llevarse del todo bien, el encuentro final en el bar (con baile incluido) nos demuestra todo lo contrario. Que las dos tienen mucho que aprender de la otra.
Por otro lado, aparecen en pantalla Boo (Kaitlyn Jenkins, The Golden Key), Sasha (Julia Goldani), Ginny (Bailey Buntain) y Melanie (Emma Dumont, Nobody Walks), las cuatro estudiantes más avanzadas de la clase de danza. La primera, la más insegura de todas, es la que más tiene que aportar creo yo y esperemos que durante la serie aparte esos miedos y se convierta en la bailarina que es. Luego estaría Sasha, un personaje aparentemente superficial con todas las habilidades por las que Boo suspira. Pero creo que detrás de esa indiferencia, Sasha tiene mucho más que contar. Finalmente estarían Ginny y Melanie, de las cuales todavía no se ha visto demasiado, pero que supongo que protagonizarán algunos de los momentos que estarán por venir. La aparición de Michelle en el estudio de música y el momento del baile dan a entender que estas chicas aprenderán mucho sobre Michelle y sus nuevas maneras.
En resumen, una serie sin pretensiones, que bebe de su predecesora Gilmore Girls, pero sin conseguir, por ahora, la misma intensidad. Además, los minutos finales le dan un giro de 180º al piloto y habrá que ver cómo evoluciona la historia para Michelle y compañía.
Arranca bastante flojo pero luego alcanza un nivel mínimo...sin llegar a irritar. Lo que desde el minuto uno me ha descolocado es la historia de pseudo-amor. ¿En que cabeza cabe casarse con un desconocido, mudarse con el ...sin apenas saber nada? En el momento que entra en la casa megadecorada...es el momento de huir como de la mansión Bates.
ResponderEliminarTarda en encontrar su ritmo y estilo.
Esperemos que aparezcan nuevos habitantes, las historias de las chicas sean más ricas y mejoren en general. Un segundo capitulo se han ganado.