Episodes, metiendo la pata en Hollywood

Si yo fuera estadounidense y tuviera ganas de ver la segunda temporada de Episodes no me hubiera esperado ni un momento a que Showtime se decidiera a emitirla casi dos meses después de su estreno en su partner británica BBC. De hecho, no hacía falta ser estadounidense para ver por fin la nueva entrega de Matt LeBlanc y compañía en su emisión estadounidense: a principios de mayo, el canal británico emitía por fin la esperada —por nosotros, obviamente— temporada que le ha dado un par de vueltas a su anterior entrega, multiplicando exponencialmente su brutalidad, su humor y su calidad. El mundo televisivo visto desde dentro nunca había sido tan hilarante y recordar algunas escenas todavía provoca más de una sonrisa.

Recordemos: Sean (Stephen Mangan) y Beverly Lincoln (Tamsin Greig), una pareja británica que viaja a Hollywood para producir el remake de una serie que les llevó a ganar un BAFTA en su país, una comedia que se centra en la relación del director de un colegio con sus alumnos. No obstante, Merc Lapidus (John Pankow), el ejecutivo de la cadena estadounidense, acaba por destrozar el exquisito producto de la pareja británica en una comedia floja y mediocre llamada Pucks que, para más inri, será protagonizada por el anteriormente famoso actor Matt LeBlanc, conocido por interpretar a Joey en Friends. Tras varios problemas personales, como el que Beverly se acabe acostando con Matt, la segunda temporada comienza cuatro meses después, con el matrimonio británico totalmente roto y Pucks recién estrenada con unas críticas devastadoras pero una audiencia muy buena en su primer episodio. Las risas estaban aseguradas y lo mejor es que parte de ellas eran a expensas de la propia crítica hacia la televisión.

El relativo éxito de Pucks le ha dado un respiro a Bev y Sean, que como nosotros, comienzan a descubrir las alegrías y los horrores de Hollywood, pero sus nuevas aventuras tan solo servirán para distanciarse más y más. Mientras Sean comienza a acercarse a la recauchutada Morning (Mircea Monroe), Bev tratará de salvar su matrimonio y se hará amiga de la ejecutiva de la cadena, Carol (Kathleen Rose Perkins), un personaje que descubriremos a fondo esta temporada. Tampoco le perdamos la pista a Matt, porque comenzará una aventura sentimental con la persona que menos le conviene y su nueva situación profesional conseguirá que caiga más bajo que nunca en más de un aspecto de su vida. Sean, Bev y Matt son los mismos que en la primera temporada pero, sin duda, al conocerles ahora tan bien, podemos disfrutar con mayor facilidad de todas las desventuras que se les presentarán en esta segunda temporada, que no son precisamente pocas.

La nueva entrega hace gala de un guión muy trabajado y de un sentido del humor muy british con un enfoque prácticamente perfecto. Lo inapropiado se mezcla con lo funcional para conseguir que los gags de Episodes rocen lo sobresaliente y nos hagan saltar las lágrimas de risa en más de una ocasión. En especial, LeBlanc es el que se lleva el pedazo más grande del pastel, jugando con su inseguridad, con su valor y con su carrera, hasta el punto que nos planteamos que la vida del propio actor no es tan diferente del papel que interpreta en la comedia. Sean y Beverly han conseguido funcionar muy bien por separado, estableciendo límites a los gags más abrasadores, y quizás la que haya salido mejor parada de esta separación haya sido Carol, cuyo personaje expuesto a nosotros gracias a sus confidencias con Bev nos ha demostrado un potencial enorme para el humor y que es una de las caras  imprescindibles de Episodes.

Porque aunque Pucks no vaya a tener mucho futuro, Episodes tiene unas posibilidades enormes. Esperemos con ansia su tercera temporada.

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