Dicen que cada whovian tiene a su Doctor favorito, y yo tengo muy claro cuál es el mío. Aunque me gusten todos a su manera, no puedo evitar pensar que el fichaje de David Tennant y su estupenda interpretación del Doctor han sido una de las mejores cosas que podían pasarle a la serie.
Para remontarnos al nacimiento del Décimo Doctor hay que hablar de la figura de Rose Tyler, una companion que influenció enormemente al Doctor y condicionó su forma de ser. El Doctor anterior al de Tennant, interpretado por Christopher Eccleston, jugó con una visión del personaje oscura y desligada de la humanidad. Se encontraba solo y hastiado hasta que la risueña Rose se cruzó en su camino, curando poco a poco su soledad y contagiándole su alegría. Por ello es fácil entender que, cuando el Noveno Doctor se vio forzado a regenerarse, el resultado fuera un nuevo Doctor suavizado y con una perspectiva más humana y compasiva.
Nos encontrábamos ante el nacimiento del Décimo Doctor, el que quizá fuera el Time Lord más guapo y adorable hasta la fecha, eso sin mencionar su pelo fabuloso. Se trataba de un Doctor más enérgico, hablador y alegre que, sin embargo, no dejaba de tener un importante componente oscuro, una faceta que nunca ha dejado de acompañar a ningún Doctor. Debido a todo eso, o quizá debido a que Tennant era más joven y atractivo que Eccleston, comenzaron a jugar con una polémica relación amorosa entre el Décimo Doctor y Rose, algo que nunca sucedió con el Noveno. Para algunos era la pareja ideal del Doctor, y para otros una simple choni del extrarradio, pero lo cierto es que el Time Lord se enamoró de Rose Tyler y sufrió enormemente con su marcha.
Dos más fueron las compañeras del Décimo Doctor, Martha Jones y Donna Noble. Con Martha el recuerdo de Rose permanecía vívido, por lo que el enamoramiento de ella puso al Doctor entre la espada y la pared. Él quería una amiga, pero ella soñaba con obtener mucho más de él. Tras una despedida amarga pero muy necesaria, apareció una comprensiva e intuitiva Donna Noble que ayudó al Doctor a paliar su sufrimiento, que siempre fue constante, por mucho que se esforzara en disimularlo. Su pérdida obligó al Doctor a viajar solo de nuevo y le vimos en situaciones límite, rozando la locura, como en "The Waters of Mars". Toda esa amargura que sentía le forzaba a avanzar, a seguir hacia delante, por lo que es comprensible que en su siguiente regeneración se convirtiera en un Doctor aún más alegre y despreocupado, fruto de la necesidad de tener que afrontar con una nueva perspectiva todas sus dolorosas pérdidas. Un gran borrón y cuenta nueva.
David Tennant hace una interpretación magnífica del Doctor, expresiva y entusiasta. Ha protagonizado algunos de los mejores capítulos de la serie, y nos ha enamorado a todos con su actuación humana y entrañable, quizá una de las que más corazón ha tenido. Sin duda, mi Doctor favorito y el de gran parte de los whovians.
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