A pesar de lo fuerte que empezó esta comedia encargada de narrar las absurdas situaciones que se les presentan a dos newyorkers recién mudados a un barrio residencial, los últimos coletazos de la primera temporada fueron bastante decepcionantes. Más triste es tener que reconocer que la estrella invitada de la serie tuvo gran parte de culpa. Alicia Silverstone, desaparecida desde hacía mucho tiempo, no vino precisamente para causarnos unas risas. Los guionistas lo vieron a tiempo, y tal como vino, desapareció. Aún así, el problema -un ligero movimiento de la serie hacia el drama familiar -, ha persistido en los primeros capítulos de la segunda temporada, donde la gracia ha seguido brillando en contadas ocasiones.
La reconciliación de Tessa con su familia materna está creando grandes inseguridades en George, que ve cómo su hija podría estar empezando a notar la ausencia de una madre en su vida; Lisa sigue chantajeando a sus padres después del descubrimiento de que su atractivo a la vez que retrasado hermano es adoptado, estrategia que se torna en su contra cuando Malik, su novio, parece congeniar a la perfección con la familia y no entiende la vendetta que Lisa airea contra ella. Todo esto, en resumidas cuentas, sólo trae drama, drama y más drama. Por suerte, las cosas empiezan a cambiar tras el tercer episodio.
Por fin la evidente química entre Dallas y George vuelve a retomarse, y tras un par de citas bastante peculiares (muy grande la entrada triunfal de Dallas al salón y su bajada angelical por medio de un arnés) y unos cuantos problemas de cama relacionados con la precocidad y curiosamente no de parte del hombre, en este momento, la relación de Dallas y George parece solvente.
Dalia sigue teniendo una presencia menos habitual de la que a mí me gustaría, pero los guionistas siguen queriéndonos mostrar que tras esa apariencia de extra recién escapado del set de The Walking Dead hay un ser humano que también sufre ante las adversidades, especialmente con el abandono de su padre.
Ya intuímos tras unos cuantos capítulos en la primera temporada que no estábamos ante una comedia gamberra, ni siquiera ante una sitcom alocada de la NBC. Simplemente estábamos ante una simpática comedia familiar con alguna que otra extravagancia. Todo apunta a que este año seguiremos la misma línea. Tramas familiares que aumentarán con la presencia de la madre biológica de Tessa (interpretada por una actriz que guarda un gran parecido con ella pero que es excesivamente joven), un personaje tremendamente inestable, y con una relación de Dallas y George que desde luego presentará unos cuantos altibajos. Sólo espero que no enternezcan demasiado a Tessa, ya que la visión que tenemos del suburbio es desde sus ojos, y la muerte de su sarcasmo será la muerte de esa delgada línea que separa esta comedia de estar en la parrilla de ABC Family. Desde ahí, desde luego, yo no tendría interés ninguno en volver a los suburbios.
Otros repasos de comedias:
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Creo que es lo que tú dices. Esta serie necesita menos dramas y más parodia, ¿acaso no era su esencia?
ResponderEliminarY si puede ser, eliminar a Tessa y George...
Esta temporada me esta aburriendo tanto...
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