¿Os acordáis de cuando no parábamos de decir que The Walking Dead se había convertido en una serie demasiado lenta? Yo sí. Vosotros también. ¿Y queríais caldo? ¡Pues tomad dos tazas, porque Killer Within ha sido un no parar de acción y de giros argumentales de aúpa!
Las dos caras del Gobernador
Vale, no del todo. En la terrorífica ciudad del Gobernador —de esas poblaciones demasiado felices como para ser ciertas—, Michonne y Andrea se encuentran en una encrucijada, y todo apunta a que pronto habrá un gran conflicto entre estas poderosas mujeres. La rubia, cómoda con la situación y con su nuevo anfitrión, alberga muchas dudas sobre abandonar ese plácido lugar como desea su nueva amiga, especialmente gracias a los atentos cuidados del que ahora conoceremos como Phillip, el Gobernador.
Y aunque ni ella ni Michonne conocen de verdad al cacique del Apocalipsis —en realidad, nosotros tampoco, a pesar de que hayamos descubierto su oscuro y sádico secreto—, está claro que Phillip oculta algo que no quiere demostrar, y que va mucho más allá de la simple supervivencia. Michonne, poseedora de un sentido arácnido como pocos, le echa en cara con una sutileza brillante sus descubrimientos acerca de la matanza pertrechada por el Gobernador para hacerse con las posiciones de los soldados que asesinó a sangre fría en el episodio anterior. Y si bien la tensión se respira en el aire, el conflicto aún debe continuar.
Especial atención al detalle de Merle, que aunque parece que le deba mucho a su amo, quiere salirse por la tangente e ir en busca de Daryl siguiendo las indicaciones de Andrea. ¿Acabará por acompañarle el Gobernador y descubrir el protegido paraje de la cárcel? No lo dudemos.
La purga
¡Todos eran tan felices! Rick y Lori ya se ponen ojitos, Maggie y Gleen se lo montan donde pueden y hasta Hershel tiene fuerzas para comenzar a caminar con muletas, y la única preocupación que tenían era qué hacer con los presos Axel y Oscar. Pero no podía durar, y cuando una horda de zombis asedia la prisión, el caos estalla con la mayor virulencia posible.
No tardamos en descubrir que el responsable es Andrew, el preso al que Rick dejó a su propia suerte rodeado de zombis, que regresa para cobrar su venganza. ¡Y a qué precio! Parece ser que los guionistas de la serie querían quitarse de encima el peso muerto de algunos personajes y han aprovechado la ocasión para hacerlo con una buena dosis de terror y sangre.
El primero, gracias a Dios, es T-Dog —he tenido hasta que buscar cómo se llamaba—, que sospechosamente parece que comienza a hablar en este episodio para despedirse tras un mordisco de zombi y, a sabiendas de su futuro, salvando la vida de Carol, que desaparece sin dejar más rastro que el pañuelo de refugiada que ahora gusta llevar en la cabeza. Mientras, Rick se libra de Andrew gracias a un repentino cambio de bando de Oscar, que parece haber encontrado su lugar en el grupo de supervivientes.
La segunda, quién lo esperaba a estas alturas —sobre todo si has leído los comics— es Lori, dejándonos de piedra a pesar de que era obvio que tras solucionar sus conflictos ya poco podía aportar viva. En la estampida, comienza a tener contracciones y ante la repentina llegada de su bebé bastardo, decide que la vida de su criatura vale más que la suya propia y pide a Maggie que le haga la cesárea en un sucio cuartucho de la cárcel, a sabiendas de que morirá en la intervención. Un adiós más que memorable, teniendo en cuenta sus palabras de despedida hacia Carl, pidiéndole que haga siempre lo correcto —lo que ella nunca hizo— y cómo se despide en paz con los espectadores, que tanto la hemos odiado. Y el pobre Carl, que a cada episodio envejece cinco años, es el encargado de acabar con su vida de ultratumba con un balazo en la cabeza. Se te revuelven las tripas solo de pensarlo.
¿Cómo afectará esto a Rick? ¿podrá mantener en pie su ricktadura?
Y a ti, ¿qué te ha parecido?
A mi me ha enamorado el episodio, y la verdad es que tanto T-Dog como Lori me han llegado a dar pena, aunque sí es verdad que ambos poco podían aportar ya. Me gustaría que aceptasen a los dos presos. Y si yo fuera Michonne no lo dudaría y dejaría a Andrea tirada en esa ciudad de ensueño, Andrea no para de mostrar una ingratitud sabiendo que gracias a ella sigue viva.
ResponderEliminarJajajaja Carl, que envejece cinco años cada episodio jajajaajajjaajjaajjaja pobre niño. Nadie piensa en él, se ha terminado de demostrar al final de este capítulo que nadie se ha molestado en abrazarle o preguntarle cómo estaba.
ResponderEliminarYa era hora, lo de Lori. Pensaba que iba a tener que aguantar más capítulos con sus chorraditas y pucheritos.
La Micho esta por otra parte es una ídola! sentido arácnido y de Superwoman y de todo. No como Andrea, que tiene muchas ganas de un kiki y le va a terminar costando caro.
A mi lo del negro gordo (con todo respeto) sí me ha dado penita. Era así tan... bueno. Que no importaba, realmente.
A ver el siguiente qué tal!!
por fin terminaron con lori ya no la soportaba, espero q andrea q esta como demasiado alzada con todo hombre q se le cruza, se avive de la clase de monstruo q es el governor, ya quiero q michonne recupere su katana y haga algo porq asi caminando como estupida todo el tiempo no way...no es su onda...
ResponderEliminarSí, ya va siendo hora de que recupere su katana, pero veremos a qué precio
ResponderEliminarCon lo que molaba el personaje de Andrea, cuando era mas impulsivo...
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