Gracias a Canal+ los españoles pudimos ver el final de Fringe antes incluso que en su emisión original al reproducirla sin interrupciones. Casi dos horas de tensión que han sido todo un homenaje para la serie, con guiños constantes, apariciones esperadas, sorpresas y, sobre todo, momentos la mar de emotivos. Tan absortos estábamos que durante la emisión, la timeline de Twitter estaba casi desierta, para explotar en su término, con, sobre todo, alabanzas —y con 4 hashtags nacionales—. ¿Qué línea temporal se restaura? ¿Hay incoherencias muy grandes? Al final todo dio un poco igual, porque los capítulos estuvieron por encima de las expectativas, mejorando con creces la que ha sido la temporada más mediocre de la serie. Aunque algo conservador, el final ha sido más que digno, y no creo que se le puedan poner —excesivas— pegas.
El primer capítulo comienza como acabó el anterior, con Michael en manos de los Observers, que tratarán de experimentar con él para averiguar la naturaleza de su superioridad, así como su papel dentro del plan de la resistencia. ¿Y dónde se encuentran estos laboratorios donde experimentan con el pequeño Observer? En nada menos que Liberty Island, una localización más que conveniente para que, ya que es imposible cruzar la seguridad del recinto, Olivia pueda llegar allí y llevarse al niño cruzando, sí, pero al otro universo.
Un alijo ya añejo de cortexipham que Walter guardaba —como todo— servirá a la agente Dunham para poder llegar allí, una vez se ha comprobado el estado de dicho universo —con la ventana que Walter ideó en 1985— y con la ayuda de la División Fringe, llegar hasta Michael para traerle de vuelta. Vemos así a Alt-Olivia y a Lincoln, ahora marido y mujer, con un par de mechones canosos y pocas muestras más del paso del tiempo —sin contar la ropa de ella—, que ayudarán sin dudarlo a Olivia a llegar a su destino y volver sana y salva con el niño. Nos informan además del paradero de Walternative para que no perdamos detalle: dejó su puesto como Secretario de Defensa y se mudó a Boston, y a sus 90 años sigue dando clases en Harvard.
Mientras el plan de recuperar a Michael de manos de los Observers está en marcha, Donald/September llega al laboratorio y empieza a montar él sólo el artilugio que necesitan para llevar a cabo el plan. Aunque los años pasen en balde para los ambarizados protagonistas, el reactor inicial, pieza fundamental para el funcionamiento de la máquina, en los 20 años transcurridos se ha deteriorado, obligando a September a visitar a un viejo amigo, otro de los doce iniciales: December —al apartamento 513, coincidiendo con el capítulo que está a punto de inicial, el que será el último de la serie—. Para cuando Olivia y Astrid —¡Astrid en acción!— van a por la susodicha pieza, December ha muerto —los doce originales son vigilados— y la clave de la máquina ha desaparecido y está en manos de sus enemigos, pero rápido encuentran una solución, consistente en utilizar una de las vías de transporte de los Observers, esas que ya vimos hace algunos episodios, en la que utilizaban un complejo cubo; cubo que no tienen y han de robar.
Todo esto ocurre, en parte, gracias a la infiltración de Broyles, que les da la información del paradero de Michael, pero su posición se ve comprometida y acaba siendo prisionero de Windmark, revelando el paradero de los rebeldes muy a su pesar. En el momento justo en el que dicha información sale de sus labios, saltan las alarmas, porque Peter y Olivia han irrumpido en el cuartel general Observer armados con un sinfín de elementos de casos fringe que vimos en las temporadas anteriores, dispuestos a acabar con todos para conseguir su objetivo; objetivo que consiguen, liberando además a Broyles.
My very favorite thing |
Las escenas finales del capítulo son un no parar. La lucha de Observers y partidarios contra la resistencia es intensa, y cuando por fin parece que Donald y Michael van a acabar con todo —habiendo ya usado súper Olivia sus poderes intensificados por su amor a Etta para aplastar a Windmark—, una bala acaba con el ex-Observer, obligando a Walter a aceptar una vez más su destino, y acompañando al niño al 20 de Febrero del año 2167, donde juntos evitarían la invasión de los calvos.
¿Si no hay Observers no deberíamos haber vuelto mucho más atrás? ¿No estaría Peter aún en el otro universo? Realmente no sé si es que la línea temporal que seguimos es la ámbar y es independiente al resto o han decidido dejarlo así por emotividad. Mi interpretación es que los doce Observer originales sí que existieron; aquellos que se llamaban como los meses del año y no se inmiscuían en asuntos ajenos —algunos—, con lo que Peter se salvó, conoció a Olivia y todo lo que hemos visto estos años es cierto, siendo factible que el momento de la Invasión fuera del mismo modo al que fue pero sin interrumpir la carrera de Etta hacia Peter. Esto no es más que mi interpretación personal, la que me satisface para encajar todas las piezas, pero supongo que cada uno pensará diferente. La cuestión es que Peter y Olivia por fin tienen su familia y Etta sigue con ellos, y, como bien dijo Walter, a Peter le llega una carta suya, una carta que no contiene otra cosa que el tulipán blanco. ¿Hará esto que Peter recuerde aquello que ha vivido pero realmente no ha llegado a pasar? ¿Recordará el sacrificio que su "padre" realizó por todos ellos? Sinceramente espero que sí, pero no por él, por Walter, porque se lo merece, y espero que en el 2167 haya mucho LSD y mucho regaliz.
Y si queda algo por destacar no es otra cosa que el momento amistad Walter/Astrid, una de esas parejas de amigos que llegó a nuestro top 5 hace unos meses, que no sólo se reencuentran con una Gene ambarizada, sino que Walter, tras muchos años de tormento, confiesa que ella siempre sabe cómo animarle, y sobre todo:
- It's a beautiful name
- What is?
- Astrid
Es el momento de homenajear a Fringe, por su gran —y precaria— trayectoria, porque la hemos amado estos cinco años. Vamos a disparar unos Obervers con balas antigravitatorias. ¿Por qué, si ya estarán muertos?
Because it's cool
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Series Finale Trailer
Os invitamos una vez más a participar en nuestro Concurso Fringe. Porque ese homenaje del que he hablado no se da sólo.
A mi me ha satisfecho y si, ese punto de humor Walter era necesario.
ResponderEliminarHa sido bastante predecible pero aun así muy bonito. La escena de Walter y Astrid, oh my feelings
ResponderEliminarComo dice Jaime, un capítulo predecible pero muy emocionante. Aunque esta temporada no me ha conquistado he terminado con la lagrimita suelta.
ResponderEliminarUna despedida muy digna.
Para mi el tema principal de Fringe es el amor. El amor de Walter hacia Peter, Peter y Olivia, Peter / Olivia a Etta. Es todo lo que podemos llegar a hacer por amor. Coincido con vosotros en que la despedida ha sido muy digna, y eso que la gente con la que la vi, alguno quedó decepcionado. Creo que no podíamos pretenderí un puzzle donde todas las piezas encajaran perfectamente. Ha sido muy emotivo.
ResponderEliminarAhora que caigo, no hay ninguna escena de despedida entre Walter y Olivia. Muy mal.
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