How To Live With Your Parents: Sarah Chalke no es suficiente

Que esta comedia disfrazada de gamberra pero en realidad embalsamada en un humor blanco virginal sea con toda posibilidad la sustituta de Happy Endings en la parrilla de la ABC no debe ser un motivo de alegría para la blogoesfera seriéfila. No, la adorable doctora Elliot (Sarah Chalke) de Scrubs (NCB, ABC, 2001-2010) no debería ser suficiente para que esta comedia familiar que parece estar hecha con las tomas desechadas de Suburgatory pase el filtro de nuestra agitada agenda semanal. 

¿La serie es mala? No. ¿Es buena? Pues tampoco. Sobre el papel, es totalmente correcta. Bien realizada, bien interpretada, con algún que otro diálogo ingenioso, una niña adorable, y esas tramas inexistentes en la vida real que tanto nos gusta ver en televisión (a mí esto de seguir siendo amigo de tu ex que alguien me lo explique, por favor). 

A su vez, y aunque parezca contradictorio, también se agradecen estos soplos de realidad tan poco comunes en la televisión, y en definitiva, sociedad americana: la aceptación del fracaso (fracaso desde su punto de vista, por supuesto). Ver a treintañeros conviviendo con sus padres y trabajando en una cafetería puede parecer poco apetecible, patético o desolador, pero es la realidad a la que la mayoría aspira. Lo que puede que esté pasado un poco de rosca es precisamente el toque teen de la serie en cuanto a narrativa. Una voz en off del personaje de Chalke más propia de una adolescente que de una madre recién divorciada y unos padres con un comportamiento desde luego bastante cuestionable para su edad. En definitiva, la clásica fórmula del hijo siendo más maduro que el progenitor, que tan bien funcionó en Desperate Housewives (Susan y su hija) y que reinó en Gilmore Girls. 

Si bien no compite en pretenciosidad en cuanto a guión (la serie, partiendo de su propio título, deja muy claro su objetivo), sí que no ha escatimado en un elenco llamativo. No sólo de Sarah Chalke vive el hombre, sino de Elizabeth Perkins (Weeds) o de Brad Garrett (Everybody Loves Raymond), dándole ese plus de experiencia en comedia de los noventa que esta serie tanto evoca (además, con todos mis respetos, Sarah Chalke como absoluta protagonista en comedia me produce cierto escepticismo). 

En definitiva, veinte minutos de nuestra vida que pueden dedicarse a algo mejor. Si de verdad ansiamos volver a ver a Sarah Chalke en televisión, será de mucho más provecho revisionar las mil temporadas de Scrubs. Pero como todos merecemos segundas oportunidades, aquí os dejamos la promo del segundo capítulo, al que le echaremos un (último) vistazo.