In The Flesh, zombis discriminados

Los zombis pueden gustar más o menos, pero hay algo que nadie puede negar, y es que están de moda. Son muchas las nuevas series que deciden apostar por ellos y tratar así de contagiarse (nunca mejor dicho) del éxito mundial que está viviendo la siempre polémica The Walking Dead. Ya pudimos disfrutar de "zombis" en Les Revenants, esa joyita francesa, y en esta ocasión ha sido la televisión inglesa la que se ha atrevido a dar su particular punto de vista sobre ellos en una miniserie de tres capítulos: In The Flesh, una historia original y curiosa que, si bien no llega a alcanzar el nivel de calidad de las dos series que he citado anteriormente, sí que ha resultado ser un buen producto, entretenido y esperpéntico a ratos. Con spoilers ligeros sobre la trama, voy a daros algunas razones por las que os recomiendo que le deis una oportunidad, especialmente si sois fans del movimiento zombi.

Lo primero que hay que mencionar a favor de In The Flesh es su duración, que es relativamente corta. La serie se compone de tres capítulos de cincuenta minutos largos cada uno. Esto quiere decir que, si no os gustase, el "tormento" sería breve. La historia, además, es muy entretenida y está salpicada de humor negro y muchas críticas directas hacia la sociedad. Los guionistas han sabido aprovechar muy bien el tiempo del que disponían y han elaborado una trama que se ha desarrollado a lo largo de los episodios y que finalmente ha tenido un desenlace cerrado, quizá con algunos flecos sueltos, pero que en general nos deja la impresión de haber visto una historia consistente con un principio y un final. De todos modos, si le echáis un vistazo a la serie no debéis esperar que os den explicaciones demasiado científicas sobre los zombis. Nunca sabremos qué impulsó a despertar a todas las personas que murieron en el 2009, pero francamente, tampoco esperaba que lo hiciesen. A In The Flesh no le interesa tocar el tema zombi en sí, sino lo que viene después: La reinserción en la sociedad de los zombis curados, con toda la oleada de "racismo" que muchas personas muestran hacia ellos. 

La acción se sitúa en Roarton, un lugar alejado de la mano de Dios que está habitado por paletos y gentuza que parece salida del siglo XIX. Se trata de un pueblo de apenas cien personas que viven bajo la influencia de los sádicos sermones del cura de la iglesia, un hombre que es el cliché más viejo de la historia. Se trata del típico personaje intolerante que habla en nombre de Dios como si lo conociera. "Dios dice esto, esto y esto, y opina tal y cual". En este caso, Dios dice que los podridos, aunque rehabilitados, son malvados y no pueden aceptarlos. Y claro, el pueblo sigue a rajatabla sus palabras. Es por eso que los padres de nuestro protagonista, el ex-zombi Kieren Walker, al traerlo de nuevo al pueblo tienen que esconderlo en casa porque, si lo viesen, los guerrilleros podrían matarlo.

La mayoría de los actores, aunque poco conocidos, hacen muy bien su trabajo. Hay personajes para todos los gustos, desde los más oscuros hasta algunos que sirven para darle un toque cómico a la serie. Mención especial para Amy, una zombi rehabilitada que aparece en el segundo episodio. La muchacha es como un soplo de aire fresco y se complementa a la perfección con el lúgubre Kieren, al que a veces le falta un poco de salero. In The Flesh, además, lanza una crítica hacia los pueblos pequeños no solo por la discriminación que Roarton tiene hacia los ex-zombis, sino porque ya de antes discriminaban a otro tipo de personas. No os lo contaré, es mejor que descubráis la sorpresa por vuestra cuenta, aunque a mí personalmente me impactó mucho. También vivo en un pueblo pequeño y puedo confirmar que los Stars Hollow son un mito o, al menos, muy escasos. Por eso In The Flesh, exceptuando el hecho de que tiene cadáveres andantes, resulta ser muy realista. Los guiños al género zombi e incluso las pequeñas parodias y burlas también son constantes, así que la serie ha sido bastante atrevida y ha querido lanzarse "a por todo". Quizá no haya exprimido lo suficiente su potencial, como bien recalcan algunos seguidores descontentos, pero debemos ser justos con In The Flesh: La serie no pasará a la historia como lo mejorcito de la televisión (tres capítulos no dan para más, por otro lado) pero sí que es de calidad, amena e ideal para pasar unas tres horas entretenidas, e incluso para hacernos reflexionar sobre ciertos temas. Así que, ¿a qué estáis esperando? Os animo a que le deis una oportunidad a los paletos pueblerinos y racistas de Roarton.