Spartacus: War of the Damned S03E10. Victory (SERIES FINALE)

Épico. Impactante. Conmovedor. Brutal. Me cuesta describir con palabras lo que ha supuesto para mí el último episodio de Spartacus. Ha llegado el momento de despedirnos de una gran serie y, a pesar de que pueda dar pena saber que nunca volveremos a ver nuevos episodios de Spartacus, en el fondo creo que todos estamos agradecidos de que la serie haya sabido cuándo debía terminar y no haya querido estirar la trama más de lo necesario. Spartacus nos ha dado el último adiós con un capítulo titulado 'Victory', con el que me he pegado, como dirían en mi tierra, una buena jartá de llorar. Era difícil contenerse, y más cuando sabías (y veías) que los personajes que conocías desde hacía tanto tiempo sucumbían finalmente a su destino. Un destino que no ha sido especialmente agradable en todos los casos. Pero vayamos por partes y analicemos como es debido las nuevas idas de olla con que han decidido sorprendernos por última vez los guionistas de esta serie tan especial.

La batalla final

En este episodio finalmente ha sucedido el clímax que llevábamos tanto tiempo esperando. La guerra de brutales proporciones que se venía anunciando desde el inicio de la temporada entre Crassus y Spartacus finalmente estaba a punto de estallar. Nuestros protagonistas se preparaban para la que sabían que sería, con toda probabilidad, su última batalla. Gannicus se despidió de Sybil haciéndole el amor y nosotros, por supuesto, fuimos testigos de ese "amor" con todo lujo de detalles. Al terminar Gannicus la miró a los ojos y le dijo que no fue él quien la salvó, como ella creía, sino que fue ella quien le salvó a él. Muy tierno todo, realmente es emocionante que en sus últimos momentos Gannicus, uno de los mejores personajes, encontrara consuelo en la mujer que amaba y no en sus prostitutas amigas. Por otra parte, Agron se negó a cruzar las montañas con los refugiados y se las ingenió para fabricarse un arma con la que pudiera luchar en la batalla junto a Nasir, que esta vez decidió acompañarle a la guerra. Spartacus también estaba preparado. Se encontraba en paz consigo mismo. Parecía ser consciente de que su final estaba cerca y se paró a reflexionar, comprendiendo que no encontraría consuelo en la sangre de los romanos. Pensó que le habría gustado estar con Laeta y con los demás, viéndoles crecer, ya que, de algún modo, Sura vivía en ellos. ¿Habría sido capaz de formar una familia junto a la pelirroja de no haber ido a la batalla?

Los romanos creían tenerlo todo bajo control. Eran mayores en número y estaban mejor armados. Sin embargo, Spartacus todavía se guardaba varios ases bajo la manga que les pillaron totalmente desprevenidos. La zanja oculta llena de hierros afilados fue uno de los mayores puntazos que se marcó la serie en mucho tiempo. Ver a los romanos caer fue muy gore e incluso a mí, que ya estoy "acostumbrado" a las lindezas de Spartacus, me resultó impactante. Sin perder ni un segundo, los rebeldes alzaron varias tablas sobre el foso y lo cruzaron para seguir diezmando al enemigo de forma tan inteligente. Crassus, que se encontraba muy alejado, ordenó lanzar las famosas catapultas de fuego romanas, a pesar de que muchos compañeros aliados también morirían (daños colaterales, debió pensar). Sin embargo, eso no impidió que los rebeldes siguieran avanzando. Más adelante, en el flanco norte, otro grupo encabezado por Gannicus y Saxa logró alcanzar la zona de las catapultas y la controló, cambiando la dirección y lanzándolas hacia Crassus y los soldados de su zona. Entre toda esta masacre brutal y confusa vimos caer a muchos de los nuestros, como a —agarraros bien— ¡Naevia! La guerrera finalmente murió en batalla, con una relativa glorious death, a manos del mismísimo César, que se ha puesto las botas, todo sea dicho. Más allá también moría Saxa, un personaje secundario pero muy carismático que nos ha dado grandes momentos y cuya muerte me ha parecido, curiosamente, una de las más emotivas.

"Me encuentro otra vez entre tus brazos"...

Gannicus no corrió mejor suerte. No le asesinaron, pero se encontró rodeado por docenas de romanos y no pudo hacer nada contra ellos. Aún así era conmovedor seguir viéndole luchar como un perro rabioso que, a pesar de verse acorralado, seguía enseñando sus peligrosos colmillos. Spartacus, por su parte, logró avanzar hacia el norte y enfrentarse cara a cara contra su gran rival intelectual: Crassus. Ambos ya se pudieron ver antes de la guerra, en ese mismo sitio, para conversar y dejar latente lo mucho que se admiran en realidad el uno al otro, o al menos Crassus a él. Con esa charla Spartacus condenó también sin darse cuenta a la esclava de Crassus, pero esa ya es otra historia. Los dos hombres se miraron a la cara y, curiosamente, ninguno hizo ningún intento de asesinar al otro a traición. Los dos tenían un fuerte código de honor y cada uno prometió que mataría al otro durante la batalla. Tras esa agradable charla, se despidieron. Horas después volvían a encontrarse, teniendo lugar el esperado y épico enfrentamiento en el que lucharon a muerte mientras Spartacus recordaba (como si no hubiéramos llorado ya lo bastante) a toda la gente que había querido en su vida: Sura, Mira, Varro... Finalmente parecía que él vencería, pero tres soldados random le atacaron por la espalda y le clavaron tres lanzas (ay) por todo el cuerpo. Agron y Nasir llegaron a tiempo para "salvarle", pero Crassus pudo escapar. Unos cuantos rebeldes lograron sobrevivir a la guerra y escaparon. Volvieron a reunirse con el grupo de refugiados de las montañas, cada vez más reducido, pero no pudieron hacer nada por Spartacus. Así fue como finalmente moría el 'Portador de Lluvia', junto a Agron, Nasir, Sybil, Laeta y otros compañeros. Preciosa escena. Todo el capítulo ha tenido un regusto épico que ha estado sazonado con grandes discursos, reflexiones y hachazos tanto emocionales como físicos. El S03E10 'Victory' ha cumplido todas mis expectativas y ha supuesto la despedida perfecta de una gran serie que difícilmente nadie podrá igualar. Sí, tenía mucho sexo, sí, era muy bruta, y sí, a veces dejaba mucho que desear en lo que a la psicología de los personajes se refería, pero en su terreno Spartacus es única y ha sabido jugar con las pasiones humanas como ninguna. 

El futuro de Crassus y César

Que nuestro amigo César iba a sobrevivir ya lo dábamos por sentado (la historia es un spoiler muy molesto con las series de esta temática) aunque que también lo haya hecho Crassus ha supuesto una sorpresa para mí, esperaba que muriese junto a Spartacus en la batalla. Sin embargo ambos, tanto César como Crassus, que son más listos que el hambre, se han aliado y han aunado fuerzas contra/con Pompeyo. Los dos hombres son tan astutos como ambiciosos y quieren construirse un futuro en el Senado de Roma, una trama muy interesante que seguramente la cadena Starz explotará en el spin-off que ya anunciaron antes de estrenar esta gran tercera temporada. Las audiencias son espectaculares así que pueden respirar tranquilos en ese aspecto. Crassus, además, se mostró repentinamente endurecido por la muerte de su niño bonito y decidió crucificar al amor de su vida como castigo por su traición. Así fue como su trágica esclava terminó sirviendo de comida para los cuervos junto a Gannicus que, en los últimos instantes, creyó estar de nuevo en la Arena, reviviendo su época de gloria. Genial despedida para un genial personaje.

***

Fantástico, estupendo, explosivo final de Spartacus. Desde el principio sabíamos que tendríamos una batalla épica, la última de todas, y eso es precisamente lo que la serie nos ha dado. Ha sido emotiva, ha sido impactante y ha sido, en definitiva, Spartacus en estado puro. Mención especial también para los créditos finales, donde aparecían todos los personajes principales que nos han hecho disfrutar durante tantos años. Y, por supuesto, mención doblemente especial para la última escena, donde aparecía Andy Whitfield y decía: I am Spartacus. Con ese detallazo, ese tributo tan tierno, se ponía punto y final a una serie que ha sobrevivido al fallecimiento de su protagonista y a la marcha de una de sus actrices principales.

"Estoy volando, Agron"...

Muchas gracias, Spartacus, por tus tres temporadas —precuela inclusive—. Gracias por habernos dado a personajes como Batiatus y Lucretia, por habernos encandilado con las retorcidas trolleadas de los romanos, por habernos emocionado con la lucha de Spartacus, la valentía de Crixus, la lucha de Naevia y el recuerdo de Sura. Gracias a Andy Whitfield y Liam McIntyre por haber interpretado a dos magistrales Spartacus, ambos igual de potentes, tan buenos que no podría elegir entre ellos. Y, sobretodo, gracias, Spartacus, por habernos hecho comprender, o recordar, el valor real de la libertad.

Todos somos Spartacus