Arrow, fin del volumen 1

Arrow es uno de los estrenos más sólidos de esta temporada y también es uno de los más estereotipados. Como en casi todas (por no decir todas) las series de superhéroes, los capítulos raramente se alejan de un patrón procedimental muy definido que empieza con la aparición de un problema pasajero y acaba con su resolución pero deja entrever la trama global de la temporada.

Se alternan acontecimientos actuales con momentos del pasado (no es precisamente una idea revolucionaria pero está bien explotada), y entretanto el enemigo de turno es derrotado. Todo esto mientras la verdadera amenaza ha ido creciendo.

Se habían mostrado historias del pasado ajenas al protagonista anteriormente, pero es a partir del episodio 21 cuando sabemos realmente las razones por las que el Queen's Gambit naufragó en mitad del Pacífico. Es el único episodio en el que no hay flashbacks de la isla, ¿verdad? ¿Y no es un alivio?

Tampoco tenemos que aguantar las idas y venidas del Detective Lance. Todo son comodidades. Ciertamente, las series made in USA saben cómo reenganchar al espectador cuando se acercan a la season finale.

Gracias a los flashbacks, situados esta vez en Starling City, se confirma que Moira Queen no es tan mala como nos hacían creer y que Malcolm Merlyn está detrás de todo. No es que no lo hayan dejado caer en más de una ocasión; durante toda la temporada queda claro que no es de fiar y es en este episodio cuando atamos todos los cabos sueltos y confirmamos nuestras sospechas. ¿Alguien creyó que Walter estaba muerto?

Al mismo tiempo, se desvela la trama final de la temporada, un terremoto artificial que arrasará los Glades. ¿No había algún desastre natural un poco más llamativo?

Los dos últimos episodios conforman el desenlace, un desenlace que tiene todos los ingredientes para un buen final de temporada: la confesión de Moira, la despedida de Lance, un segundo dispositivo (típico, pero no predecible), lucha mano a mano, ese puntito de amor para tocar la fibra sensible, pérdida, remordimientos. Una conclusión de cine.

Cabría esperar la aparición de un nuevo enemigo en el último instante, un cliffhanger propio de este tipo de argumentos. Por otro lado, ¿qué mejor cliffhanger que una ciudad devastada?

Hay que reconocer que, pese a que más de la mitad de los episodios han sido copias exactas unos de otros y no han aportado nada al avance de la trama general, todos han sido entretenidos. Como comentábamos es una producción bien concebida. Cada historia ha resultado ser un buen aperitivo de la conclusión.

Finalizada la temporada, las preguntas que debemos hacernos son: ¿Por qué aún no ha habido tema entre Oliver y Felicity? ¿Es Roy Harper el futuro Robin de nuestro Batman? ¿Cómo hace Oliver Queen para desmaquillarse tan bien y rápido? ¿Existe una relación entre todas estas incógnitas?

Sin conocer la evolución de la historia de Flecha Verde (DC Comics), la cual no es exactamente como la de la serie, podemos adivinar quizás una nueva temporada basada en los remordimientos de Oliver, un nueva oportunidad para Laurel y un efímero interés amoroso por Felicity Smoak, que le pondrá nuevamente las cosas difíciles a nuestra querida abogada insulsa.

¿Regresará la serie con el éxito de la primera temporada? ¿Cuántos capítulos contarán de nuevo con la aparición de David Anders? Hagan sus apuestas.