Bates Motel, demos gracias a Vera

Bates Motel enamora desde el primer episodio, es difícil no estar de acuerdo. Incluso si no es tu género preferido y te cuesta ponerte a ver el siguiente, sería raro que éste no te enganche completamente.

Demos gracias al canal A&E por no ordenar más episodios en la primera temporada. Tenemos otra muestra más de que las temporadas no deben extenderse durante todo el curso si el guión puede perder valor. Pero no todo el mérito lo tiene el guión. El éxito de la serie se debe, en gran parte, a las brillantes actuaciones de sus dos protagonistas.

Vera Farmiga ha demostrado en su no muy larga carrera cinematográfica que sabe hacer bien las cosas y elegir el camino correcto. Es el alma de la serie, no en vano acaba de recibir la nominación a Mejor actriz en una serie dramática para los Critics’ Choice TV Awards por Bates Motel (La gala se celebra el 10 de Junio).

Freddie Highmore, a sus 21 años, con un papel tan distinto a los que acostumbraba a interpretar (Charlie y la fábrica de chocolate, Arthur y los Minimoys), parece llevar el mismo rumbo al éxito que su madre en la ficción.

Sin duda, es uno de los planteles de actores más eficientes de la televisión actual.

En cuanto a la historia, todos sabemos ver, desde un principio, el egoísmo que esconde Norma tras el amor incondicional a su hijo. Conforme pasan los episodios uno va reafirmándose en la idea de que nadie en su sano juicio querría a Norma Bates como competencia, como amante y mucho menos como madre.

Precisamente por eso, Norman debe de estar encantado, y es que el hijo ha salido a ella. Son tal para cual, un equipo perfecto con el que es preferible no intimar más de lo necesario.

En cualquier caso, Norman es un chico adorable, educado y ejemplar la mayor parte del tiempo. Toda su mala conducta parece estar siempre justificada por la aparición de esa doble personalidad en momentos de tensión extrema. Norma, al contrario, es fría y posesiva y no lleva nada bien las decepciones.

De todas formas, la familia al completo tiene una relación muy estrecha con los problemas. Los causan, los atraen, los coleccionan. Y aunque Dylan, esa pequeña voz de la conciencia que adora el peligro más que su madre, intente reencauzar la vida de todos, siempre se acaba yendo todo al traste.

A decir verdad, es difícil llevar una vida tranquila viviendo en un antiguo burdel ilegal en un pueblo lleno de criminales.

Dylan no aprueba el comportamiento de su madre e intenta mostrar la realidad a su hermano. Norma es, probablemente, una de las causas de las crisis de Norman, que no encuentra otra manera de dejar salir toda la rabia acumulada.

Pasado el ecuador de la temporada y cuando más duro resulta perdonar a Norma por sus actos, entendemos un poco más sus razones. Mientras Zack Shelby yace muerto en las escaleras del motel y el Sheriff está de camino, Dylan descubre la verdad: fue Norman quien mató a su padre en una de sus crisis pero no lo recuerda.

Cuando el Sheriff Romero llega al motel y se encuentra a Shelby muerto, no tarda en encontrar una solución a todos los problemas de los Bates. Y parece un poco sospechoso. ¿Esconde algo?

 La relación entre Dylan y Norma tiende a mejorar porque las sospechas han desaparecido, pero el camino será largo porque no todo es distinto. Ella sigue siendo celosa, controladora y manipuladora.

Después de arreglar el tema de Zack Shelby, vuelve la tranquilidad; durante medio episodio aproximadamente porque Jake Abernathy viene para quedarse unos días. Asustada por su encuentro a medianoche con Abernathy, Norma encuentra tiempo, justo antes del baile del instituto, para sincerarse con su hijo y contarle toda la verdad de su pasado, quizás no en el mejor momento. Pero ya sabemos cómo es ella, tan suya.

Ya en la reunión en el muelle, el Sheriff se encarga del problema una vez más, disipando todas las dudas: Romero, el que más sospecha y el más sospechoso, es el único en quien se puede confiar. Aun así, con semejantes antecedentes, no cabe duda de que los problemas en White Pine seguirán apareciendo. En ese momento Norman, por obra y gracia del destino, se encuentra en casa de la Srta. Watson, la cual lleva ya varios episodios insinuando que él es mejor partido que  el tal Eric el acosador del teléfono. Porque Norman no está loco, la Señorita Watson le tira los tejos con esa mirada intensa.

Pese a todo, ella decide llevarle a casa, no sin antes desnudarse con la puerta abierta y un espejo colocado estratégicamente.

A Norman no le queda más remedio que actuar, obedeciendo a esa madre que está en su cabeza. ¿Es Norma una madre normal cuyo comportamiento se ve distorsionado en la mente de Norman? ¿Cuánto de ella es real? ¿Es la Norma que conocemos así realmente o es una ilusión en la cabeza de su hijo? ¿Qué opináis?

Sea como sea, es realmente imposible para Norma Bates librarse de los problemas, porque el mayor problema lo tiene en casa.