Ocho capítulos en una cadena como la ABC no es buen augurio. Y ahí es donde radica el problema. Mike Kelley ya ha evidenciado este hecho al dejar su Revenge por considerar que sus temporadas constaban de un excesivo número de capítulos, y es que lo que hemos visto este año con Red Widow es la prueba de que no es necesario estirar demasiado el chicle (ni siquiera en las networks) para conseguir una temporada más que digna.
Curándose en salud, y a la espera de los upfronts, esta serie de mafiosos afincados en San Francisco ha finalizado redondamente una trama, con tan sólo un pequeño y más que previsible cliffhanger por si suena la flauta. Personalmente me importaba bien poco el argumento. Radha Mitchell (Melinda&Melinda) era todo lo que necesitaba. Sí, actriz del montón (bien lo demuestra aquí con una interpretación un tanto estática), pero tengo cierta devoción por la mediocridad. Creando un evidente paralelismo con la Biblia de la Mafia, The Godfather de Mario Puzo, Marta, al igual que Michael Corleone, no siente interés ni aprecio ninguno por el negocio de su familia, aunque descubrirá a la fuerza que es realmente la más cualificada para el puesto. Después de que una estupidez cometida por el incompetente de su hermano suponga la muerte de su marido, Marta pasará a aprender "el oficio" y así cubrir la deuda que se ha acarreado con el capo más importante de la ciudad, Christian Schiller.
Centrándonos en la magnífica trilogía cinematográfica, Michael dio portazo a su antigua vida mientras su mujer, interpretada por Diane Keaton, miraba a lo lejos. Michael cerró la puerta (y la primera película). Y su esposa no volvió a verlo más. Más que la incursión de una mujer al mundo del crimen organizado, Red Widow alega al enorme amor de una mujer por su familia, que le impulsará a tomar todas las medidas posibles para salvarla. Es así como, a diferencia de Michael, Marta es capaz de perdonar las infidelidades de su familia, que son unas cuantas (las mentiras de su hermano, el secuestro de su hija por parte de un amigo íntimo de la familia, y la traición de su padre). Marta se inmiscuye de pleno en su nueva profesión, pero en ningún momento da portazo a los suyos. Y es así como, ganándose la compasión de nada menos que dos capos internacionales, Marta evidencia la decadencia de la mafia por medio de convertirla en un cuento de lo más virginal.
Aún así, una pequeña sorpresa nos llevamos al final. Demostrando lo que marcan las estadísticas, que nuestros más cercanos allegados siempre son capaces de lo mejor y de lo peor, Marta descubre que al igual que ella, hay otros que también están dispuestos a sacrificar lo máximo por mantener a la familia unida, como es el caso de su poderoso padre. Otras virtudes contiene la serie, como la visión de los hijos adolescentes y su pérdida de la inocencia ante la realidad de la familia a la que pertenecen, así como el casting, incluyendo actores de Europa del este. A destacar Branka Katric (Big Love) magnífico personaje introducido de un gran modo pero pulverizado de forma un tanto ridícula.
Difícil tratar un tema de una violencia intrínseca como es el crimen organizado en una cadena de televisión en abierto. Veintidós capítulos pueden parecer demasiados, pero ocho tampoco dan pie a grandes arcos argumentales (el que Alexandra decida hacerse con el territorio de Christian es harto precipitado). En cualquier caso, el final feliz presentado para Marta no es tal. ¿Lo veremos en pantalla? Los upfronts dirán.
Mañana hablaré yo también un poquito sobre la manía de alargar las temporadas que tienen en USA ;) en un post sobre Continuum. Sabiendo que tiene final cerrado y que son solo 8 episodios, la veré este verano
ResponderEliminarLas series de las network esta temporada... Un desastre en toda regla. Nunca le di una oportunidad a Red Widow pero interés tampoco suscitaba, siendo sinceros.
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