Un año más toca echar temporalmente el cierre a una de las series de la televisión en abierto estadounidenses más increíbles de la actualidad, y personalmente una de mis favoritas, The Good Wife. Ya le dediqué un post cuando acabó la tercera temporada, titulado con el mismo nombre y, ya que no podría ser más adecuado, vuelvo a hacer balance de la reciente temporada de la serie siguendo la misma dinámica.
La cuarta temporada de The Good Wife, en términos generales, ha resultado ser más sorprendente y satisfactoria que la tercera (a la que le sobraban ciertas tramas y muchas decisiones), manteniendo su calidad su entretenimiento, y el desfile interminable de estrellas invitadas que tantas alegrías nos han dado.
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La decisión de Alicia
Cuando Alicia rompió el affaire con Will tras comprobar el daño que estaba causando en su vida, y cuando Alicia decidió volver con Peter a pesar de los cuernos que llevaba en la cabeza, sabíamos que tarde o temprano la tensión sexual volvería a aparecer. No es que hiciera falta, en realidad, pues los caminos de The Good Wife nunca han sido marcados por estas relaciones (por muy bien que se pueda vender el trío a ojos publicitarios), pero acabara finalmente con uno o con otro Alicia nunca había cerrado las puertas a ninguno de los dos. Y todavía no lo ha hecho. Y a saber si lo hará.
Porque la decisión de Alicia en esta cuarta temporada, por muchos rodeos que se hayan dado, siempre ha sido otra. Nos han mostrado los conflictos de la abogada con los dos hombres de su vida y a pesar de sus sentimientos ha creído no poder confiar en ninguno: ¿el marido putero o el abogado corrupto? Y es entonces, cuando Lockhart & Gardner está luchando para sobrevivir a la crisis (recordemos a Clarke Hayden, interpretado por Nathan Lane) y tiene lugar la debacle de los asociados, cuando a Alicia se le ofrece una oportunidad que ninguno esperaba: abandonar el bufete donde se ha convertido en quien es y fundar uno nuevo con Cary. Esa decisión se retrasó con una sonrisa falsa de agradecimiento tras ser ascendida, pero al final de la temporada escuchamos ese decisivo "estoy dentro" que tanto anhelábamos escuchar. ¿Pero acaso funcionará esta relación profesional con Cary, quien prácticamente siempre ha sido su oponente?
Ah, la quinta temporada... (¿y dónde quedará la lealtad de Kalinda?)
El juego de la política
Una de las bases de The Good Wife ha sido siempre la política, con tramas que siempre han girado en torno a Peter Florrick, su redención y ascenso en la política de Chicago. En esta temporada, la clave ha sido la candidatura a Gobernador de Illinois, que acabó ganando en el último momento y tras una movida campaña que nos ha dado grandes momentos. Conocimos a la peculiar amiga de Alicia, Maddie Hayward (Maura Tierney), que acabó postulándose en contra del Florrick, y también volvimos a encontrarnos con Mike Kresteva (Matthew Perry), su principal oponente. No obstante, las riendas siempre han estado entre bastidores, con el gran Eli Gold que esta temporada ha estado en un prudente segundo plano (en la anterior le dieron más juego del necesario), acompañado por su némesis Jordan Karahalios (impronunciable nombre de T.R. Knight) y su mano derecha en sus problemas legales, Elsbeth Tascioni (Carrie Preston).
Sin duda, este peculiar juego de tronos ha sido exquisito y muy bien llevado, y nos ha dado la oportunidad de conocer otra faceta de nuestros personajes, especialmente de una Alicia que esta vez estaba de lado de su marido. Además, la victoria significará que Diane tendrá que abandonar el bufete para convertirse en jueza. Sin Alicia, sin Diane, sin Cary y ¿sin Kalinda?, ¿qué pasará con Will?
La familia ante todo
A pesar de sus bases legales y políticas, The Good Wife ha dejado siempre bien claro el papel que tiene la familia en las decisiones de nuestros personajes. De hecho, el primer episodio de la temporada ya era una declaración de intenciones de la ferocidad con la que Alicia defiende a sus hijos ante cualquier circunstancia. Tanto Zach (quien ha tomado gran protagonismo tanto en la premiere como en la finale) como Grace han estado muy presentes en la temporada, y es que no olvidemos que hasta ahora todas las decisiones de Alicia han pasado por el papel que tomarían para la vida de sus hijos.
Pero la cuarta, todo sea dicho, ha sido especialmente una temporada para los progenitores. Desde la imprescindible Jackie Florrick, que tras su ataque volvió con las pilas cargadas y un "amigo" debajo del brazo, hasta los descubiertos Jeffrey Agos (John Shea) y Veronica Loy (Stockard Channing), se nos ha demostrado cómo las influencias paternales son fundamentales para entender a nuestros personajes. E incluso son capaces de forzar un giro de los acontecimientos, o que se lo digan a lo metomentodo madre de Alicia.
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