Game of Thrones S03E09. The Rains of Castamere

Para todos aquellos que se quejaban de la falta de acción en la actual temporada de Game Of Thrones, que a mi personalmente me está pareciendo extraordinaria, pueden darse más que satisfechos con este penúltimo capítulo de la temporada, que siguiendo la trayectoria del "noveno", es —y no puede describirse de otra manera— una verdadera pasada. Si el episodio anterior se centró en Desembarco del Rey y la primera de las bodas que nos esperaban, acabando mejor de lo que podríamos haber pensado, todo lo contrario ocurre en The Rains Of Castamere, donde se celebra, por fin, lo que los lectores de los libros —y ahora todos— conocemos como La Boda Roja, que no es otra que la que unirá a los Tully con los Frey, y cuyo banquete será, cuanto menos, inolvidable. La sección de comentarios está enteramente a vuestra disposición, ¿todos estáis tan indignados como los americanos que afirman cancelar su suscripción a HBO por esto?

"The city is yours, my queen" — Daario Naharis

Aunque sólo con un par de escenas que viendo la totalidad del capítulo no cuentan con gran importancia, la historia de Daenerys y su conquista al otro lado del Mar Angosto continúa favorablemente. En esta ocasión y ya con Daario Naharis de su lado, se hace por fin con la ciudad de Yunkai, despertando cada vez más los celos y la desconfianza de Ser Jorah, que ya no sólo se muestra reticente a aceptar la ayuda de Ser Barristan sino que reniega aún más de cualquier plan ofrecido por su nuevo aliado, pese a que finalmente lo acata por las órdenes de su Khaleesi. Mormont sólo tiene ojos para la Madre de Dragones, pero ésta parece haberse fijado más de lo que debería en Daario, con el que el juego de miradas y los sutiles roces son más que evidentes, sobre todo para Ser Jorah, que poco tardará en explotar. ¿Repercutirán los impulsos del caballero en las conquistas de Daenerys? ¿Qué ocurrirá con los esclavos de Yunkai? Esperamos encontrar respuesta la semana que viene.

"You're a warg, Bran. It's in your blood" — Jojen Reed

Unos van al norte, otros van al sur. Los caminos de Bran y Jon se cruzan en este episodio, en el que por fin el joven Stark descubre su potencial como cambiapieles en una situación extrema en la que llega a poseer el cuerpo de Hodor al no poder calmarle de otro modo mientras el bastardo cambiacapas es descubierto como tal y huye bajo el amparo de sus hermanos negros tras asesinar a Orell y bajo la perpleja mirada de su amada Ygritte, la cual no pensaba que sería dejada atrás. 

Bajo el cobijo de su molino abandonado, el variopinto formado por los Stark más jóvenes, los Reed, Osha y Hodor deciden lo que les deparará el destino de aquí en adelante. A sabiendas de que su meta está Más-Allá-Del-Muro, Bran pone a Rickon a salvo dejándole con Osha —y ella feliz como nunca de alejarse del norte— camino de las tierras de los Umber mientras él parte en busca del cuervo de tres ojos en compañía de Jojen, Meera, y por supuesto, Hodor. Retomamos así la trama literaria no sin antes darle a Rickon el capítulo de su vida, porque creo que nunca le había oído hablar.

"I know fear when I see it. Seen a lot" — Sandor Clegane

Desde que escapara de Desembarco del Rey, la pequeña Arya ha visto frustrado su camino hacia su familia incontables veces. ¿Quién iba a decirle a ella que sería El Perro el que conseguiría llevarla con su madre y su hermano? El viaje de esta extraña pareja continua mientras se acercan a Los Gemelos ante la atenta mirada de Arya, que no pierde las torres de vista con miedo de que desaparezcan una vez más, desesperada y lejos de la niña traviesa y aventurera que una vez fue, amenazando sin titubear a Clegane con clavarle una espada en el ojo y sacársela por la nuca, amenazas que cada vez vemos más reales con la dura vida que le ha tocado vivir. Una vez más, tan cerca y a la vez tan lejos, Arya, con el miedo, la rabia y el odio en los ojos —justo tras una alegría momentánea al ver a los norteños— y el recuerdo de la decapitación de su padre ha de seguir su camino más allá de Los Gemelos tras presenciar la masacre que allí estaba teniendo lugar.

"The Lannisters send their regards" — Roose Bolton

Por supuesto hemos dejado el plato fuerte para el final. Si normalmente los momentos más cómicos suelen ir de la mano de Tyrion y Bronn, hoy descubrimos que el humor de Lord Frey —y las caras de Edmure Tully— no les tiene nada que envidiar. El Rey en el Norte y su ejército llegan por fin a Los Gemelos donde, además de una disculpa obligatoria por parte del monarca, se llevará a cabo la boda entre el Señor de Aguasdulces y una de las hijas del prolífico Walder Frey —que sólo puede compararse con Craster en cuando a prole, pero aprovechando los varones—. 

Edmure tiene mucha suerte cuando descubre en el altar que su futura mujer, Roslin, es la más bella de las hijas de Lord Frey —una pullita para Rob— y tras la ceremonia todo parece ir como la seda. Música —batería de Coldplay incluido— y risas a raudales en una celebración que culmina, esta vez sí, con el encamamiento de los novios. Sin embargo, Las Lluvias de Castamere, himno Lannister, entona sus primeras notas, y cuando Lady Catelyn ve que la puerta del salón es cerrada sin motivo aparente empieza a sospechar; intuición que sigue hasta descubrir la cota de malla bajo las ropas de Bolton, momento en el que explota la rebelión y comienza La Boda Roja. 

De nada sirven el pan y la sal compartidos, Walder Frey no perdona, y con lo primero que acaba es con el motivo de la traición, Lady Talisa y su heredero no nato. Las múltiples puñaladas que nos muestran en primer plano no dejan indiferente a nadie, un cambio con respecto a los libros, a mi parecer, muy acertado, que nos sorprende enormemente y hace empatizar con los personajes en esos duros momentos que serán su final. Las flechas vuelan, las espadas salpican sangre norteña, y una desesperada Catelyn lanza un último ataque amenazando a Lord Frey con acabar con la vida de su actual esposa si no deja ir a su hijo, prometiéndole no tomar represalias. ¿He dicho ya que Frey es el Craster de los Siete Reinos? Tiene mujeres a raudales, y así se lo hace saber a Lady Catelyn justo antes de que Roose Bolton remate a Robb confesando su traición —mientras Viento Gris muere también en el exterior—. Totalmente ida, Lady Stark rebana el cuello de la mujer de Walder Frey sin inmutarse, consumida por el dolor y sin ser capaz de reaccionar, posición en la que permanece hasta que segundos después, de su cuello también mana la sangre.

Tras esto, unos créditos totalmente mudos; mudos como nos quedamos nosotros al ver los últimos diez minutos de capítulo, una sucesión de escenas armoniosamente encajadas en las que cuesta acordarse de respirar. Si hay que ponerle nota, yo le pondría un 20, que 10 se me queda corto. ¿Alguien quería más acción? ¡Marchando!

Promo S03E10. Mhysa (SEASON FINALE)