In memoriam: James Gandolfini

Sí, amigos. James Gandolfini (1961-2013) ha muerto de un ataque al corazón durante una estancia en Italia. Noticias como esta, cuando no vienen precedidas de una enfermedad, nos dejan tocados, sorprendidos, descolocados. En los múltiples textos que ya hay publicados sobre él se destacan diferentes aspectos, pero me quedo sobre todo con dos: la reinvención que hizo del antihéroe con su interpretación más destacada y conocida: Tony Soprano, y esa definición de él que roza lo poético: el gánster de ojos tristes. La mafia en la pantalla tenía dos próceres: Vito Corleone y Tony Soprano.

Deja tres proyectos pendientes de estreno, de los cuales uno de ellos era una serie: Criminal Justice. Personalmente, cuando me enteré de que volvía a la televisión, me alegré. Cierto que un rol como Tony Soprano solo se presenta una vez en la vida de un actor. De hecho, Gandolfini confesaba en una entrevista a Vanity Fair que no podía imaginar que le dieran el papel. Y es que David Chase apostó por él, dejando de lado a actores de más renombre y confesando que era un tipo difícil, pero al que quería como a un hermano.

Tony Soprano despertó pasiones y una no deja de preguntarse cómo es posible interpretar a un personaje, en tantas ocasiones impío y, a su vez, uno de los más carismáticos de la historia del cine. Sí. Del CINE, con letras mayúsculas. Frases tan memorables como:

• "No pagaré, sé demasiado sobre extorsión".

• "Me da igual que me tengan miedo. ¡Dirijo un negocio, no un puto concurso de popularidad!"

• "¿Te acuerdas de la historia que me contaste sobre el padre toro hablando con su hijo? Desde lo alto de una colina miran a un grupo de vacas y el hijo mira al padre y le dice: '¿Por qué no bajamos corriendo y nos follamos a una?'. ¿Te acuerdas de lo que el padre contesta? El padre contesta: '¿Por qué no bajamos andando y nos las follamos a todas?"

• "Sólo jodemos al que merece ser jodido".

• “¿Que estoy detenido? De acuerdo. La última vez tardé tan poco en salir que mi sopa todavía estaba caliente cuando llegué a casa”.

• “No se caga donde se come. Y mucho menos se caga donde como yo”.

Photo by Annie Leibovitz

De origen humilde, se graduó en Periodismo en la Universidad de Rutgers y se inició en el mundo de la interpretación al acompañar a un amigo a una prueba. Sería en 1993 cuando actuaría por primera vez, en una producción de Broadway, On the Waterfront, durante seis meses. Sus primeros papeles en el cine ya fueron de mafiosos: en True Romance, donde interpreta a un soldado de la mafia; Terminal Velocity, donde interpreta a un violento gánster ruso; y The Juror, como un gánster. 

Pero el papel que le elevó al Olimpo fue, sin duda alguna, en The Sopranos (1999-2007), por el cual consiguió tres premios Emmy al mejor actor en una serie dramática y el Globo de oro en la misma categoría por este papel. Llegó a cobrar un millón de dólares por capítulo. 

“Sigo enamorado de Edie,” comentaba James Gandolfini en una entrevista en Vanity Fair hablando de Edie Falco, quien interpretó el papel de su mujer, Carmela, durante las seis temporadas de The Sopranos. “Claro está, amo a mi esposa, pero sigo enamorado de Edie. No sé si estoy enamorado de Carmela o de Edie, o de ambas. Estoy enamorado de ella”.

Sí, amigos. Se nos ha ido Tony Soprano, James Gandolfini, el gánster de ojos tristes. Es un día gris, aunque luzca el sol de verano.

The Sopranos Tribute