- Primero, porque llevo hablando de esta "burbuja" dos años. Os hablé de ella por primera vez en Verlo todo o no ver nada, una de mis primeras entradas sobre el tema, y prometí que hablaría de ello más adelante. Dos años es suficiente.
- Segundo, porque Marina Such escribió sobre la "burbuja" el pasado martes en su blog. En él explica el tema perfectamente y me recordó que también tenía algo que decir.
- Finalmente, porque aparentemente esta "burbuja seriéfila" será el tema sobre el que trate el #BirraSeries que se celebrará el domingo 20 de octubre en el Festival de Series de Canal+ en Madrid. No soy uno de esos seis bloggers presentes en la mesa redonda del evento, pero espero que a alguien le sirva mi siguiente reflexión.
Posiblemente por deformación profesional suelo ver la mayoría de sucesos que requieren un intercambio desde la ley de la oferta y la demanda. Curiosamente, el mercado televisivo contiene unas particularidades que dejarían al famoso postulado económico bastante inservible, en especial si lo contemplamos desde una perspectiva en la que el consumidor no es estadounidense —nosotros— y por tanto no paga ni un céntimo por su consumo de series. En cualquier caso, podemos decir —y no hace falta ser economista para llegar a tal conclusión— que en un mercado "libre y feliz" —de competencia perfecta— existe un punto de equilibrio en el que la oferta y la demanda, es decir, cadenas de televisión y espectadores, quedan satisfechos en su intercambio a través de un precio de mercado de equilibrio. Y aquí entraría la particularidad de este mercado en el que el precio, al menos desde el punto de vista de la demanda, es inmensurable o incluso indiferente.
La cuestión que nos ocupa, y personalmente me preocupa, es que de un tiempo a esta parte ese "punto de equilibrio" ha empezado a desvanecerse a una velocidad preocupante. Las cadenas se han dado cuenta de la alta capacidad de explotación del mercado seriéfilo y, especialmente en el último año, nuevos y poderosos actores han salido a la palestra para demostrar que ellos también pueden crear televisión y, además, llevarse un pedazo del pastel. No hablamos solo de Netflix —que merece un post aparte, por cierto—; podemos hablar también de canales que históricamente se han dedicado a otros apartados del entretenimiento televisivo y que en el último año se han lanzado a la ficción propia:
- Netflix, que ha conquistado a crítica y público por igual con House of Cards y Orange is the New Black.
- BBC America con la ya cancelada Copper y el hit Orphan Black.
- History Channel con sus poderosas The Bible y Vikings.
- La premium Cinemax y su primera producción propia Banshee.
- Rogue de Audience Network —que sacará Full Circle con repartazo próximamente—.
- Hallmark Channel y su Cedar Cove con Andie MacDowell.
- Sundance Channel y su Rectify
- Incluso el servicio de vídeo bajo demanda de Amazon, que está trabajando en nuevas series cuya situación actual desconozco.
- Otros canales, normalmente dedicados a programaciones tan variadas como los realities, concursos o documentales, están trabajando en sus propias series, como Bravo (Girlfriend's Guide to Divorce, Heiresses y High and Low), WE tv (The Divide), Fuse (The Hustle) o incluso National Geographic (Act of Valor). Otras como Reelz ya habían probado suerte con las miniseries pero este otoño se lanza con dos series de "más o menos" ficción (The Capones y Hollywood Hillbillies). Y no son las únicas.
Obviamente, a muchos seriéfilos les dará apuro saber que hay tantas series que ver —recordad: nadie os obliga a verlas— pero personalmente me preocupa más las consecuencias que tendrá en el mercado televisivo: ¿encontrarán todas estas series un hueco en los 115 millones de hogares estadounidenses? ¿son realmente necesarias?
Es obvio y me parece un movimiento incluso inteligente que cualquier cadena quiera probar suerte en el mercado seriéfilo ahora que la televisión está viviendo una edad de oro más brillante que nunca. También quiero creer que no hay verdaderos motivos económicos en muchos casos detrás de estas decisiones empresariales... o al menos no a corto plazo. No podemos prever el éxito o fracaso de la mayoría de ellas —quién hubiera pensado que History emitiría las series de cable más exitosas del año— pero sí podemos definir las intenciones de estas cadenas que salen a la palestra buscando visibilidad, renombre, presencia y, por qué no, tal vez asegurar un futuro basado en parte en la ficción propia.
Otra de las cuestiones que más han preocupado a los críticos y diversos especialistas y que a mí personalmente no me molestan tanto es el tema de la calidad y de si hay suficiente talento para cubrir las demandas de todos esos canales que pretenden "supuestamente" dar con la serie definitiva —y digo supuestamente porque aunque haya intenciones todavía no he visto hasta el momento verdaderos intentos—. Quiero creer que hay suficientes creadores con talento en Hollywood para surtir de series de calidad a nuestra generación durante muchos años —otra cosa es que tengan esa oportunidad—, pero es obvio que a medida que aumente la calidad de las nuevas ficciones será más difícil encontrar una serie que verdaderamente se desmarque. Pero, como decía, eso realmente no me preocupa ya que realmente aquello de que tenemos "demasiadas series buenas" es una farsa como una catedral, y que todavía estoy esperando a que una serie sea capaz de sorprendernos, por ejemplo, este mismo otoño. Como siempre, se descubre un problema de expectativas y de promesas que rara vez resulta ser satisfactorio, pero me contenta saber que tarde o temprano veremos algo que nos sorprenda de verdad.
Obviamente, la pregunta es: ¿hasta cuándo durará todo esto? Si la oferta de series crece desmesuradamente, si la calidad se ve rebajada o no puede superar las expectativas, y si no hay suficientes espectadores para mantener de una forma lucrativa este negocio, ¿cómo explotará esta situación? A pesar del DVR y de otros inventos que cambien la forma de consumo, el espectador no va a ver toda la televisión que se le ponga delante —y de todas formas, a las cadenas no siempre les interesa ser vistas de esta manera— y los canales de televisión no podrán sufragar los presupuestos de sus nuevas series, por lo que seguramente muchas de estas series de las que os hemos hablado nacerán y morirán como experimentos. O no. Realmente sería interesante ver cómo las networks continúan agonizando —porque ya lo hacen, y desde hace años— a medida que el cable les va arrebatando espectadores.
Sí, es inevitable que la burbuja seriéfila explote tarde o temprano. Entendida de una manera u otra —si bien el concepto de "burbuja económica" no es realmente aplicable aquí— es cierto que vivimos un exceso de oferta bastante obvio, o al menos un principio del mismo. Pero como se ha dicho siempre, el mercado tiende al equilibrio y de alguna forma llegaremos a ese punto en el que las necesidades de oferentes y demandantes queden igualmente satisfechas. No es momento de llevarse las manos a la cabeza todavía, mucho menos si realmente estamos fuera del mercado como espectadores "alternativos", pero si nos preocupa el tema de la calidad creo que nuestras preocupaciones podrían ser legítimas. Veremos qué pasa en los próximos meses, porque el tema traerá cola.
* Nota: me comentan en Twitter que obvio la segmentación del mercado en mi argumentación y siento no haberlo mencionado. Es cierto que existen ofertas y demandas específicas según qué target —por ejemplo, aunque mencione que Bravo vaya a sacar sus primeras producciones originales seguramente el target de Bravo será el que las vea, y no otros— que se me han pasado por alto porque al fin y al cabo en mi cabeza de consumidor pirata no existe la segmentación. No obstante, sigue existiendo un exceso de oferta tanto si lo tratamos de una manera global como si es específica, aunque las series lanzadas a nichos de mercado poco explotados tendrán mayores posibilidades de triunfar —aunque sus audiencias sean mínimas—.
Netflix difiere un poco porque su audiencia se cuenta de manera global, y ahi creo yo que se hara la diferencia, cuando los canales comprendan que la audiencia que hoy tienen limitada a esos 115 millones, podría llegar a ser de muchisimos cientos de millones mas creo que eso expandiria un poco la burbuja. Hbo por ejemplo en uruguay emite los capitulos de juegos de tronos el domingo a las 22.00 creo que eso es un buen avance tambien
ResponderEliminar