Otra vez. The Good Wife nos vuelve a dejar temblando otra vez más. Ya nos habían avisado de que el quinto capítulo sería como la Boda Roja de Juego de Tronos, pero ¿quién pensaba que incluso sería mejor? Capítulo tras capítulo hemos ido viendo cómo las cosas se complicaban hasta decir basta, cómo la bola de nieve se iba haciendo cada vez más y más grande. Y para qué mentirnos, nos encantaba. Disfrutamos cosa mala que los guionistas hagan con nosotros lo que quieran, que nos golpeen y nos zarandeen hasta volvernos locos con sus idas y venidas. Al fin y al cabo, The Good Wife es muy grande.
Personalmente, soy incapaz de diferenciar dónde la serie deja de ser genial para ser superior, para convertirse en una pequeña joya televisiva, una de las mejores. No me cansaré de repetirlo nunca, y con Hitting The Fan, perfecto título para este episodio y para todos aquellos que hemos sufrido y disfrutado a partes iguales, no hago más que reafirmarme entre elogios y palabras sinceras. El episodio es un magistral baile de discusiones, peleas y sobre todo, mala leche. La guerra que todos esperábamos acaba de empezar y ninguno de los dos bandos piensa retirarse del campo de batalla sin sangrar lo necesario.
El descubrimiento de Diane la semana pasada desencadena toda una sucesión de eventos, como si del perfecto efecto dominó se tratase. El rostro de Will lo dice todo, y la secuencia que lo acompaña llena los minutos con una tensión casi dolorosa. Sangrando por dentro, traicionado, no duda en encararse con Alicia de malas maneras. No duda ni un segundo en echarla del bufete, del edificio y para todos los que esperaban que con esto ambos pudieran seguir adelante en cuanto a su relación amorosa e intermitente, también de su vida. Esa última mirada lo dice todo. Y Alicia rompe en lágrimas. Sinceramente, ¿qué esperabas Alicia? ¿Irte de rositas? Yo apoyo totalmente su decisión de marcharse del bufete junto con Cary, pero tenía muy presente desde el principio de que las cosas entonces no podrían terminar muy bien con Lockhart & Gardner.
Y así comienza la batalla. Will, acompañado de David Lee y de su mordaz lenguaje, pondrá patas arriba todo el bufete, y no parará hasta echar a la calle a todos los asociados de cuarto año. Pero lejos de arrinconarse, Alicia, Cary y compañía empezarán su propia estrategia. Ambos bandos lucharán hasta dejarse la vida por sus clientes. Tanto los que intentan mantenerlos, como los que intentan convencerlos de que se unan a ellos. ¿El más importante? Evidentemente, el multimillonario Chumhum .
Hemos podido ver una pequeña parte de lo que sería verlos enfrentados en el juzgado, y qué demonios, es genial. Una incansable pelea de hachazos y comentarios mordaces que no dejan indiferente a nadie. La Alicia de las primeras temporadas ha evolucionado, se ha vuelto más ambiciosa, y está preparada para jugar en el patio con los chicos grandes. Es más, está preparada para ganar. Quiere ganar por encima de todas las cosas. Al fin y al cabo, ha tenido los mejores maestros. La escena del juzgado, en la que ambos grupos se echan pullas los unos a los otros es fabulosa. La frase de Alicia, el broche final de esa escena, "We're coming after you. All your clients. Every single one we worked to make happy while you swept in at the last minute to take credit. We're taking them. And then you know what you'll have? A very nice suite of offices."
Y entre idas y venidas, Lockhart & Gardner se reestructura y Will necesita a gente en quien confiar. Por ahora, parece tener todo el apoyo de la leal Kalinda, a quien la indiferencia de Alicia le ha dolido bastante y prefiere mantener su posición en el bufete. En cuanto a Diane, teme que al haberse involucrado en todo este asunto peligre su puesto como Juez Suprema. Y razón no le falta. Un dolido Peter Florrick, y con más ganas de pelear con Will que nunca, decide apoyar a su mujer. Gracias a unas declaraciones bastante directas, consigue que el informático Neil Gross se decante por el bufete de su esposa. Y por si fuera poco, se replantea su decisión para con Diane, a pesar de las regañinas de Eli Gold, que ve cómo la actitud del gobernador puede traerle bastantes problemas.
Sin tener todavía unas oficinas físicas, Alicia y compañía se preparan para empezar, fuerte y por todo lo alto. El primer asalto es para ellos, gracias a la ayuda de Peter. Pero todavía queda mucha temporada y muchas peleas por delante. Y Will y los demás no van a amedrentarse, ni mucho menos. Esto acaba de empezar, y sólo nos queda disfrutar de lo que está por llegar. Por mi parte, no podría tener más ganas. Y a vosotros, ¿qué os ha parecido Hitting The Fan?
excelente serie y temporada
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