Rosa Belmonte (@rosabelmonte), Alberto Rey (@albertoenserie), Mariló García (@Yonomeaburro), Javi Suárez (@adicespectaculo), Miriam Lagoa (@mlagoa) y Natalia Marcos (@cakivi) y un servidor estuvimos cerca de una hora hablando de la serie, moderados por Isabel Vázquez (@kubelick). Razones por las que empezamos a verla, si representaba una sociedad primitiva, cuál es el personaje que no nos importaría que muriese o si estábamos de acuerdo en que Lori era una pesadilla. Un lujo que agradezco enormemente a FOX España y a @birraseries.
También fue un lujo el ver el primer episodio de la cuarta temporada, 30 Days Without an Accident, en pantalla grande, donde las series siempre ganan enteros y quizás sea la razón por la que me gustó tanto el episodio en comparación con lo que he leído de algunos compañeros en Twitter.
Como decía el pasado domingo, Scott Gimple, tercer showrunner de la serie, tiene un gran reto por delante. También decía que, por otro lado, poco importaba lo que hiciera ya que la serie está en una espiral de crecimiento imparable, como demuestra el nuevo récord de audiencia con 16,1 millones de espectadores (más 400.000 espectadores en FOX España, pepino). Sin entrar a valorar esos datos, que lo dicen todo, me quedo con el cambio de rumbo que ha escogido Gimple y en lo que el primer episodio de la temporada nos viene a contar.
A partir de aquí, spoilers
Un tiempo después del final de la tercera temporada da comienzo la cuarta entrega, con nuestros amigos en la famosa cárcel (y otros nuevos procedentes de Woodbury) que tanto les costó conservar y que ahora está irreconocible. Una pequeña aunque tranquila y democrática sociedad se ha instaurado tras esas vallas y la vida de sus habitantes es aparentemente apacible, obviando por supuesto el hecho de que en el exterior decenas de zombis esperan el momento de llevarse un bocado a la boca. Cada habitante tiene una tarea, ya sea alimentar, proteger o servir de una forma u otra al resto de ciudadanos. El gobierno ya no está en manos de un solo hombre sino de varios de ellos, un Consejo, y el antiguo dictador abandona el poder y dedica sus días al cuidado de una granja, la recogida de presas de las trampas del exterior y a su hijo.
Se podría decir que 30 Days Without an Accident ha sido como volver a empezar, y este salto temporal le ha venido de perlas a la serie. Se suele decir que el tiempo todo lo cura y prácticamente hemos visto cómo este grupo de personas ha sido capaz de seguir adelante, curar sus heridas y afrontar sus retos con toda la tranquilidad que aporta saber que son de los pocos supervivientes de ese maltrecho mundo. La prisión, irónicamente, es el único lugar en el que la paz puede existir.
De hecho, son esas tareas las que ocupan el primer episodio y en la que nos detenemos para observar hasta dónde han cambiado estos personajes, aunque realmente espero que este enfoque en los quehaceres de la prisión no se lleve el protagonismo esta temporada. No tiene pinta, todo hay que decirlo, pero para empezar ayuda y mucho a que asimilemos la nueva dinámica del grupo. Porque por mucho que hablemos de paz, también sabemos que en The Walking Dead no suele durar mucho.
Por un lado, Rick, seguramente menos cuerdo de lo que aparenta, se encarga de recoger presas de las trampas colocadas en el exterior, y es en una de ellas donde se encuentra a una mujer de aspecto horroroso. De hecho, estuve todo el episodio pensando que era una zombi y que a Rick se le había perdido el último tornillo que le quedaba. Aunque aparentemente ha abandonado su complejo de héroe, al ver a esta malograda mujer no duda mucho en ofrecerle su ayuda, sin saber que al acompañarla para recoger a su marido iba derecho a una trampa. En cierto sentido, previsible. No obstante, la clave está en cómo al morir la mujer, Rick cumple sus deseos y no acaba ni con ella ni con su marido zombi, para que puedan estar juntos de alguna forma en la otra vida. ¿Ese es el Rick que conocíamos?
Más interesante, como es obvio, es el papel del equipo de "recolección": Daryl, Sasha, Tyreese y otros como Michonne (que se apunta a un bombardeo, por lo visto), viajan hasta un centro comercial para tomar provisiones. Allí, Bob Stookey, el borracho de la cárcel interpretado por Lawrence Gillard Jr. (que comparte escenas con otro alumno de The Wire, Chad L. Coleman), queda atrapado bajo una estantería y justo en el momento en el que va a ser rescatado el techo del local empieza a fallar y los zombis que estaban en la azotea (a saber cómo llegaron allí) empiezan a llover literalmente. Una secuencia impresionante que se salda, como es obvio, con una víctima: Zack. No es que le demos mayor importancia a su personaje, pero es interesante ver cómo su muerte afecta más al siempre impertérrito Daryl Dixon que a su rollete Beth, que después de todo lo que ha perdido ha asumido la pérdida de los seres queridos como lo más normal del mundo.
Sin duda, un gran comienzo de temporada. Además de lo mencionado me quedo con el "nuevo" Carl, que aunque sigue siendo adulto parece que se ha encarrilado un poco; con la gran Carol, enseñando en secreto a los niños a manejar un cuchillo (DUDA: ¿ME HA PARECIDO ENTENDER QUE ESTÁ LIADA CON DARYL?); y, por supuesto, con lo que le sucede al rarito de Patrick (famoso por ser la voz de Phineas en Phineas y Ferb) al final del episodio. Parece ser que The Walking Dead ha escogido crear expectación utilizando cliffhangers de manual, así como otros recursos que hasta ahora no habíamos visto en la serie. ¿Podrá Gimple mantener el nivel?
¿Qué os ha parecido el episodio? No dudéis en dejar vuestra opinión en la sección de comentarios justo debajo.
De hecho, son esas tareas las que ocupan el primer episodio y en la que nos detenemos para observar hasta dónde han cambiado estos personajes, aunque realmente espero que este enfoque en los quehaceres de la prisión no se lleve el protagonismo esta temporada. No tiene pinta, todo hay que decirlo, pero para empezar ayuda y mucho a que asimilemos la nueva dinámica del grupo. Porque por mucho que hablemos de paz, también sabemos que en The Walking Dead no suele durar mucho.
Por un lado, Rick, seguramente menos cuerdo de lo que aparenta, se encarga de recoger presas de las trampas colocadas en el exterior, y es en una de ellas donde se encuentra a una mujer de aspecto horroroso. De hecho, estuve todo el episodio pensando que era una zombi y que a Rick se le había perdido el último tornillo que le quedaba. Aunque aparentemente ha abandonado su complejo de héroe, al ver a esta malograda mujer no duda mucho en ofrecerle su ayuda, sin saber que al acompañarla para recoger a su marido iba derecho a una trampa. En cierto sentido, previsible. No obstante, la clave está en cómo al morir la mujer, Rick cumple sus deseos y no acaba ni con ella ni con su marido zombi, para que puedan estar juntos de alguna forma en la otra vida. ¿Ese es el Rick que conocíamos?
Más interesante, como es obvio, es el papel del equipo de "recolección": Daryl, Sasha, Tyreese y otros como Michonne (que se apunta a un bombardeo, por lo visto), viajan hasta un centro comercial para tomar provisiones. Allí, Bob Stookey, el borracho de la cárcel interpretado por Lawrence Gillard Jr. (que comparte escenas con otro alumno de The Wire, Chad L. Coleman), queda atrapado bajo una estantería y justo en el momento en el que va a ser rescatado el techo del local empieza a fallar y los zombis que estaban en la azotea (a saber cómo llegaron allí) empiezan a llover literalmente. Una secuencia impresionante que se salda, como es obvio, con una víctima: Zack. No es que le demos mayor importancia a su personaje, pero es interesante ver cómo su muerte afecta más al siempre impertérrito Daryl Dixon que a su rollete Beth, que después de todo lo que ha perdido ha asumido la pérdida de los seres queridos como lo más normal del mundo.
Sin duda, un gran comienzo de temporada. Además de lo mencionado me quedo con el "nuevo" Carl, que aunque sigue siendo adulto parece que se ha encarrilado un poco; con la gran Carol, enseñando en secreto a los niños a manejar un cuchillo (DUDA: ¿ME HA PARECIDO ENTENDER QUE ESTÁ LIADA CON DARYL?); y, por supuesto, con lo que le sucede al rarito de Patrick (famoso por ser la voz de Phineas en Phineas y Ferb) al final del episodio. Parece ser que The Walking Dead ha escogido crear expectación utilizando cliffhangers de manual, así como otros recursos que hasta ahora no habíamos visto en la serie. ¿Podrá Gimple mantener el nivel?
Foto: Yonomeaburro
¿Qué os ha parecido el episodio? No dudéis en dejar vuestra opinión en la sección de comentarios justo debajo.
Creo que fue un buen inicio ,sobre los zombies en el tejado creo que al caer el helicóptero murieron ,creo que es lo más lógico!!
ResponderEliminarCreo que el punto de esta temporada va a ser cómo ahora no sólo hay que defenderse de las amenazas visibles, como los zombies y los humanos invasores, sino tambien de las invisibles y silenciosas: la contaminación del agua y la comida.
ResponderEliminarA mi no me gustó, veremos mas adelante, hay cosas que no se entienden.veremos
ResponderEliminar