El momento que estábamos esperando ya llegó. El 50º Aniversario de Doctor Who ha sido uno de los acontecimientos más impresionantes de la serie y muchos de nosotros, entre ellos un servidor, hemos podido disfrutar de esa experiencia en 3D en los cines, algo que tenemos que agradecerle a Cinesa en el caso de España, que emitió el episodio en varias ciudades. Y, después de toda la intensa promoción, los nervios, el entusiasmo y el hype, que llegó a alcanzar cuotas épicas... ¿qué ha sido el especial de Doctor Who al final?
Muchas personas han preferido ver el episodio más tranquilamente en sus casas o con pequeños grupos de amigos, pero yo debo decir que ha sido toda una experiencia verlo en el cine. No tenía desperdicio encontrarse con el cine Proyecciones de Madrid abarrotado a la 01:00 de la madrugada, lleno de fans entusiasmados y, en muchos casos, disfrazados. El ambiente era fantástico y la sala se llenaba de carcajadas y aplausos cada pocas escenas. Quizá por eso acabé tan contento pero, refiriéndome al capítulo en sí mismo, tengo que decir que me ha sabido a poco.
Ha sido un especial muy, muy divertido. Los chistes, si bien eran bastante fáciles en algunos casos, han sido impresionantes. No podías parar de reírte cada cinco segundos. Ver a tres actores de la talla de Matt Smith, David Tennant y John Hurt interaccionar juntos ha sido espectacular, han logrado que la dinámica entre los tres Doctores haya sido de lo mejor del Aniversario. Otros personajes como Clara han jugado un papel aceptable pero poco relevante —me gustaría que le dieran más trasfondo a su personaje— y, por supuesto, como gran guiño a la época de Russell T. Davies, hemos tenido el regreso de "Rose Tyler", los Bad Wolf y multitud de referencias al pasado, como la mención a Jack Hakness, la vuelta de la hija del Brigadier o el momento en que Clara miraba la fotografía de la nieta del Doctor.
La trama del Aniversario ha sido entretenida, si bien no muy elaborada, y ha girado por completo en torno a Gallifrey. Hemos conocido al Doctor de John Hurt —¿el octavo y medio?—, aquel que los Doctores posteriores trataron de olvidar puesto que él era quién "destruyó" Gallifrey, congelando en el tiempo a su raza entera, a los Daleks y hasta al apuntador. Pero, ¡sorpresa! Instantes antes de que el Doctor pulsara el gran botón rojo que causaría la masacre que le trastornaría durante siglos (siglos, literalmente) apareció Rose Tyler, o un holograma de ella, o... bueno, Billie Piper, para que nos entendamos, y le brindó al Doctor la posibilidad de cambiar el futuro, ese horrible futuro que le aguardaba. Para ello, a través de una serie de paradojas (a Moffat le encantan las paradojas) acabaron por reunirse el Doctor olvidado, el Décimo y el Undécimo. Lo dicho, todas las interacciones entre ellos, todas, han sido épicas. La historia de la Reina de Inglaterra también ha sido muy buena, y ha sido todo un detalle que la hayan explicado por fin desde que la dejaron caer hace tres temporadas.
¿Pegas que ponerle al Aniversario? Personalmente, yo tengo unas cuantas. Toda la historia en sí, si bien se sostiene —con pinzas— me ha sabido a poco. Creo que ha faltado algo más de espectacularidad, de ingenio y, muy especialmente, ha faltado más presencia de los compañeros. Clara se ha limitado a lo de siempre, a ser mona y a jugar el papel de la compañera típica que apoya al Doctor, le comprende, le frena de vez en cuando y le sigue sin dar muchos problemas. Pero, siendo este el acontecimiento de tal envergadura que ha sido, creo que habría quedado ideal el regreso de alguna compañera —Donna, por ejemplo— o la mención a alguna de las grandes, como Sarah Jane Smith. La actriz que la interpretaba falleció hace pocos años y habría quedado precioso un homenaje a ella. Sin embargo, todo ha girado exclusivamente en torno al Doctor, algo compresible pero que a mí ya se me empieza a hacer cansino. Recordemos que, aunque sean varias encarnaciones, no dejan de ser la misma persona. También habría sido un detalle que Rose hubiera sido eso, Rose, y no un... lo que fuera. Pero, insisto, esta es solo mi opinión.
Lo que realmente no me ha gustado ha sido la caracterización del Décimo, que ha sido incorrecta. El verdadero no habría puesto ciertas expresiones o dicho ciertas payasadas que eran sello exclusivo del Undécimo y de Moffat. Allí había eau de Moffat por todas partes y no me ha gustado. Y, por supuesto, el gran giro en la trama de la serie: la posibilidad de salvar Gallifrey y volver a "casa". Aquí es dónde yo me pregunto... ¿no se supone que el Doctor consideraba a la Tierra como su verdadero hogar? ¿No estaba harto de los Señores del Tiempo de Gallifrey que, en teoría, se habían vuelto todos unos psicópatas? Ya vimos con toda la trama del Amo que aun así les añora mucho —será que el Doctor prefiere estar mal acompañado antes que solo—, pero toda esta historia en general me parece cogida con pinzas y, sobre todo, muy, muy simple. Creo que es algo que se le podría haber ocurrido a cualquier guionista. Por tanto, le agradezco a Moffat que haya hecho un Aniversario tan bueno y aceptable, pero creo que podría haber dado mucho más de sí, que está lleno de agujeros en la trama y que ya va siendo hora de que el buen señor deje la serie y se vuelva a su casa.
Opiniones subjetivas y quejas aparte, debo decir que me ha encantado vivir esta experiencia y haber formado parte de la generación que ha vivido el 50ª Aniversario en los cines. Por mucho que me queje, Doctor Who es una serie única que disfruto mucho y hoy más que nunca es un orgullo y un placer para mí ser whovian. La siguiente parada que nos aguarda es el Especial de Navidad, en el que despediremos al Undécimo y en el que, quizá, volvamos a ver un adelanto de un Doctor al que me muero por conocer: el de Peter Capaldi. Nos esperan grandes cosas...
Creo que, aunque sí tienes razón en muchas partes, hay algo importante que habría que añadir: Moffat ha permitido recuperar al Doctor su "humanidad". Le ha librado del gran peso que era el genocidio de sus compañeros (aunque le odiaran en su mayoría), y ha humanizado algo más al Doctor. Eso me ha gustado bastante, así como pequeños detalles (el microsegundo de los ojos, por ejemplo).
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