A pesar de las burradas que se digan en ella, 2 Broke Girls no deja de ser una sitcom de manual: su escenario principal queda definido a través del diner en el que trabajan la mayoría de los personajes, es grabada en un estudio ante un público, incluye risas enlatadas, es multicámara, su desarrollo está plagado de running gags que nos venimos venir siempre y, por supuesto, tiene a unos personajes totalmente definidos. En ese sentido, las protagonistas no dejan de ser el arquetipo del dúo cómico formado por el bueno y el malo, adaptado a un nuevo contexto, y prácticamente todo su desarrollo ha sido consistente con lo que conocemos de ellas. Hasta ahora.
Caroline, la antigua niña rica, ahora es una pobre camarera que ha tocado fondo pero que no pierde la esperanza de recuperar su antigua vida. En cambio, Max es una chica dura, extremadamente sarcástica y que no para de reírse o de insultar a los que le rodean sin pensárselo dos veces; que ha sido pobre y desgraciada toda su vida, y que nada parecía indicar que eso fuera a cambiar. El vaso medio lleno, y el vaso medio vacío.
Desde sus escarceos con Johnny, Max había estado sola y no le hemos conocido ninguna relación, algo de extrañar en alguien que tres de cada dos frases que dice tienen carga sexual. Posiblemente se deba a que sería un desperdicio que tanto Caroline como Max tuvieran una relación al mismo tiempo, y que al ser la segunda temporada la de la relación de Caroline con Andy (y después con el chef), ahora sea el turno de Max. No obstante, y creo que tampoco es casualidad, desde que desapareció Johnny de la serie (2x10), el personaje de Max se ha desarrollado sobre la curiosa base del arquetipo del "asexual depravado": no tiene ninguna relación a ojos del espectador, pero parece que su vida sexual le da mil vueltas a la de la mayoría. De hecho, aunque no sea así exactamente, tal y como se ha desarrollado su personaje, Max podría seguir sola sin que hiciera falta incluir ninguna relación romántica en su vida.
Pero, obviamente, eso no podía quedarse así. Tras la "ruptura" de Caroline con el chef francés, era el turno de Max para el romanticismo, y al tratar de darle al personaje una relación "romántica pero sin serlo" creo que han metido un poco la pata. El elegido es Deke, interpretado por Eric André, quien ya interpretó a un personaje que sobraba totalmente en Apartment 23; un chaval de la escuela de repostería (otra trama que se han sacado de la manga) que es muy parecido a Max y que cae realmente nos cae bien hasta que al final, y previsiblemente, se acaba liando con ella.
El problema es que el personaje de Max no ha sido diseñado para ser feliz: nunca fue querida por nadie, siempre ha estado en bancarrota y es una pesimista de manual; no es el típico personaje que desarrollaría una relación estable y feliz con nadie. Ni siquiera con Deke, por muy parecido a ella que sea, por muy bien que encajen o por la química que tengan como pareja. Simplemente, es difícil aceptar que Max Black pueda tener una relación con alguien, y que de repente la amargada camarera aparezca con los brazos abiertos ante un chaval del que antes se hubiera reído no deja de resultar inconsistente. Quizás por ello han querido buscar conflictos estúpidos para suavizar el repentino emparejamiento (véase el hecho de que Deke sea en realidad millonario). No obstante, creo que Deke se quedará un tiempo en la serie: al fin y al cabo, la metedura de pata no ha sido la de darle un romance a Max, sino la de hacernos creer que la camarera nunca podría tenerlo.
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