Una vez más, un acontecimiento histórico es el telón de fondo en Mad Men. En el último capítulo de la primera parte de esta última temporada (7x07, Waterloo), los protagonistas asistían a un hito que acaparó la atención de todo el mundo, la llegada del hombre a la Luna en el verano de 1969. Los personajes de la serie, al igual que millones de personas de todo el globo, asisten perplejos frente al televisor al que fuera "un gran paso para la humanidad". Pero como suele ser habitual en la serie, un hecho histórico de esta envergadura siempre rivaliza con sucesos dramáticos o vaticina cambios sustanciales en la vida de los personajes principales. Echemos la vista atrás.
Pese a que la reciente historia de Estados Unidos, la transformación de su sociedad y la moral vigente en la época impregnan todos los capítulos de la serie, hay episodios que han sabido recoger magistralmente momentos tan relevantes como la victoria electoral de Kennedy o las muertes de éste, Marilyn Monroe o Martin Luther King. Todos estos sucesos, al igual que ocurriera en miles de hogares fuera de la ficción, han hecho tambalear las relaciones de los personajes o han llevado a algunos de ellos ha tomar decisiones clave en su trayectoria.
En cada temporada tenemos un capítulo de este tipo, en el que los sucesos dramáticos de fondo se fusionan con los propios dramas que viven los protagonistas. El primer hito que recoge Mad Men está en el duodécimo episodio de la primera temporada: Nixon versus Kennedy. La noche electoral del ocho de noviembre de 1960 es vivida con mucha emoción en las oficinas de Sterling Cooper, además de por el clima de cambio que experimentaba el país, por el hecho de que la agencia había diseñado la campaña de los republicanos. Aun así, el varapalo de Nixon no afecta demasiado a los socios. "Cuando le apoyó (a Kennedy) Frank Sinatra, supe que todo estaba perdido", le dice Cooper a Don mientras recibe un masaje al día siguiente. Mientras tanto, la oficina muestra los estragos de la noche de fiesta de la plantilla más joven. Las secretarias y los ejecutivos se sueltan la melena mientras dan cuenta de varios litros de licor de menta. Beben, bailan, tienen sexo y representan una pequeña obra teatral durante una larguísima noche. Ellos reflejan el cambio de mentalidad y la liberación paulatina de una sociedad hasta ese momento constreñida por fuertes valores y normas sociales que poco a poco empezaban a tambalearse. Eso sí, Peggy, el ejemplo de la decencia supuesta en una mujer joven de la época, decide marcharse a casa en cuanto atisba de lo que va la fiesta. Aun así, ella ya está empezando a vivir también su gran transformación como mujer joven y trabajadora en los sesenta.
Pero el suceso que protagoniza este episodio y que nos aporta información clave sobre la naturaleza de personajes como Don y Pete es el descubrimiento de este último (por azar) de que el director creativo en realidad no es quien dice ser, y que cambió de identidad durante su traumática experiencia en Corea. Lleno de ambición y deseando conseguir el puesto de director de cuentas, Pete decide utilizar esta información para chantajear a Don, quien ve literalmente peligrar la vida que se ha construido y por un momento decide huir con su amante. Esta sin embargo le rechaza y él opta por volver al trabajo y no ceder a la presión de Pete. Sin saber muy bien cómo va a reaccionar, empuja a Campbell a desvelar el secreto ante Bert Cooper, quien para nuestra sorpresa no le importa lo más mínimo la mentira de Don y su deserción. "Muchos de los hombres que lideran este país guardan secretos mayores que este", asegura ante la cara de asombro de Draper y de estupefacción de Pete, con lo que el asunto queda zanjado. Además, algunos flashbacks arrojan luz durante todo el capítulo sobre el pasado de Don Draper, lleno de contradicciones y claroscuros. Es un episodio clave, por tanto.
El suicidio de Marilyn Monroe también sacude las vidas de algunos personajes femeninos como Joan en el capítulo noveno de la segunda temporada. Este empieza con Don levantándose de la cama en un hotel, después de que Betty le hubiera echado de casa tras enterarse de sus escarceos. Resacoso, Don llega hasta la puerta y recoge el periódico del día, en cuya portada destaca la noticia de la muerte de la actriz. "No sabía que estuviera tan sola", le comenta Peggy a Don en el ascensor, a lo que el ascensorista negro responde: "Hay gente que se esconde a plena vista", un claro guiño de los guionistas a su misterioso protagonista. Quien más sufre el trágico destino de Marilyn es Joan. "Este mundo la ha destrozado", le comenta en una conversación cómplice a Roger. "Tú no te pareces a ella, bueno, sólo en el físico", responde él, sin entender hasta dónde llega la aflicción de ella y su identificación con la actriz. Una escena que nos habla de las miles de aristas de uno de los personajes femeninos más notables, una mujer vulnerable que reviste su exterior de decisión y seguridad en si misma para sobrevivir en un mundo hasta ese momento dominado por hombres.
Aun así, el gran cambio argumentativo del episodio es el ascenso de Peggy, que escala posiciones en una carrera profesional muy prometedora. Eso sí, a la pobre no le gusta que haya sido tras la marcha forzosa de Freddy, uno de los viejos creativos de la agencia, quien el alcoholismo severo que soporta le lleva a orinarse encima durante una reunión de trabajo. Los jefes decidirán entonces forzarle a cogerse un permiso de medio año para desintoxicarse. Aun así, este lamentable suceso, que aviva la compasión de Peggy al mismo tiempo que provoca feroces burlas en la oficina, será un punto de inflexión en la trayectoria de otra de las mujeres clave de la serie.
La crisis de los misiles de Cuba de octubre de 1962 también provoca grandes sucesos en el último episodio de la segunda temporada de Mad Men. El temor a un ataque nuclear de los soviéticos condiciona las decisiones de algunos personajes. A toda esta tensión, se añaden los rumores de fusión de la agencia o los baches en la relación de Don y Betty, quien a principio del capítulo descubre que está embarazada de su tercer hijo. Dolida aún por la traición de su marido, tiene una aventura con un desconocido en un bar (una vez más la lucha entre su yo verdadero, con sus frustraciones y problemas, y el papel de decente mujer florero que ha de interpretar en la sociedad). Aun así, al final decidirá contarle a Don lo del niño y dar una nueva oportunidad a su matrimonio. Por su parte, empujado por el clima de incertidumbre y miedo, Pete decide confesar sus sentimientos hacia Peggy. "He estado pensando quién realmente lamentaría mi muerte", le dice, a lo que añade que su mujer estaría afectada un tiempo, pero no como ella. "Tú me conoces de verdad y yo te conozco a ti". Todo parece revelar que Campbell se interesa por ella porque ha dejado de ser una secretaria más. Eso sí, Peggy ya ha pasado página y ha visto quién es realmente el hombre que tiene delante y que había querido en un primer momento. Aun así, le confiesa que tuvo un hijo suyo y que lo dio en adopción. "Pude tenerte para siempre, pero no lo hice", le espeta a Pete, que tiene la cara desencajada. Nunca más harán alusión al tema, lo que hace de esta escena una de las más dramáticas y emocionantes de la serie.
Recogida en el penúltimo episodio de la tercera temporada, la noticia del asesinato de Kennedy es la que provoca más reacciones en Mad Men. Como la gran mayoría de americanos, los protagonistas de la serie lloran la muerte de su joven presidente y la evaporación de sus esperanzas de un cambio social. El más querido de todos los presidentes que ha tenido EEUU (podría rivalizar con Obama), Kennedy es tiroteado en un desfile en Dallas el 22 de noviembre de 1963. A esto se añade el sucesivo asesinato del principal sospechoso, Lee Harvey Oswald, también rodeado de incógnitas que duran hasta hoy. Tras conocerse la noticia en la agencia, todos se arremolinan frente al televisor, y los teléfonos empiezan a sonar como locos. En casa, Betty y la niñera Carla lloran desconsoladas. Aun así, es el día de la boda de la hija de Roger (¿un aviso de lo mal que acabará este matrimonio quizás?) y esta sigue adelante. Pete y Trudy, siempre liberales aunque de buena familia, deciden no ir y unirse al luto nacional. "Parecía que las cosas iban a cambiar" se lamenta Campbell frente a las noticias.
Pero es Betty quien, impulsada por los acontecimientos y el aluvión de sentimientos que estos le provocan, decide por fin afrontar la verdad de su matrimonio y abandonar a Don, para apostar así por su incipiente relación con el político Henry Francis. "Lleva mintiéndome tanto tiempo..." se queja ante su amante, quien le asegura querer casarse con ella. En ese punto de la trama, Betty ya sabe todas las mentiras sobre el pasado de Don, además de sus infidelidades, y confiesa a Draper que ya no le quiere. "Mañana estarás mejor, lo verás de otra manera", le dice su marido, con esa forma de minusvalorar las decisiones de las mujeres tan frecuentes en aquella época. Porque ellas, sumisas y dependientes, no tenían opción de pensar diferente, de rebelarse o cambiar su destino... En fin. La tragedia ya ha pasado, también para ellos, y no se puede volver a atrás.
Los conflictos raciales y la lucha de los derechos civiles se filtra también en las tramas a partir de la quinta temporada. De hecho, ésta empieza en 1966 con la ofensa de unos jóvenes trabajadores de la competencia, Young & Rubicam, a los manifestantes negros que protestan bajo su edificio, a quienes empiezan a tirar agua por la ventana. Pronto llegará el momento en el que la agencia contrate a sus primeras secretarias de color o algunos de los secundarios tengan sus primeras relaciones multirraciales. Además, las referencias a enfrentamientos entre blancos y negros se suceden cada dos por tres. Eso sí, será una temporada después y dos años reales más tarde cuando se produzca el asesinato de Martin Luther King, firme defensor y portavoz de la población afroamericana en Estados Unidos. El capítulo quinto de la sexta temporada, The Flood, es el que recoge este suceso histórico, que provocó cantidad de disturbios por todo el país. Los personajes de Mad Men se enteran durante la ceremonia de unos premios publicitarios, a lo que el novio periodista de Peggy tendrá que irse corriendo para Harlem para informar de los acontecimientos. Al marido de Betty, ayudante del alcalde, el hecho también le llevará a replantearse su futuro político, determinado a hacer mejor las cosas. "El hombre sabía hablar, pensaba que eso lo arreglaría todo. Que eso podría salvarle", le dice Roger a Don en relación a la muerte del premio Nobel de la Paz. Mientras tanto, Peggy envía a su secretaria a casa y Joan le ofrece un incómodo abrazo a Dawn, a modo de pésame, como si sólo los negros lamentaran ese día la muerte de King... Pete, por su parte, se enfrenta a Harry, a quien sólo parece importarle cómo afectará la noticia a la relación de anuncios emitidos en televisión.
Por otro lado, Don y Megan discuten, y ella le acusa de ser negligente en la educación de sus hijos, lo que provoca otra de las grandes revelaciones del protagonista, algo más de luz sobre sus sombras. Le confiesa a su mujer que nunca quiso tener hijos, quizás debido a su triste infancia. "Nacen y no sientes nada, no puedes amarlos. Te preguntas si tu padre tuvo el mismo problema. Pero un día los ves hacer algo y sientes lo que habías fingido y parece que te va a explotar el corazón". Aun así, minutos después va a ver a su hijo mediano a la cama, y este le manifiesta su miedo a que le ocurra algo a su padrastro con motivo de los disturbios, una evidencia para Don del fuerte vínculo que le une con su otro padre, quien a fin de cuentas es el que vive bajo su mismo techo.
El último capítulo de la última temporada nos vuelve a mostrar a todos los personajes pegados al televisor, pendientes de los primeros pasos de Neil Armstrong por la Luna. Un acontecimiento emocionante como los haya, positivo y alentador, que todos contemplan en familia, ya sea la tradicional, la agregada o la formada por compañeros. Ya asistimos poco antes a las reflexiones sobre la evolución de las familas americanas en relación a la campaña de Burger Chef. Eso sí, la alegría se interrumpe súbitamente con el fallecimiento del socio fundador Bert Cooper, que golpea más fuertemente a Roger. Poco antes del aterrizaje lunar, Don, ante la certeza de que algunos socios quieren despedirle, llama a Megan para contárselo, y le comenta la posibilidad de irse a vivir con ella a Los Ángeles. Ella callada, le da un trago a su copa de vino, y entonces asistimos a su despedida definitiva, crónica de una muerte anunciada que no sabemos si supondrá la salida de la actriz de la serie. Al final, la muerte de Cooper lleva a Roger a desarrollar toda una estrategia para asegurar el futuro de la empresa y la permanencia de Don, logrando un acuerdo con McCann para que absorba la agencia. Todo esto, sumado a acontecimientos anteriores, augura un horizonte prometedor lleno de giros y excitantes tramas de cara al final de la serie, que se despedirá el año que viene.
A lo largo de todos los episodios de Mad Men también ha habido alusiones a otros momentos de la historia de Estados Unidos como la guerra de Vietnam, y su recrudecimiento, los movimientos pacifistas, el auge del fenómeno hippie (la hija de Roger se une a una comuna en uno de los mejores capítulos de esta primera parte de la última temporada), la eclosión de drogas como el LSD, los cambios en la moda, los movimientos estudiantiles o la emancipación de la mujer. Y es que este retrato de una sociedad en constante cambio es uno de los elementos más interesantes de esta serie, que pronto se unirá al grupo de ficciones de culto que con su despedida dejaron un vacío en el corazón de sus millones de fans.
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