La serie de ciencia ficción de Halle Berry para CBS, Extant, estrenó su piloto la semana pasada sin demasiado éxito. Había expectativas. La historia de una astronauta que vuelve de una misión en solitario en el espacio embarazada prometía, pero, la verdad, tras ver el primer episodio ni siquiera llena como serie para pasar el rato en verano. Resulta una historia muy poco original y nos vienen a la cabeza decenas de referencias al ver su primer episodio: Alien, Inteligencia Artificial, Kyle XY…
En fin, nada más empezar el piloto vemos cómo la astronauta Molly Watts se entera de su embarazo, todo un enigma teniendo en cuenta que estuvo sola todo el tiempo allá arriba. Aun así, poco después nos enteramos de que el personaje tuvo una experiencia de lo más paranormal allá fuera: se le apareció su exnovio muerto, pidiéndole ayuda e incapaz de articular una frase. Lo primero que pensamos en ese momento es que es un alien que ha tomado su forma, o que ella ha enloquecido después de tantos meses en soledad. Entonces Halle Berry pierde el conocimiento y cuando despierta, comprueba las cámaras, que no han recogido la extraña aparición. La astronauta decide entonces borrar todas las imágenes como si aquello nunca hubiera ocurrido, quedándose con la incertidumbre de si lo que ha vivido fue real o no.
Ya de vuelta en la Tierra, cuando sus superiores le preguntan sobre los vídeos borrados, ella reconoce que fue un fallo tonto, ocultándoles el suceso. Eso sí, ellos, que saben lo profesional y rigurosa que es en su trabajo, dudan de su testimonio y comienzan una investigación por su cuenta. Además, la corporación, liderada por un enigmático japonés (Hiroyuki Sanada, Helix) que parece despertar de una criogenización y alimentarse de comida de lo más extraña, parece guardar oscuros secretos también.
Por otro lado, la astronauta vive ahora con su marido (Goran Visnjic, Pan Am) y su hijo (Pierce Gagnon, Looper), una aparente familia modélica que pronto vemos cómo se tambalea. Parece que sólo es Molly quien se comporta de forma extraña, pero hacia la mitad del capítulo descubrimos que su hijo Ethan es un humanoide, creado por su propio padre, científico que investiga las posibilidades de la inteligencia artificial. Ante la supuesta esterilidad de Molly (antes de la ‘inmaculada concepción’ en el espacio), ella y su marido optaron por ser padres de un niño androide, un pequeño que, pese a su angelical rostro, muestra síntomas de una conducta algo extraña y hostil conforme avanza el metraje. El marido de Molly, que busca financiación para su proyecto, lleva a Ethan a una importante presentación ante posibles inversores pero pronto se encuentra con los obstáculos inherentes al clásico debate entre los límites de la ciencia y la ética. Para él, estos humanoides, programados para ser tan humanos como nosotros y tener sentimientos y empatía, no representan ningún peligro para la sociedad, pero hay personas entre el público que no están tan seguras, y comienzan a interrogarle sobre cuál sería el protocolo en situación de crisis. El investigador pierde los papeles puesto que no concibe 'apagar' a estos seres, igual que convivimos con nuestros seres queridos pese a las dificultades, y el resultado del encuentro es desastroso. Al final, será el jefe de su mujer quien le comunique que, a título personal, financiará su trabajo, sin él saber que en realidad sus motivos no son otros que investigar de cerca a su familia.
Al final del capítulo, al personaje de Halle Berry se le aparece por la noche junto a su casa otro ex colega muerto (al parecer se suicidó al volver de una misión en el espacio), quien le avisa, asustado, que no confíe en nadie. Ya son dos los compañeros, supuestamente fallecidos tiempo atrás, los que se le aparecen a la protagonista en un solo capítulo, lo que deja entrever que a lo mejor su experiencia en el espacio no fue una alucinación suya como ella llegó a creer. Este es el aspecto de la trama más sugerente, aunque su planteamiento ya lo hayamos visto otras veces. Habrá que esperar para ver si su resolución hace que este producto de ciencia ficción se desmarque (para bien o para mal) de sus predecesores. Sin embargo, la historia del niño biónico y toda la cuestión de la inteligencia artificial resulta muy trillada ya, así como el usar infantes como elemento perturbador.
Todavía no tengo claro si seguiré viendo la serie, todo dependerá de si otros pilotos que nos lleguen este verano logren seducirme más o no. Reconozco que, a priori, este género no es uno de mis favoritos, pero cuando, encima, la historia nos evoca sin parar otras tramas, escenas o premisas ya vistas en el cine o la televisión, los pocos ánimos de darle una oportunidad se desvanecen.
A mi me ha gustado hasta ahorita los dos capítulos, espero que vaya mejorando aunque a Halle Berry no le creo mucho su actuación por el momento
ResponderEliminar