La habilidad para hacer aflorar la comedia de una realidad tan triste como es la vejez y los cuidados paliativos que reciben los pacientes del hospital de Getting On se la debemos a los responsables de Big Love (aquella otra producción de HBO sobre una familia polígama mormona) y a sus tres impecables actrices principales, Laurie Metcalf (para algunos más famosa por encarnar a la beata madre de Sheldom en The Big Bang Theory), Alex Borstein (la voz de Lois en Padre de Familia) y Niecy Nash.
Quizás muchos ya conozcáis esta serie de HBO lanzada en otoño de 2013 y cuya segunda temporada acaba de finalizar, pero para los que no, es una joya de la comedia emitida en España por Canal + Series.
Getting On retrata el día a día en la planta de geriatría de un hospital californiano, donde dos enfermeras y una médica cuidan a decenas de ancianas en el ocaso de sus días. Aunque pueda parecer un ambiente realmente deprimente (las vidas de sus protagonistas tampoco aportan mayor optimismo al cuadro), las insólitas situaciones que allí se dan o los imprevistos tan surrealistas que surgen en la planta arrancan carcajadas en su más pura esencia. Getting On es una serie ingeniosa, para paladares exquisitos con un plantel actoral que ya quisieran muchas otras con, curiosamente, varias actrices que hasta ahora habían trabajado usando más sus voces que sus cuerpos (Borstein es el ejemplo más completo).
A las tres actrices principales, quienes dan vida a las enfermedad Dawn y Didi y la doctora Jenna James, las acompaña el actor Mel Rodríguez, que da vida al enfermero Patsy de la Serda, quien, pese a parecer gay, inicia una relación con Dawn que trasciende la primera temporada de la serie. Aparte de ellos, algunos actores secundarios bien conocidos en Hollywood aparecen en escena, como la genial June Squibb (Nebraska), dando vida a una anciana con desorden bipolar o Carrie Preston (la Eisbeth Tascioni de The Good Wife), que interpreta a una enferma con cáncer terminal en una papel realmente conmovedor.
Cada uno de los doce capítulos hasta ahora emitidos de Getting On son dignos de alabanza, pero en esta segunda entrega de la serie destacan algunos como el del concurso de la tarjeta de Navidad o el último, titulado Doctor Muerte, en el que los jefes del hospital descubren los fraudulentos tejemanejes de la doctora James para aumentar sus ingresos. La peculiar médica, siempre embarcada en curiosas investigaciones, como la de la incontinencia fecal femenina o los estudios con ratones, terminará poniendo en peligro su puesto y el de sus enfermeros, ajenos a sus codiciosos propósitos.
Por otro lado, las tramas sentimentales, sobre todo centradas en los personajes de Dawn y Patsy, también han ofrecido escenas memorables como la pelea final entre el enfermero y el agente de seguridad con el que Dawn se casa en un arrebato de despecho. Y es que la enfermera se muestra desesperada por encontrar una pareja estable con la que formar una familia y dar sentido a su día a día, de ahí que cualquier espécimen le parezca adecuado. Mucho más discreta y sensata que su compañera es Didi que, aunque está casada, se descubre lanzando miradas a un atractivo cirujano ortopédico que se está de visita en el hospital.
No se puede dudar que Getting On está plagada de personajes tristes, patéticos o perdidos, a veces desamparados y solos, pero quienes, reunidos en un mismo escenario, forman un entrañable retrato familiar. Y es que la mayoría de las veces la mejor comedia, y la que más nos llena y sacude, es aquella que se nutre de la realidad más cruda y triste (ahí tenemos el gran ejemplo de Louie).
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