Galavant: Humor a medio gas y buena música con aire Disney

Al ver el avance de Galavant hace unos meses quedaba claro que sería una apuesta arriesgada para la ABC, al intentar mezclar música, humor y una Edad Media estilo Disney en un único envase. Ah, y poniendo como referencia a Los Caballeros de la Mesa Cuadrada de los Monty Python, palabras mayores. Al final el resultado se ha quedado a medias, aunque ha sido mejor de lo que me esperaba.

Nos encontramos ante la historia del propio Galavant, héroe guaperas con demasiado ego enamorado de una chica (Madalena) que decide darle calabazas y quedarse con el rey malo. Todo esto se resume de forma genial en uno de los puntos más destacables de la serie: sus canciones. No es de extrañar viendo que tras su autoría se encuentran Alan Menken y Glen Slater, responsables de la música de películas como La Sirenita o Enredados.

En la lista de cosas positivas habría que añadir el cuidado de la imagen, el vestuario y sobre todo los escenarios (¡que para eso se ha rodado en UK!. Si tenéis buen ojo, podréis reconocer algunos escenarios que han salido en series británicas, como la escalera de la lucha inicial, de la Catedral de Wells).

Sin embargo, es la parte de la comedia la que más falla: le falta el grado de locura surrealista del venerado grupo británico -sí, ya sabemos que es imposible igualarlos- y se recurre en exceso a chistes tópicos. Los actores demuestran talento a la hora de cantar pero a la hora de actuar, no destacan tanto... salvo Timothy Omundson (Psych), que se los come a todos con patatas. Encarna a la perfección al malvado rey Richard pero lo convierte también en un personaje entrañable que quiere llegar a ser lo que Madalena busca en su príncipe azul. Es imposible no adorarlo. Además está Vinnie Jones, que se convierte en el secuaz perfecto sólo con un par de frases.

La presencia de actores invitados como John Stamos (Padres Forzosos), Hugh Bonneville (Downton Abbey), o Rutger Hauer (Blade Runner) ofrece también el atractivo del cameo, aunque todavía no sabemos si para bien o para mal. Stamos dio vida a un caballero pasado de vueltas aunque con una escena de justa medieval muy bien escrita que se convirtió en lo más gracioso del segundo capítulo.

La corta duración tanto de los episodios como de la temporada en sí (son 8 entregas de 22 minutos cada una) favorece el ritmo rápido de los guiones y que no se hagan pesados. No me ha llegado a convencer del todo aunque las críticas en América han sido bastante positivas. Qué opináis, ¿se merece una oportunidad esta comedia musical?