El principio del fin. Esta noche arranca la sexta y última temporada de Glee, una serie que hemos amado y odiado a partes iguales durante años. Podemos renegar de ella, pero a muchos su desquiciada ciclotimia sentimental y sus covers (que los ha habido muy buenos) nos han mantenido pegados a la pantalla de forma irremediable. Como quien presencia un accidente a cámara lenta, Glee nos ha ido introduciendo poco a poco en la perturbada mente de Ryan Murphy, el señor que más tarde nos traería American Horror Story (sinceramente, no sabemos qué serie nos da más miedo).
La demencia no ha hecho más que aumentar año tras año y, a la hora de echar la vista atrás, en TV Spoiler Alert hemos querido recordar los momentos más locos de la serie. Si estás nostálgico perdido como nosotros, o la dejaste y quieres saber qué ha sido de los chicos del McKinley, adelante, ya lo hemos visto nosotros por ti. No estan todos los que son, pero... bueno, como se diga. Aquí tenéis lo mejor/peor de Glee:
- Marley, expulsada por no querer bailar en bikini (vídeo). Siguiendo una de sus brillantes ideas pedagógicas, Will Schuester propuso un ejercicio muy educativo a los alumnos del Glee Club: que se dividiesen en (Katy) Perrys y (Lady) Gagas según su personalidad y preparasen un número musical de un tema de la artista opuesta. Marley tenía que participar en una performance de “Applause”, pero el personaje de Melissa Benoist no se sentía cómodo saliendo al escenario en bikini, así que decidió ir vesitda de forma menos sugerente. El profesor, indignado, la expulsó del instituto.
- La invasión de los ladrones de cuerpos (vídeo). Cuando los personajes importantes se fueron a vivir a Nueva York, Tina acaparó un nivel de protagonismo que nos hizo añorar los días en que era una mera extra con frase. Pero, durante unos maravillosos veinte minutos de la tercera temporada, ésta se dio un golpe en la cabeza que la sumió en un alucinógeno sueño. Allí, ella era Rachel, y por fin le dejaban hacer un solo. Pero lo mejor (como siempre) no era ella, sino todos sus compañeros, que también se habían intercambiado los cuerpos y la miraban desde las gradas.
- El falso tiroteo (vídeo). Las masacres escolares son un tema demasiado delicado como para que Ryan Murphy se resistiese a darnos lecciones desde su retorcido punto de vista. En la cuarta temporada, los alumnos del Glee Club se quedaron encerrados en la sala de ensayo tras oír unos disparos. Durante 30 angustiosos minutos, temieron por sus vidas. Pronto descubriríamos, atónitos, que había sido Becky, la protegida con síndrome de Down de Sue Sylvester, quien había disparado un arma por error. Sue decidió asumir la culpa y perdió su trabajo. Un auténtico drama que dejó secuelas en los personajes durante dos episodios enteros.
- Marley no sabe lo que es una báscula (vídeo). Entre los nuevos personajes que llegaron a Glee en su cuarta temporada (y de los que Ryan Murphy se deshizo sin miramientos en el episodio 100), encontramos a Kitty, una malvada animadora de manual a la que le gustaba el mismo chico que Marley, la
retrasadainocente sustituta de Rachel. Dispuesta a provocarle un desorden alimenticio a su compañera, empezó a encogerle el vestuario del musical de Grease que estaban preparando. Y funcionó: durante unas tres semanas, Marley se volvió bulímica porque, según parece, desconocía la existencia de unos aparatos llamados básculas y tampoco llevaba nunca otra ropa como para darse cuenta de que no estaba engordando.
- Santa Claus droga, amordaza y roba a Kurt, Santana y Rachel (vídeo). En el último especial de Navidad de la serie, Kurt, Rachel y Santana encontraron trabajo en un centro comercial donde conocieron a Cody, un mozo disfrazado de Santa Claus que los sedujo (sí, incluso a Santana, la lesbiana convencida con un severo caso de bifobia) y drogó para desvalijarles la casa. No sin antes, eso sí, tragar helio y ponerse a cantar con ellos villancicos con voz de pito. ARTE.
- Rachel se cansa del sueño de su vida en una semana. Desde el primer episodio de la serie, Rachel Berry había gritado a los cuatro vientos que quería protagonizar “Funny Girl” en Broadway, algo que la chica –que no es en absoluto una Mary Sue– consiguió en la quinta temporada. Rachel no podía ser más feliz hasta que, en el episodio siguiente, un productor interpretado por Jim Rash le ofreció rodar el piloto de una serie basada en su vida. Nuestra adorable y ególatra protagonista se volvió loca con la idea y puso en riesgo su trabajo para volar a Los Angeles. Al final del día, la pobre Rachel no solo perdió el trabajo de su vida, sino que su serie no salió adelante.
- Terri Schuester, como concepto. La esposa de Will Schuester duró en la serie menos de lo que nos merecíamos. Todo en ella era demencial, desde el falso embarazo para retener a su marido hasta aquella vez en la que se convirtió en la enfermera del instituto y drogó a medio alumnado.
- Quinn intenta robarle su bebé a Idina Menzel. El primer conflicto al que se enfrentó el personaje de Dianna Agron en Glee fue un embarazo no deseado, y finalmente fue la madre biológica de Rachel, interpretada por la actriz de Wicked, quien acabó quedándoselo. Pero si algo nos enseñó la primera temporada de American Horror Story es que Ryan Murphy piensa que toda mujer se vuelve loca cuando hay un bebé en juego, y Quinn Fabray dedicó en la segunda temporada dos o tres episodios de su vida a maquinar perversos planes para que le quitasen la custodia a la madre adoptiva de su hijo. Luego se le pasó, claro, pero es que Quinn era muy de que se le olvidasen las cosas.
- Sam se hace stripper (vídeo). Sus padres no atravesaban un buen momento económico y tenía que mantener a sus hermanos... Una profesión tan digna como cualquier otra para un menor de edad.
- Quinn, contentísima con su silla de ruedas (vídeo). La midseason finale de la tercera temporada cerraba con un cliffhanger de infarto: Quinn había tenido un accidente en la carretera mientras iba de camino a la boda de Finn y Rachel. ¿Viviría? ¿Moriría? Tras un par de meses de parón la serie regresó resolviendo el cliffhanger como solo Ryan Murphy sabe: la ex líder de las animadoras había perdido la movilidad en las piernas. Pero, lejos de tener el más mínimo trauma, la primera vez que la vemos en escena es cantando “I’m still standing” con una sonrisa de oreja a oreja sentada en su flamante silla de ruedas. Aprendió una valiosa lección vital (no mires el movil mientras conduces) y a las dos semanas volvió a andar. Ya digo que Quinn perdía la ilusión por todo muy rápido.
- Brittany es la gran mente del siglo XXI (vídeo). Cuando Heather Morris se quedó embarazada, a los guionistas no les quedó más remedio que escribir una salida para su personaje. Después de meses preocupada por su futuro académico, Brittany acabó el MIT. Sí, en el Instituto Tecnológico de Massachusetts. Los garabatos que la rubia había pintado en el reverso de sus exámenes finales contenían un teorema que cambiaría las matemáticas para siempre.
And here's what you missed on Glee! En realidad, os habéis perdido mucho más: los obstáculos de Mercedes (que se convirtió en estrella del pop) para llegar virgen al matrimonio, el videoblog en el que Brittany entrevistaba a su gato y a compañeros de clase varios, a Gwyneth Paltrow y Kristin Chenoweth borrachas en el episodio 100 de la serie, a Sue Sylvester disfrazada de Nicki Minaj, al novio de Rachel que resulta ser prostituto...
Porque Glee, cuando ha querido ser buena, lo ha sido (con moderación); pero cuando ha querido ser mala, ha sido mucho mejor. Gracias, Ryan Murphy. Gracias, Brad Falchuk. No lo olvidaremos (aunque lo intentaremos).
Genial el artículo, leyéndolo parece que Glee es más loca que True Blood jajaja El capítulo del tiroteo para mi es uno de los mejores de la serie, la tensión dramática funciono de maravilla y las actuaciones estaban de lujo. Los cambios de papeles también fueron muy divertidos.
ResponderEliminarEn lo que no estoy nada de acuerdo es lo de Marley y la báscula, si la báscula fuera una solución en casos como ese, la bulímia no existiría...El 98% de las chichas enfermas son delgadas desde el principio, pero muy inseguras al igual que lo era Marley. Para chicas como ella varios comentarios de Kitty eran suficientes. Además cuando uno engorda de verdad, si no son muchos kilos, gran parte de su ropa no cambia tanto, solo la ropa ajustada, justo así era el estido de Marley. Tampoco creo que al tener un vestido para un show que está hecho a tu medida y que de repente ves que te queda pequeño, siempre pensarás que has engordado, no buscarás más pruebas, si te sientes inseguro, pues todavía más. Esa trama era muy buena y con mucha mala leche, al igual que la historia de la stalker de Ryder, pero ninguna de las dos tuvo un final satisfactorio.
A mí lo de Marley me parece que no se sostiene por ningún lado. Entiendo lo de la inseguridad, pero si el único cambio que notas es el de la ropa de Grease, hay que ser un poco idiota para no darse cuenta de que el problema no es que hayas engordado (alguien obsesionado se pesa constantemente).
ResponderEliminarDe hecho, si Marley hubiese empezado a sentirse incómoda con su peso por los comentarios de Kitty, me habría parecido lógico. Pero lo que le preocupaba es que, por más que vomitara, la ropa seguía sin entrarle, y solo había que sumar 2 + 2, la verdad.
Y sí, ninguna trama de los nuevos acabó bien porque a RM se le antojó eliminar la parte del instituto y los echó por la puerta de atrás, muy en su línea.
Gracias por leer (y comentar). :)
Me quedo con esta frase "pero cuando ha querido ser mala, ha sido mucho mejor" Creo que resume al a perfección lo que es Glee.
ResponderEliminarY aunque la veamos por las canciones más que otra cosa, lo cierto es que algo tiene el McKinley High School, no se si malo o bueno, no se ni el cómo ni el por qué... From the top!
P.D: Yo literalmente lloré de la risa con lo de Brittany y el MIT.
Un saludo y genial post^^